Salsa. Nachos. Tacos. SALSAS.
Caramelo. Picante. Fruta. Chile.
CHILE. Chocolate. Mole. Picoso.
Frituras. Verduras. Salsa. PICANTE.
Así es como el mexicano ama el chile… y sin albur. No importa la hora, la comida, la bebida, el platillo o la forma de consumo, el picante está presente, y no es de extrañar que la gastronomía de México tenga tan arraigado el uso de este elemento cuando cosecha una gran variedad de tipos de chiles.
Hay cerca de 64 tipos diferentes de chiles que crecen en tierras mexicanas, muchos endémicos y otros traídos de regiones de Centro y Sudamérica. Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia en su página de internet, el chile más consumido por los mexicanos es el jalapeño, también llamado cuaresmeño cuando aún está verde, y cuando se seca se le conoce como chipotle.
Para el mexicano, hay un disfrute en el paladar al momento de comer picante, por más alto que sea el nivel de capsaicina (el compuesto químico que da el picor) que el chile tenga, e incluso, por más gastritis que se sufra, y es que este elemento se consume al natural, en salsas molcajeteadas, en aderezos, en rodajas, en polvo, y en un sinfín de otras variantes, estando presente, en cualquiera de sus formas, en un 90% de los platillos de la cocina de México.
El más picante de todos se dice que es el chile habanero, al que le sigue el chiltepín. En las demás variedades de chiles, sus nombres cambian cuando ya están secos, como por ejemplo: el chile poblano pasa a ser el chile ancho cuando se seca, el chilaca pasa a pasilla, el Anaheim se convierte en chile colorado, el mirasol en guajillo, etc.
Cuéntanos, ¿has realizado alguna receta peculiar con alguno de los tipos de chiles que se manejan en México? ¿Has combinado lo dulce con lo picante?
Evelyn Medina es estudiante de literatura y periodismo. Ensayista y apasionada a las buenas historias, sobre todo aquellas que se cuentan a través de los sabores. Puedes encontrarla en Instagram como @evemedinag.