Darle todo lo que nos piden nuestros hijos no es una buena forma de educar, y sentir culpa por no dárselos tampoco es el camino correcto, debemos comprender que hace falta que los niños aprendan, que existen límites, y, por lo tanto, puede ser perjudicial que les demos todo lo que quieren.
Por qué no deberías darles todo a tus hijos
Si le das todo a tu hijo, se convertirá en un niño no solamente malcriado, sino que pensará que tiene el derecho de tener todo lo que pida sin esfuerzo, se volverá egoísta, déspota y seguramente una persona superficial. Ver una sonrisa en la cara de nuestros hijos es algo que todos los padres quieren ver, pero es mejor educarles correctamente para conseguir que se conviertan en personas con buenos valores y de éxito.
Como padre, si no eres el jefe de tu familia, las líneas de autoridad pueden desdibujarse muy rápidamente. Cuando tus hijos no están seguros de quién está realmente a cargo, a menudo se portan mal, se comportan de manera arriesgada o, como resultado, se vuelven extremadamente mandones y condescendientes.
Y eventualmente, comienzas a resentirte con ellos porque no tienes forma de decirles qué hacer. Has perdido efectivamente el control.
Muchos padres también quieren ser amigos de sus hijos; no les gusta la idea de ser el jefe. El principal problema con este enfoque es que un amigo no juzga y un amigo es un compañero. El papel de un hijo simplemente no es igual al de su padre: como padres, debemos juzgar y estar a cargo porque, de lo contrario, nadie estará a cargo.
No darles todo es mostrarles que hay un límite
Los niños necesitan aprender límites y respetar esos límites cuando se hacen adultos porque, como dice el viejo refrán, «no se le pueden enseñar trucos nuevos a un perro viejo».
Es importante señalar que darles todo lo que quieren no solo significa darles todo lo material, en muchas ocasiones, los padres creen ejercer un rol de tutor ideal al brindar todos los materiales que desea su hijo, sin embargo, lo que más necesita el niño es el apoyo emocional de sus padres, y este, nunca debería negarse.
