Algo no está funcionando bien en el combate a la inseguridad en todos los sentidos.
Si se trata de asaltos, homicidios, feminicidios, etc; las cifras no son nada alentadoras sino todo lo contrario.
Cuando señalamos agresiones a quienes ejercen el periodismo, las cosas generan una dimensión distinta no porque los periodistas debamos tener un trato especial sino porque la actividad que realizamos es lo que se ataca y se ataca porque desnuda verdades que a quienes ostentan el poder o realizan alguna actividad ilícita, no conviene.
En este contexto no debe desestimarse la investigación de la Agrupación civil, Artículo 19 que documenta cómo solo en lo que va de este año se han registrado 362 agresiones contra periodistas y medios de comunicación en México.
Parte también muy preocupante de lo que revela este informe es que se mantiene la tendencia de los últimos años en el sentido que el Estado es el principal agresor de la prensa pues del número total este está detrás del 37% de los agravios contra medios y periodistas; en el 83 de ellas sus autores son funcionarios públicos, las fuerzas de seguridad en 46 y las armadas en cinco de los ataques documentados por Artículo 19.
La prensa y quienes ejercen el periodismo, han sido cada vez más violentados; en todo el año 2019 se registraron en nuestro país un promedio de 50 ataques mensuales para dar un total de 609 al año; luego en 2020 el número escaló a 692 y el promedio ya no fue de 50 sino de 57 mensuales y en este 2021 cada 12 horas un periodista o medio de comunicación es agredido; principalmente se recurre a la intimidación, el hostigamiento y los ataques físicos. Y en lo que va del año cinco periodistas han sido asesinados en nuestro país.
Recientemente y para que no perdamos la capacidad de asombro, con actitud relajada quienes se dicen parte de un grupo delictivo, amenazaron de manera frontal a la periodista Azucena Uresti…no ha pasado nada, no se ha detenido a nadie por ello y el caso amenaza con ser uno más.
A nadie conviene vivir en un Estado de vulnerabilidad donde la impunidad sigue siendo el incentivo principal para la comisión del delito; a nadie conviene un periodismo débil porque la sociedad es la que pierde la posibilidad de un contrapeso frente a los excesos del poder y los grupos de la delincuencia.
Ojalá sigamos coincidiendo en www.SoledadDurazo.com @SoledadDurazo FB/SoledadDurazo IG: soledaddurazo YT: SoledadDurazo