Puede ser difícil de creer cuando te enfrentas a un helado de chocolate caliente o la perspectiva de dormir hasta tarde en lugar de ir al gimnasio, pero los estudios muestran que las personas con autodisciplina son más felices.
Las personas con un mayor grado de autocontrol pasan menos tiempo debatiendo si deben entregarse a comportamientos que son perjudiciales para su salud y son capaces de tomar decisiones positivas con mayor facilidad. No dejan que los impulsos o los sentimientos dicten sus elecciones. En cambio, toman decisiones sensatas. Como resultado, tienden a sentirse más satisfechos con sus vidas.
1. Conozca sus debilidades.
Todos tenemos debilidades . Ya sean bocadillos como papas fritas o galletas con chispas de chocolate, o tecnología como Facebook o la última aplicación de juegos adictivos, tienen efectos similares en nosotros.
Reconozca sus defectos, sean los que sean. Con demasiada frecuencia, las personas intentan fingir que sus vulnerabilidades no existen o encubrir cualquier escollo en sus vidas. Reconozca sus defectos. No puede superarlos hasta que lo haga.
Como dice el refrán, “fuera de la vista, fuera de la mente”. Puede parecer una tontería, pero esta frase ofrece un consejo poderoso. Simplemente eliminando sus mayores tentaciones de su entorno, mejorará enormemente su autodisciplina.
Si quieres comer más sano , no compres comida chatarra. Si desea mejorar su productividad en el trabajo , apague las notificaciones y silencie su teléfono celular. Cuantas menos distracciones tenga, más concentrado estará en lograr sus objetivos. Prepárese para el éxito deshaciéndose de las malas influencias.
3. Establezca metas claras y tenga un plan de ejecución.
Si espera lograr la autodisciplina, debe tener una visión clara de lo que espera lograr. También debe comprender lo que significa el éxito para usted. Después de todo, si no sabe a dónde va, es fácil perder el rumbo o desviarse.
4. Desarrolle su autodisciplina.
No nacemos con autodisciplina, es un comportamiento aprendido. Y al igual que cualquier otrahabilidad que desee dominar, requiere práctica y repetición diarias. Al igual que ir al gimnasio, la fuerza de voluntad y la autodisciplina requieren mucho trabajo. El esfuerzo y la concentración que requiere la autodisciplina pueden ser agotadores.
A medida que pasa el tiempo, puede resultar cada vez más difícil controlar la fuerza de voluntad. Cuanto mayor sea la tentación o la decisión, más desafiante puede resultar abordar otras tareas que también requieren autocontrol. Así que trabaja en desarrollar tu autodisciplina a través de la diligencia diaria.
Adquirir autodisciplina y trabajar para inculcar un nuevo hábito puede resultar abrumador al principio, especialmente si te concentras en toda la tarea que tienes entre manos. Para evitar sentirse intimidado, manténgalo simple. Divida su objetivo en pasos pequeños y factibles. En lugar de intentar cambiar todo a la vez, concéntrate en hacer una cosa de manera constante y domina la autodisciplina con ese objetivo en mente.
Si está tratando de ponerse en forma, comience haciendo ejercicio de 10 a 15 minutos al día. Si está tratando de lograr mejores hábitos de sueño, comience por acostarse 15 minutos antes cada noche. Si desea comer de manera más saludable, comience preparando el almuerzo la noche anterior para llevarlo con usted por la mañana. Da pasos de bebé. Eventualmente, cuando esté listo, puede agregar más objetivos a su lista.
6. Coma con frecuencia y de manera saludable.
La sensación de hambre, esa sensación de enojo, molestia e irritación que se siente cuando tiene hambre, es real y puede tener un impacto sustancial en la fuerza de voluntad. Las investigaciones han demostrado que los niveles bajos de azúcar en sangre a menudo debilitan la resolución de una persona, lo que la vuelve gruñón y pesimista.
Cuando tienes hambre, tu capacidad de concentración se ve afectada y tu cerebro no funciona tan bien. Es probable que su autocontrol se debilite en todas las áreas, incluida la dieta, el ejercicio, el trabajo y las relaciones. Así que aprovéchese de refrigerios saludables y comidas regulares para mantenerse bajo control.
7. Cambie su percepción sobre la fuerza de voluntad.
Según un estudio de la Universidad de Stanford , la cantidad de fuerza de voluntad que tiene una persona está determinada por sus creencias. Si cree que tiene una cantidad limitada de fuerza de voluntad, probablemente no sobrepase esos límites. Si no pone un límite a su autocontrol, es menos probable que se agote antes de alcanzar sus metas.
En resumen, puede ser que nuestras concepciones internas sobre la fuerza de voluntad y el autocontrol determinen cuántos de ellos tenemos. Si puede eliminar estos obstáculos subconscientes y realmente cree que puede hacerlo, entonces se dará un impulso adicional de motivación para hacer realidad esos objetivos.
Los psicólogos utilizan una técnica para aumentar la fuerza de voluntad llamada “intención de implementación”. Ahí es cuando te propones un plan para lidiar con una situación potencialmente difícil que sabes que probablemente enfrentarás. Por ejemplo, imagina que estás trabajando para comer de manera más saludable, pero vas camino a una fiesta donde se servirá comida.
Antes de ir, repítete a ti mismo que en lugar de sumergirte en un plato de queso y galletas, beberás un vaso de agua y te concentrarás en mezclarte. Tener un plan te ayudará a tener la mentalidad y el autocontrol necesarios para la situación. También ahorrarás energía al no tener que tomar una decisión repentina en función de tu estado emocional.
9. Recompénsese.
Dése algo por lo que emocionarse planificando una recompensa cuando logre sus metas. Al igual que cuando eras un niño pequeño y recibías un premio por tu buen comportamiento, tener algo que esperar te da la motivación para tener éxito.
La anticipación es poderosa. Te da algo en lo que obsesionarte y concentrarte, por lo que no solo estás pensando en lo que estás tratando de cambiar. Y cuando logres tu objetivo, busca un nuevo objetivo y una nueva recompensa para seguir avanzando.
10. Perdónate y sigue adelante.
Incluso con todas nuestras mejores intenciones y planes bien trazados, a veces nos quedamos cortos. Sucede. Tendrás altibajos, grandes éxitos y estrepitosos fracasos . La clave es seguir avanzando.
Si tropieza, reconozca qué lo causó y siga adelante. No te dejes envolver por la culpa, la ira o la frustración, porque estas emociones solo te arrastrarán más hacia abajo e impedirán el progreso futuro. Aprenda de sus errores y perdónese a sí mismo. Luego, vuelve a meter la cabeza en el juego y vuelve a centrarte en tus objetivos.
Fuente: entrepreneur.com
