En esta ocasión trataré de convencer de la importancia de recurrir a los Big Data. Ya investigamos sobre la teoría de las decisiones en gobierno. Ahora queremos fundamentar que las decisiones en política y desde las esferas de gobierno donde una decisión abre una ruta y desdeña otra. Es decisión afecta a los gobernados positiva o negativamente. Primero nos serviremos de Internet, una máquina de apoyo formidable para precisamente construir el concepto de Big Data. Al ser públicos, como muchos datos, recopilaremos en favor de dar a entender el concepto
Mire, cuando nos refiramos a Big Data hablaremos de océano de información que destila o arrojan las actividades humanas y que no habían sido bien tasadas por los observadores de la información o por lo menos de aquellos que les iría muy bien tenerlos en cuenta en la toma de sus decisiones, sobre todo en las políticas públicas y de manera importantísima en el tema de la seguridad. Por ejemplo los gobiernos; los que tenemos cierta necesidad de construir opiniones con mayor rigor de información, analistas de información política. Eso sí, quienes vieron una mina de oro en los big data fueron los emprendedores de negocios. ¿Sabe usted por ejemplo que una de las más famosas empresas de series, películas y documentales, Netflix, crea sus nuevos productos por los datos que arroja el consumo, su propio consumo, por ejemplo y las nuevas producciones están hechas con apoyos de algoritmos para satisfacer sus deseos narrativos?
Pero compliquemos un tanto más esto porque los mineros de los datos (así se hacen nombrar), obviamente seleccionan información pertinente mediante complejas fórmulas. Por ejemplo seleccionan conjuntos de datos o combinaciones de conjuntos de datos cuyo tamaño (volumen), complejidad (variabilidad) y velocidad de crecimiento (velocidad) dificultan su captura, gestión, procesamiento o análisis mediante tecnologías y herramientas convencionales, tales como bases de datos relacionales y estadísticas convencionales o paquetes de visualización, dentro del tiempo necesario para que sean útiles.
La naturaleza compleja del Big Data se debe principalmente a la naturaleza no ordenada de gran parte de los datos generados por las tecnologías modernas, como los web logs, la identificación por radiofrecuencia (RFID), los sensores incorporados en dispositivos, la maquinaria, los vehículos, las búsquedas en Internet que usted hace, las redes sociales como Facebook, sus computadoras portátiles, los teléfonos inteligentes y otros teléfonos móviles, dispositivos GPS y registros de centros de llamadas. Fíjese nada más. Usted ha visto como en los registros de movilidad en la pandemia se hacen con la información que arroja su celular.
En la mayoría de los casos, con el fin de utilizar eficazmente el Big Data, debe combinarse con datos estructurados de una aplicación comercial convencionales.
Lo que hace que Big Data sea tan útil para muchas empresas es el hecho de que proporciona respuestas a muchas preguntas que las empresas ni siquiera sabían que tenían. En otras palabras, proporciona un punto de referencia. Con una cantidad tan grande de información, los datos pueden ser moldeados o probados de cualquier manera que la empresa considere adecuada. Al hacerlo, las organizaciones son capaces de identificar los problemas de una forma más comprensible.
Pero en términos de gobierno? Gobernabilidad significa asegurarse de que los datos estén autorizados, organizados y con los permisos de usuario necesarios en una base de datos, con el menor número posible de errores, manteniendo al mismo tiempo la privacidad y la seguridad.
En el mundo de la política, esta herramienta también está empezando a entrar en juego, especialmente cuando hablamos del llamado gobierno abierto.
Este concepto (open goverment en inglés) surgió en los años setenta en el Reino Unido como apuesta para gestionar de manera más eficaz, y desde las administraciones públicas, la información que tenían los gobiernos. El objetivo de este planteamiento era buscar el beneficio de toda la ciudadanía, pero también un mejor funcionamiento de la democracia en general. Y es que, la idea del gobierno abierto es que no solo sean las instituciones quienes participen en la creación y la mejora de los servicios públicos, sino que los ciudadanos formen parte del fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas. De hecho, este modelo se basa en tres principios básicos que son la mencionada transparencia, la colaboración y la participación. De esta forma, los gobiernos pueden trabajar, con especial énfasis, en el primero de esos principios, un elemento cada vez más exigido por los ciudadanos a sus gobernantes. Y lo pueden hacer gracias a las aplicaciones que ofrecen el Big Data y el Open Data a través del procesado y la gestión de toda la información puesta a disposición de los mismos.
El primero de ellos hace referencia a la gestión de grandes cantidades de datos que ya no pueden ser analizados a través de bases de datos o estadísticas tradicionales por su complejidad. Este sistema puede ayudar a los organismos públicos a dar respuesta a muchas de las preguntas planteadas por sus directivos acerca de los usuarios de sus servicios.
Esta utilización del Big Data ofrece muchas ventajas a pesar de que los costes de su desarrollo pueden ser elevados. Entre estos beneficios se encuentra el acercamiento entre las instituciones y los ciudadanos, mejorando así la transparencia que ofrecen las primeras a los segundos, algo en lo que Reino Unido es uno de los países referentes.
Ya los gobiernos presentes y futuros no podrán desdeñar este recurso y apenas estamos en la edad media de los Big Data. Seguramente la incorporación de este recurso en las decisiones propiciará beneficios y menos errores. Lo último que se me ocurre es que también puede ser un referente para analizar decisiones tomadas del pasado que afectaron negativamente a las personas como son presupuestos de varias décadas, por ejemplo
