En torno al tema de la alimentación con insectos, hay infinidad de prejuicios, dudas y hasta traumas del pasado, pues es un tópico que aunque provoque curiosidad causa también mucho rechazo. Pero en la gastronomía mexicana el consumo de insectos es, de hecho, algo normal. Si bien no hablamos de comer tarántulas en el puesto de la esquina (que tampoco sería tan extraño), si es posible apuntar que los chapulines, grillos, escamoles y los gusanos de maguey se pueden encontrar en el menú de algunos restaurantes tanto tradicionales como de lujo en nuestro país.
La gastronomía mexicana es una de las que más incorporan insectos a sus recetas y también una de las que más promocionan la entomofagia, pues esta costumbre viene desde la época prehispánica. Lo cierto es que los insectos son una excelente fuente de nutrientes y en muchas ocasiones otorgan al cuerpo más proteína y menos grasas que la carne de vaca o pollo, por lo que resulta una fuente que podría ayudar a combatir la desnutrición en los países no desarrollados, o bien una alternativa de proteína sin grasas saturadas para los países desarrollados.
Existen más de 1,500 tipos de insectos aptos para consumo, la mayoría de estos utilizados sobre todo en países de Asia y en México. Entre los más habituales se encuentran las abejas, avispas, orugas, escarabajos, hormigas, entre otros, los cuales pueden prepararse de distintas formas ya sea fritos, tostados, molidos, enteros, como ingrediente en sopas, en bebidas, o en guisos; son, pues, de los alimentos más versátiles que existen.
Si bien los riesgos para la salud son mínimos, es importante prepararlos bien y tomarlos de granjas de insectos, las cuales crean estos animalitos de forma controlada, evitando los riesgos de pesticida que se pueden encontrar en insectos libres.
Hoy en día se comercializan ya muchos productos que contienen en sus ingredientes insectos o que están totalmente elaborados con ellos, como es el caso de las galletas hechas con harina de grillo (en México, por ejemplo, se encuentra la marca Gricha). También figuran en la lista de productos: barritas energéticas, pastas y snacks, como frituras, totopos o churritos.
Quitarnos este prejuicio de alimentarnos con insectos puede resultar tardado pero es buena idea considerar los beneficios que tienen por sobre otros alimentos; además, darse la oportunidad de probar aquellos productos que existen en el mercado con los que se puede iniciar en esta práctica. Quizá no lleguemos al punto en que optemos por desayunar unos huevos con gusanos de maguey, pero podría ser que decidamos sustituir otros productos de consumo frecuente, como la comida chatarra, por snacks elaborados con insectos. ¿No sería una buena alternativa?
Evelyn Medina es estudiante de literatura y periodismo. Ensayista y apasionada a las buenas historias, sobre todo aquellas que se cuentan a través de los sabores. Puedes encontrarla en Instagram como @evemedinag.