Philips México enfrenta fuertes cuestionamientos tanto legales como sociales, luego de ser acusada de distribuir ventiladores mecánicos defectuosos que liberan partículas tóxicas con posibles efectos cancerígenos y daños pulmonares irreversibles. Estos aparatos fueron ampliamente utilizados en hospitales públicos y privados durante la pandemia de COVID-19, poniendo en peligro la salud de miles de pacientes y profesionales médicos, de acuerdo con denuncias e investigaciones realizadas por la empresa Healthcare System.
“Es necesario que Philips se haga responsable por los perjuicios ocasionados en este caso, que ya ha tenido repercusiones tanto legales como sociales”, declaró Healthcare System, una firma mexicana dedicada al equipamiento médico.
La Secretaría de Salud de Durango también se unió a la denuncia a través de una carta firmada por Miguel Ángel Marrufo Ibarra, jefe del Departamento de Ingeniería Biomédica del Hospital General 450. En la misiva, se solicita el retiro urgente del modelo de ventilador E30 para evitar mayores riesgos a los pacientes y asegurar el cumplimiento de los estándares de calidad.
Durante la emergencia por COVID-19, estos dispositivos fueron empleados incluso en instituciones clave como el IMSS en Oaxaca, lo que expuso a poblaciones vulnerables a peligros significativos. “Cada uno de estos ventiladores defectuosos representa un riesgo para la vida de un ser querido: una madre, un padre, un hijo”, expresó Healthcare System.
A diferencia de países como Estados Unidos, España, Francia o Australia, donde Philips ya ha sido sancionada e investigada, en México las víctimas siguen esperando respuestas. Healthcare System acusa a las autoridades de pasividad y denuncia que la empresa intenta evadir su responsabilidad al afirmar que desconoce el paradero de los ventiladores, una postura que la distribuidora considera falsa y evasiva.
Frente a esta situación, Healthcare System México plantea las siguientes exigencias:
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El retiro inmediato de todos los ventiladores defectuosos.
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Compensaciones económicas para las familias afectadas.
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Una investigación seria por parte de la Secretaría de Salud y Cofepris.
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Cobertura mediática amplia para visibilizar la situación y dar voz a las víctimas.
“Llamamos a la sociedad a exigir justicia y a no dejar en el olvido a quienes han sido afectados por esta crisis”, concluyó la empresa.
Un problema con impacto global
Este problema no es exclusivo de México. En junio de 2021, la FDA de Estados Unidos ordenó el retiro masivo de millones de dispositivos médicos, incluyendo ventiladores, CPAP y BiPAP, al descubrir que la espuma interna de poliuretano (PE‑PUR) podía descomponerse, liberando sustancias tóxicas peligrosas para la salud humana.
Philips emitió una alerta internacional, incluida México, recomendando suspender el uso de estos dispositivos y sustituirlos o repararlos. Sin embargo, pacientes y personal sanitario continúan reportando angustia, pérdida de confianza en las autoridades y demoras en la entrega de equipos seguros.
En países como España, Francia y Australia, se han aplicado sanciones económicas y se ha exigido el retiro inmediato de los productos afectados. En contraste, en México aún hay hospitales que utilizan los ventiladores defectuosos, sin que se hayan implementado medidas efectivas para proteger a los pacientes. Se estima que al menos 2 000 ventiladores E30 fueron entregados a más de 250 centros de salud durante la pandemia, sin un adecuado control posterior, pese a las advertencias internacionales.