Quizá sientas que has encontrado a la persona que, hasta ahora, sólo existía en tus sueños: alguien educado, correcto, que cae bien a todo el mundo…
Cuando estás en esta situación y, aunque todo te parezca de color de rosa, conviene pararte un poco, mirar y hacer un análisis que te ayude a discernir si esa supuesta “perfección” de la persona que tienes al lado esconde o no ciertos comportamientos que pueden dar lugar a una relación complicada.
Quizás también te hayas rodeado sin quererlo de amistades tóxicas o incluso una familia tóxica y creas que ‘atraes el problema’. No es así. Recuerda que las relaciones personales sanas son gratificantes, generosas y te ayudan a crecer. Recuerda que siempre es posible hacer nuevos amigos, que no estás atrapado en una red sin salida. Y recuerda también que compartir la vida con alguien no significa reducir tu mundo a esa persona (¿le quieres o solo tienes miedo a estar sola?); has de reservar energía para ti, para sentirte a gusto, y no dedicar todo tu tiempo a intentar que se sienta bien.
Las diez claves
A continuación, y con la asesoría del equipo de psicólogos especializados en pareja, te hablamos de los rasgos que te dirán si tu pareja es o no es tóxica y te explicamos cómo salir de ese tipo de relación. Se trata de aspectos no negociables en una relación de pareja.
1) Es egoísta y egocéntrico(a)
¿No puede ser una persona más empática y sólo piensa en su propio beneficio? Actúa sin plantearse si sus acciones favorecen o no a la relación, tiende a no escuchar y no se pone en tu lugar. Seguro que sus quejas sobre el trabajo son largas letanías y las tuyas se quedan en una frase que tu pareja resolverá con un “eso no es nada, lo mío sí que es grave”.
2) Tiende a victimizarse
Los culpables siempre son los demás y jamás reconocerá haber cometido un error. Todo lo contrario, siempre padece los de los otros. De vez en cuando, de su boca saldrán palabras del tipo: “Con todo lo que yo hago”… Comportamiento clásico de personas tóxicas.
3) Es pesimista y critica continuamente
No ve lo positivo de la vida y critica cualquier situación. Por ejemplo, si tiene una reunión, pasará buena parte del día diciendo: “Seguro que la reunión va a ir mal… Si despiden a alguien es a mí”. Buena falta le haría explorar el optimismo.
4) Es una persona envidiosa que no se alegra del bien ajeno
Al contrario, se enfurece cuando los demás obtienen un logro. Se compara con los demás y siempre les busca defectos. Y, si alguien alcanza un logro, intentará restarle importancia diciendo “todos los tontos tienen suerte” o algo similar.
Confronta continuamente por cualquier motivo y siempre tiene que tener la última palabra. Tratará de ejercer poder sobre tus decisiones y generarte sentimientos de culpa. Después de cualquier discusión, tratará de hacerte ver que tú la iniciaste.
6) Hace continuos reproches y exige demasiado
Te recordará tus posibles fallos continuamente, los memorizará, archivará y sacará a la luz siempre que le parezca. Por supuesto, pensará que tú estás a su servicio y, por mucho que lo intentes, no conseguirás que la relación vuelva a ser como al principio o que tu pareja se sienta satisfecha. Dejarás de sentirte segura de ti misma.
7) Muestra una actitud controladora y posesiva
Se molesta cuando pasas tiempo con amigos o con tu propia familia, más todavía si lo inviertes con una persona del sexo opuesto a quien te une una relación de amistad o laboral. Controla tus llamadas, tu actividad en redes sociales o tus gastos sin respetar tu privacidad. Es una persona muy celosa, su sobreprotección y celos son asfixiantes, de tal forma que te aíslan del mundo y te generan una dependencia emocional de la que es difícil salir.
8) Falta de respeto y menosprecio
Intenta infravalorar todos tus logros, restándole importancia a tus virtudes. Se dirige a ti de malos modos en público y en privado, incluso criticando y ridiculizando tu forma de ser, de vestir o de actuar, por lo que en ocasiones te ves en la tesitura de disculparle ante tu entorno con un “tiene un mal día” o “no sé qué le pasó, nunca es así”. Cómo no, en esta relación fatal considera que tiene el mando, por lo que no dudará en tomar decisiones sin importarle tu opinión.
9) Tiene reacciones desmesuradas
Sientes que tienes que ‘caminar de puntillas’ constantemente para no enfurecerle porque se muestra susceptible constantemente y todo lo que digas o hagas puede sentarle mal, lo que te convertirá en el objeto de su enfado, desprecio o indiferencia.
Fuente: elle.com