¿Cómo desaparecieron las siete maravillas del mundo antiguo?

A día de hoy, de todas ellas solo uno queda en pie, y tenemos que imaginar su magnificencia gracias a los escritos que dejaron los que vivieron antes que nosotros

Fueron siete, el número mágico, los lugares que todo viajero en la Antigüedad habría deseado visitar y conocer. A día de hoy, de todos ellos solo uno queda en pie, y tenemos que imaginar su magnificencia gracias a los escritos que dejaron los que vivieron antes que nosotros. Es la única manera que tenemos de conocer cómo fueron las conocidas siete maravillas del mundo antiguo.

Hoy tenemos otras maravillas, y gracias a la globalización es más fácil conocerlas. Siempre nos quedará la espina de no poder pasear por los Jardines colgantes de Babilonia, visitar la Estatua de Zeus o vislumbrar a lo lejos la llama del faro de Alejandría. ¿Cuáles fueron estas siete maravillas y, más importante aún, cuándo y cómo desaparecieron?

Los Jardines colgantes de Babilonia

Ilustración del siglo XIX sobre los Jardines de Babilonia

La historia de su creación es tan increíble que es la única de las maravillas de las que no se sabe a ciencia cierta si existió o tan solo forma parte de la leyenda. En un terreno árido y seco, los jardines crecían y las raíces de los árboles formaban un tejado. Se habría tratado, según los escritos de la época, de una edificación compuesta por terrazas escalonadas construidas con grandes piedras, donde se habrían plantado “flores de toda clase de colores, palmeras, césped siempre verde, tierra húmeda y arbustos”. En la terraza más alta se situaba un depósito de agua por el que corrían los arroyos. Según parece, la construcción se habría llevado a cabo durante el reinado de Nabucodonosor, como muestra de amor a su esposa Amitis, que sentía nostalgia por las montañas de su florida tierra, tan diferente de las grandes llanuras de Babilonia.

Según la leyenda, los jardines fueron construidos por Nabucodonosor, como muestra de amor a su esposa Amitis, que sentía nostalgia por las montañas de su florida tierra

¿Cómo desaparecieron? Cuando Alejandro Magno llegó a Babilonia, lugar en el que murió, los jardines ya habían sido abandonados. Según se cuenta, fueron destruidos por el rey Evemero en el año 126 a.C, pero en realidad la ciudad ya había caído en el olvido antes y sus ciudadanos la habrían abandonado, antes del siglo IV a C. Algunos culpan a los persas. A principios de los 80, Sadam Husseín demolió una gran parte del enclave para construir una réplica en su lugar de algunas de las ruinas originales. Ahora, solo queda soñar con su esplendor.

El coloso de Rodas

Cuando Arya Stark llega en ‘Juego de Tronos’ a la ciudad libre de Braavos, observa perpleja el enorme Titán que da la bienvenida a la entrada de la ciudad. En realidad, se trata de una inspiración de una maravilla que existió en otro tiempo: el coloso de Rodas, una gran estatua erigida por el escultor Cares de Lindos, en honor al dios sol griego Helios. Se encontraba (como no puede ser de otro modo) en la isla de Rodas en Grecia en torno al 280 a.C. Según Plinio el Viejo era, de todas las maravillas, la más admirada: “Esta estatua medía 70 codos (32,41 metros) de altura. Pocos pueden abarcar el pulgar con los brazos, sus dedos eran más grandes que la mayoría de las estatuas que tenían marfil. El vacío de sus miembros rotos se asemeja a grandes cavernas. En el interior se ven magnas rocas, con cuyo peso habían estabilizado su constitución. Doce años tardaron en terminarla”. Al parecer, la base era de mármol blanco. Durante muchos años se creyó que la estatua había sido erigida con una pierna apoyada en cada parte del muelle de Rodas como aparece en algunas imágenes, pero a día de hoy se pone en duda que realmente fuera así.

placeholderIlustración de Martin Heemskerck.
Ilustración de Martin Heemskerck.

¿Cómo desapareció? El culpable fue un terremoto, 66 años después de su construcción. Los habitantes de Rodas decidieron dejarlo acostado en el mismo lugar pues un oráculo aseguró que el derribo de la estatua fue voluntad de los dioses. Y así quedaron los restos de la estatua durante novecientos años.

Mausoleo de Halicarnaso

Probablemente Mausolo, sátrapa del Imperio persa, estaría orgulloso de que su monumento funerario se convirtiera en una de las siete maravillas del mundo. La estructura fue encargada por su esposa y hermana, Artemisa II de Caria, a los arquitectos griegos Sátiro de Paros y Piteo. Según los escritos de la época, medía aproximadamente 134 metros de perímetro y 46 metros de altura, y cada una de las cuatro plantas estaba adornada con relieves escultóricos.

El Mausoleo de Halicarnaso pintado por Ferdinand Knab.
El Mausoleo de Halicarnaso pintado por Ferdinand Knab.

¿Cómo desapareció? El Mausoleo aguantó la invasión y también la destrucción de la ciudad (actualmente Bodrum, en Turquía), por parte de Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, pero finalmente un terremoto acabó con él, en el año 1404.

El Templo de Artemisa, en Éfeso

Ilustración del Templo de Artemisa
Ilustración del Templo de Artemisa

Su construcción duró 120 años y se incendió en una noche. El templo de Artemisa, ubicado en Éfeso, Turquía, fue dedicado a la diosa Artemisa (Diana para los romanos) y comenzada por el rey Creso de Lidia. Según Antípatro de Sidón, al que probablemente debemos la lista de estas maravillas: “He posado mis ojos sobre la muralla de la dulce Babilonia, que es una calzada para carruajes, y la estatua de Zeus de los alfeos, y los jardines colgantes, y el Coloso del Sol, y la enorme obra de las altas Pirámides, y la vasta tumba de Mausolo; pero cuando vi la casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes, esos otros mármoles perdieron su brillo, y dije: ‘Aparte de desde el Olimpo, el Sol nunca pareció jamás tan grande'”. El templo estaba compuesto por enormes edificios.

El 21 de julio del 356 a.C, un pastor llamado Eróstrato decidió incendiar el templo. Su único fin era conseguir que su nombre fuera conocido en el mundo entero. Y lo consiguió

¿Cómo desapareció? El 21 de julio del 356 a.C, un pastor llamado Eróstrato decidió incendiar el templo. Su único fin era conseguir que su nombre fuera conocido en el mundo entero. Y lo consiguió. Eróstrato, fue juzgado y condenado al ostracismo, pues su nombre debía olvidarse bajo pena de muerte. Sin embargo, tuvo el efecto opuesto al deseado, pues su nombre fue registrado en la obra ‘Fílipicas’ del historiador Teopompo, inmortalizado para siempre. Según Plutarco, el día del incendio coincidió con el nacimiento de Alejandro Magno, que años después se ofrecería costear su reconstrucción. Los habitantes de la ciudad se negaron, aduciendo que no era conveniente que un dios le construyera un templo a otra divinidad.

La Estatua de Zeus, en Olimpia

Estatua de Zeus en Olimpia
Estatua de Zeus en Olimpia

Estaba situada en Grecia. Se trataba de una escultura crisoelefantina creada por el escultor Fidias, que, según lo que nos ha llegado, era una representación de Zeus con el torso desnudo y el manto en torno a las piernas, llevaba la cabeza coronada de olivo y la mirada. En la mano derecha sostenía una Niké y en la izquierda un cetro. El trono era en sí mismo una obra de arte, hecho a base de marfil, ébano, oro y piedras preciosas; el respaldo, los brazos, los pies y los travesaños entre ellas iban labrados y decorados con relieves.

¿Cómo desapareció? En realidad, solo se sabe de ella gracias a descripciones de historiadores antiguos y representaciones en monedas. La tradición cuenta que Calígula, al enterarse de la existencia de la estatua, ordenó que la trasladaran a Roma y le cortaran la cabeza para poner una reproducción de la suya propia. Cuando los soldados romanos iban a cumplir lo dispuesto, escucharon la carcajada de Zeus y salieron despavoridos del lugar sin cumplir la orden. A diferencia del resto de maravillas, no hay un consenso claro sobre cuál fue su devenir: según algunas fuentes fue un incendio lo que terminó con ella, según otras, fue trasladada a Constantinopla y ahí se pierde su rastro.

El faro de Alejandría

La ciudad creada por Alejandro Magno en Egipto albergó un sinfín de maravillas en su día, entre ellas la famosa biblioteca, desaparecida en un incendio, y el faro. Se construyó en el siglo III a.C, para servir como punto de referencia del puerto, y medía al menos 100 metros. Lo construyó el arquitecto Sóstrato de Cnido durante el reinado de Ptolomeo II, utilizando grandes bloques de vidrio. El edificio era de forma octogonal, y en la parte más alta un gran espejo metálico reflejaba la luz del sol durante el día. Una hoguera marcaba la posición de la ciudad a los navegantes por la noche.

Ilustración del Faro de Alejandría.
Ilustración del Faro de Alejandría.

¿Cuándo desapareció? Igual que el Mausoleo de Halicarnaso, consiguió mantenerse en pie un milenio entero. Fue, sin embargo, severamente dañado durante los terremotos de 1303 y 1323. Los restos desaparecieron finalmente en 1480 cuando el sultán de Egipto Qaitbey empleó los bloques pétreos de las ruinas para construir un fuerte.

La Gran pirámide de Guiza

Según cuenta Heródoto, el faraón Keops (de la cuarta dinastía del Imperio Antiguo) fue un hombre cruel, que sumió en la pobreza a su pueblo. Su maldad llegó a tal nivel que incluso obligó a su hija a trabajar en un burdel para poder costear la construcción de su templo funerario. A cambio, su nombre será recordado para siempre. La suya es la más grande de las tres (su hermano Kefren y su hijo Micerinos también levantarían sendas pirámides al lado), mide 140 metros de altura y su base es de 230 metros, además fue la construcción más alta realizada por el hombre hasta el siglo XIV. Aún no se sabe por qué, cuenta con un pasaje de ascenso y descenso. Según la leyenda, Napoleón Bonaparte pasó una noche entera dentro de la Cámara del Rey, emulando a Alejandro Magno, que lo hizo antes que él. Nadie sabe qué sucedió en aquella noche más larga, pero, al salir, con el rostro desencajado, murmuró: “Aunque os lo contara no lo creeríais”.

Según la leyenda, Napoleón Bonaparte pasó una noche entera dentro de la Cámara del Rey, emulando a Alejandro Magno. Cuando salió, dijo: “Aunque os lo contara no me creeríais”

¿Cuándo desapareció? La Gran Pirámide es la única de las siete maravillas del mundo antiguo que aún se mantiene en pie. Se encuentra a veinte kilómetros del Cairo.

Fotografía de las pirámides de Giza (Fuente: iStock)
Fotografía de las pirámides de Giza 

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