Recordamos una serie de hitos históricos sobre viajes espaciales que nunca debes olvidar. Y es que los seres humanos siempre hemos mirado hacia el cielo nocturno y hemos soñado con el espacio. En la segunda mitad del siglo XX, se desarrollaron cohetes que eran lo suficientemente poderosos como para superar la fuerza de la gravedad y alcanzar velocidades orbitales, allanando el camino para que la exploración espacial se hiciera realidad. En las décadas de 1930 y 1940, la Alemania nazi vio la posibilidad de utilizar cohetes de larga distancia como armas. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética crearon sus propios programas de misiles. El 4 de octubre de 1957, los soviéticos lanzaron el primer satélite artificial, Sputnik 1, al espacio. Cuatro años después, el 12 de abril de 1961, el teniente ruso Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en orbitar la Tierra en Vostok 1. Su vuelo duró 108 minutos y Gagarin alcanzó una altitud de 327 kilómetros.
El cosmonauta Yuri A. Gagarin, a bordo de la nave espacial Vostok 1, se convirtió en el primer ser humano en el espacio. El viaje, que comenzó con el lanzamiento a las 9:07 am hora de Moscú, implicó una órbita alrededor de la Tierra, que duró 1 hora y 29 minutos, y terminó a las 10:55 am en la Unión Soviética con su regreso sano y salvo a la Tierra. Un viaje que otorgó a Gagarin fama mundial inmediata y que a día de hoy aún recordamos.
Tampoco podemos olvidar a los predecesores animales que allanaron el camino hacia el espacio. Enviamos, entre otros, varios monos al espacio. El primer mono se lanzó desde Nuevo México el 11 de junio de 1948. Albert I, un mono rhesus, estaba a bordo de un cohete V2 pero se asfixió debido a un fallo técnica. Un año después, otro mono llamado Albert II fue enviado al espacio, esta vez alcanzando una altitud mayor pero, a pesar de sobrevivir al lanzamiento, la cápsula de Albert no pudo abrir su paracaídas y se estrelló en el impacto, matando al pobre mono. Albert III realizó un viaje fatal al espacio en septiembre de 1949. Su cohete V2 explotó después de alcanzar una altitud muy pequeña de menos de 5 kilómetros. Otro mono rhesus, Albert IV, despegó de White Sands, pero también murió cuando el recipiente de recuperación falló y el cohete se estrelló.