El síndrome de Peter Pan

El Síndrome de Peter Pan es otro de esos muchos trastornos que han encontrado su nombre con ayuda de Disney. Al igual que Peter Pan se negaba a abandonar Nunca Jamás para no convertirse en adulto, podemos encontrar adultos que se niegan a abandonar su niñez, sintiendo un miedo profundo a crecer.

El Síndrome de Peter Pan sería una forma extrema de lo que consideramos falta de madurez. Se da principalmente en hombres adolescentes y adultos jóvenes, que tienen miedo a crecer y asumir responsabilidades, lo que les impide cumplir los roles asociados a su momento vital.

Este síndrome, definido por Dan Kiley, no está reconocido en ningún manual de diagnóstico de enfermedades mentales, como el DSM o la CIE, pero se utiliza la etiqueta para agrupar una serie de comportamientos:

Man wearing a silly indian costume.
  • Incapacidad para asumir responsabilidades propias de su edad.
  • Necesidad y deseo de ser cuidado por otras personas. Esto les lleva a buscar a otra persona que desempeñe con ellos el papel de madre o padre. Tienen miedo a quedarse solos.
  • Atracción por la propia juventud. Es normal escucharles hablar sobre su juventud, sobre el deseo de permanecer siempre joven y no querer envejecer.
  • Incapacidad para comprometerse. Consideran el compromiso como un impedimento para sentirse jóvenes y libres. Esto provoca que sus relaciones amorosas sean cortas y, si llegan a casarse, acaben en separaciones y divorcios.
  • Rasgos narcisistas. Se muestran arrogantes, egoístas, preocupados por su éxito, poder o belleza… Buscan la admiración de los demás, sintiendo que los demás le envidian y utilizándoles para lograr sus propias metas.
  • Falta de empatía. Viven centrados en sí mismos, sin reparar en las necesidades o sentimientos de la gente que les rodea.
  • Baja autoestima e inseguridades. Aunque se muestran seguros de sí mismos ante los demás, muestran grandes inseguridades y una baja autoestima, ya que al no asumir responsabilidades, tampoco asumen la responsabilidad de sus éxitos.
  • Comportamiento rebelde. Siguen comportándose como si fueran niños pequeños, lo que les hace comportarse en ocasiones de forma inadaptada y justificar sus conductas con mentiras.
  • Se sienten incomprendidos, ya que no son conscientes del problema que tienen.

Estos son algunos de los signos que podemos observar en personas con el Síndrome de Peter Pan (SPP), los cuales dan lugar a otra multitud de problemas, tanto a nivel social, como personal o laboral.

A nivel social, al no asumir responsabilidades, se ven incapaces de cumplir con los roles asociados a su edad, ya sea el de padre, pareja, marido… Lo que lleva a dañar las relaciones interpersonales con las personas de su entorno. Lo mismo ocurre a nivel profesional o laboral, ya que tampoco pueden comprometerse con las tareas de su puesto de trabajo.

En lo referido a lo personal, pueden aparecer problemas conductuales, como los que hemos nombrado anteriormente, y problemas emocionales derivados, como son síntomas de ansiedad o depresión.

Las causas del SPP son desconocidas, pero se han elaborado diferentes teorías que lo relacionan con múltiples factores, como puede ser el estilo de afrontamiento, la personalidad (rasgos relacionados con la evitación o la dependencia) o el apego en la infancia.

Aunque no existe una terapia específica para el SPP, el tratamiento tendría que ir orientado a que la persona, poco a poco, aprenda a asumir responsabilidades, solucionar sus propios problemas, tomar decisiones… al fin y al cabo, a que aprenda a comportarse como un adulto.

Fuente: www.psicologiaymass.com

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