Cómo educar a tu hijo para que desarrolle plena confianza en sí mismo

El niño necesita que su figura más representativa de autoridad, es decir, sus padres, le orienten en el mundo y le ayuden a superar las dificultades.

Una de las cosas más difíciles en la vida, a juzgar por la gente que lo ha hecho, intentado, conseguido o fracasado, es la tarea de educar a un hijo. Nadie nos enseña a enseñar a otros, y aunque existen múltiples servicios y recursos de asesoramiento para padres y madres primerizos, la dificultad que entraña traer una vida al mundo se hace aún más compleja cuando hay que formarla y educarla en lo que está bien y está mal, así como para hacer que aprenda actitudes y comportamientos que le ayuden a vencer los retos del mañana.

Más allá de lo mucho o poco que alguien puede exigir a sus hijos, si hay algo crucial es que lo más importante es conseguir que confíen en sí mismos para cumplir sus metas. Desgraciadamente, vivimos en un mundo demasiado competitivo que también tiene su reflejo en la infancia. Los niños no son tan buenos como parecen, ni tienen tanta paciencia ni son tan bienintencionados como muchas veces tendemos a pensar. De ahí que los casos de ‘bullying’ no hayan dejado de crecer en la última década.

“Elogiar el esfuerzo en vez del resultado contribuye en gran medida a fomentar la resiliencia del niño”

Por tanto, antes que enseñarles a defenderse de los ataques (como cualquier padre o madre podría pensar que tiene que hacer), es vital formarles en valores para que distingan los buenos de los malos comportamientos, así como hacer que ganen en autoestima y desarrollen empatía por los demás que, más que ayudarles de cara a los posibles abusos que puedan recibir por parte de sus iguales, les haga condenar y rebelarse contra aquellos compañeros que quieren saltarse las normas de convivencia y atentar contra la integridad física o emocional de otros compañeros.

¿Cómo ayudarles a que desarrollen la seguridad suficiente que les haga enfrentarse a los problemas que se les presenten? Es un tema complejo, pues nunca llegas a estar del todo seguro de si estás obrando bien o te estás equivocando. Jason Keil, un periodista norteamericano, ha investigado sobre cuál es la mejor forma de educar a tu hijo para que obtenga la seguridad y confianza en sí mismo. A través de sus consejos y de diversos estudios y artículos de expertos, intentaremos orientarte en torno a esta difícil tarea.

Sé su ejemplo

El primer paso es conseguir que tu hijo aprecie y valore las cosas que hace bien. Si de primeras le dices que todo lo hace mal, o no llegas a darte cuenta de sus habilidades y capacidades, ya estarás fallándole. Al final, el niño debe ser consciente de lo que hace bien y necesita una figura que refuerce sus actitudes positivas para ello. Por otro lado, tampoco puedes permitir que escuche comentarios negativos sobre ti mismo. Sí, de hecho un artículo de ‘Psychology Today’ afirma que este es uno de los rasgos que más pueden influenciar en la percepción propia que tiene el pequeño. Al fin y al cabo, si su máxima figura de autoridad tampoco tiene seguridad en sí mismo ni la autoestima suficiente para encarar los problemas o dificultades, él nunca podrá desarrollar los valores que estás tratando de inculcarle y que tú no practicas.

“Los niños nunca aprenden las cosas por sí mismos. Siéntate con él y haz una lista de lo que le gustaría lograr: luego, empieza desde ahí”

En este sentido, también es importante que valores los malos resultados. Puede que no haya aprendido todavía a atarse los cordones, sea el último en saber las letras del abecedario o decir las horas, pero si le haces ver que solo a través de los errores se aprende y que lo que hay que hacer siempre es intentar algo hasta que por fin se consigue, estarás generando en él un espíritu de perseverancia que le será muy útil en el futuro para desenvolverse en sus circunstancias. “Elogiar el esfuerzo en vez del resultado contribuye en gran medida a fomentar la resiliencia del niño”, asegura Keil.

Guíale en sus inquietudes

Otro de los aciertos en la educación de tu hijo es saber guiarle en aquello que le interesa. Detecta cuáles son sus puntos fuertes, las cosas que le apasionan o las tareas que hace bien. Por mucho que te guste a ti una disciplina o un deporte, eso no quiere decir que a tu hijo también le tenga que encantar. No le fuerces a realizar actividades que le desagradan o que le dan igual; en vez de eso, ilusiónate por aquellas cosas buenas que a él le encanta o persigue. Saber que tiene talento para algo que a ti tampoco te llama mucho le reforzará en autoestima y seguridad en sí mismo.

En este sentido, es importante hacer que se ponga metas. El mundo debe parecer muy grande y muy difícil a ojos de un niño. Aunque cada vez parece que su crecimiento intelectual o tecnológico es mayor con respecto a sus padres, y que pueden perfectamente manejar tablets y otros dispositivos que a personas ya longevas y experimentadas les cuesta usar, es importante trasladar a lo concreto sus aspiraciones de niño. “No haga cosas por su hijo, si no enséñale y anímale a hacerlas”, recalca Keil. “Los niños nunca aprenden las cosas por sí mismos. Siéntate con él y haz una lista de lo que le gustaría lograr: luego, empieza desde ahí”.

Por último, otra de las medidas más útiles y bien encaminadas es hacerles aprender del fracaso. Trata de corregirle y hacerle ver qué es lo que ha hecho mal, pero no le castigues de forma desproporcionada o te enfades con él si hace algo mal. Esto es muy importante y es la base de una educación psicológica sana. Uno no se debe recrear en los errores y pensar demasiado en lo que ha hecho mal, pero sí que debe aceptarlo y aprender de ello. “Enséñales a aceptar que son imperfectos y hazles saber que les amarás pase lo que pase” o, en este caso, aunque cometan errores.

 

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