Datos recientes señalan que en el país el 16.1 % de las personas adultas mayores presentan desnutrición, mientras que el 43.6 % tienen sobrepeso. Estas condiciones están relacionadas con factores como el sedentarismo, la depresión, el estrés, los accidentes y las dificultades motrices. A nivel mundial, el envejecimiento de la población avanza de manera constante y, en muchos casos, la calidad de vida se ve afectada por una alimentación inadecuada y malos hábitos.
Investigaciones del Laboratorio de Datos contra la Obesidad indican que el consumo excesivo de carne roja, grasas, azúcar y sal, así como el tabaquismo y el consumo elevado de alcohol, favorecen un envejecimiento prematuro y poco saludable. Según la Organización Mundial de la Salud, para el año 2030 una de cada seis personas tendrá 60 años o más, aumentando la población adulta mayor de mil millones en 2020 a mil cuatrocientos millones.
Envejecer de manera saludable implica mantener las capacidades funcionales que permiten el bienestar y la interacción social. Como señala el doctor Julio Maset, no se trata solo de vivir más años, sino de conservar una buena calidad de vida y participar activamente en el ámbito social y familiar. Instituciones como el National Institute on Aging destacan que una alimentación nutritiva puede prevenir problemas de salud y mejorar la función cerebral
