Es sumamente relevante y necesario desarrollar el talento, la creatividad y la capacidad de intervención de los estudiantes universitarios para ayudar a crear un futuro más sostenible en ciudades como Hermosillo, Tucson y otras que también se encuentren con clima desértico extremo consideró la rectora María Rita Plancarte Martínez, al poner en marcha las actividades del proyecto Infraestructura Verde entre esta casa de estudios y la Universidad de Arizona.
En su mensaje inaugural expresó que la propuesta implica la planificación y participación en el proyecto de infraestructura verde en un área específica de la ciudad –El Cerro Johnson– donde utilizarán las lecciones aprendidas durante la pandemia del covid-19 para enriquecer el proceso de colaboración entre ambas instituciones de Arizona y Sonora.
Advirtió que el objetivo a alcanzar no es una tarea fácil, pero que por fortuna se cuenta con el bagaje académico de investigadores de ambas instituciones y el empuje dinámico de los estudiantes, así como del apoyo de instituciones gubernamentales y de la sociedad civil de ambas entidades que han hecho propuestas mediante proyectos de sensibilidad en el tema.
“Todos en conjunto han hecho propuestas e implementando proyectos de sensibilización que involucran a la sociedad en el tema de la infraestructura verde”, sostuvo en su mensaje inaugural.
Lo que alienta como universidades, sostuvo, es que los estudiantes tendrán la oportunidad de tener una fase formativa a través de visitas de campo para apreciar la infraestructura verde y participación en talleres para colaborar en proyectos de interés común –como en este caso—y desarrollar esta iniciativa que será de gran beneficio para todos.
Plancarte Martínez mencionó la importancia de compartir y desarrollar las buenas prácticas en el uso y cuidado del agua y el mantenimiento de áreas verdes, así como formalizar redes de colaboración para buscar soluciones reales e innovadoras a problemas que nos hermanan.
Dijo que en ese contexto “estamos ante un gran reto, pero donde juntos podremos enfrentarlo con inventiva, imaginación, pero sobre todo con conocimiento para generar las soluciones que se necesitan en esos espacios”.
Finalmente, hizo un especial reconocimiento al académico José Manuel Ochoa de la Torre, encargado del Laboratorio de Energía, Medio Ambiente y Arquitectura en el Departamento de Arquitectura y Diseño de esta institución, a quien calificó como un impulsor incansable para ese proyecto.
Ciudades con elementos comunes
Por su parte, Luz María Durán, vicerrectora de la Unidad Regional Centro, señaló que existen elementos comunes climáticos en Hermosillo y Tucson y que a partir de ello es posible pensar en una intervención donde haya aportaciones y experiencias que serán aplicadas en sus entornos.
“Compartimos el desierto, clima, vegetación, uso del agua y suelo, pero también las amenazas relacionadas con el cambio climático. Por ello la importancia de hacer la sinergia que se hace ahora, como contactarnos con ustedes y otras instituciones interesadas en también apoyar en este tema”, dijo.
Adriana Zúñiga Terán, corresponsable técnica del proyecto por parte de la Universidad de Arizona, también intervino para señalar la certeza de que la educación de las futuras generaciones nos engrandece y beneficia, da esperanza de un mundo mejor y trasciende las fronteras.
Indicó que tanto Arizona como Sonora le están apostando a que el desarrollo de las capacidades de los futuros profesionistas es una buena idea, una inversión de nuestro tiempo que vale la pena ya que ayudará a construir un mundo mejor.
“Esta certeza que centra la educación como la esperanza de un mundo mejor trasciende las fronteras”, reiteró e indicó que tanto Arizona como Sonora le están apostando a que el desarrollo de las capacidades de los futuros profesionistas es una buena idea, una inversión de nuestro tiempo que vale la pena ya que ayudará a construir un mundo mejor.
Todos los años, añadió, se rompen records de temperaturas altas en Sonora y Arizona, observándose cómo esos desafíos climáticos son más prominentes en las ciudades, de ahí, sostuvo, se tienen que diseñar urbanidades que ayuden a adaptarnos a esos cambios de clima de manera urgente.
Puntualizó en que las prácticas de infraestructura verde –o usar ese tipo de espacios para filtrar las escorrentías—son realmente soluciones muy sencillas, pero a la vez hay que planearlas, diseñarlas, y mantenerlas. “Es de suma importante, indicó, que los egresados conozcan esas prácticas para que las adopten en sus carreras profesionales y, tal vez, en sus mismas viviendas”.
José Manuel Ochoa de la Torre, responsable técnico del proyecto, dio a conocer cómo se creó un consorcio entre las dos universidades para desarrollar las competencias en torno al diseño de las infraestructuras verdes, dando a conocer que también se tiene el respaldo del Departamento de Estado de Estados Unidos al considerarlo de gran importancia para la mega región Sonora-Arizona.
“Como evento internacional también impacta en las actividades de internacionalización de la docencia, investigación y extensión de las dos universidades”, dijo, e indicó que el proyecto fue concursado y ganó el financiamiento por el propio Departamento bajo el fondo de 100k Strong of the Americas.
Informó que en la propuesta participan el Instituto Municipal de Planeación de Hermosillo, el colectivo Caminantes del Desierto, el Management Group de Tucson bajo la dirección de Joaquín Murrieta Saldívar, así como el Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables Conacyt del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara.