Lo que sería nuestra vida si adoptáramos el optimismo de los niños

La inocencia de la infancia es un rasgo bien documentado. No hay nada tan notable como un niño que vive su mejor vida despreocupado y optimista. Ahora, la ciencia respalda por qué estos niños hiperoptimistas son una fuerza de positividad que es contagiosa para quienes los rodean.

Cuanto más pequeño sea el niño, es menos probable que sienta el impacto de las circunstancias adversas. No significa que esas cosas traumáticas no les vayan a pasar. Pero es solo cómo lo manejan lo que marca la diferencia.

Lamentablemente, a medida que un niño crece, aumenta la capacidad de aprender y retener más de estas cosas terribles, razón por la cual tantos niños mayores cargan con el equipaje de su infancia.

Una historia que prueba esta teoría sucedió en Portsmouth, Ohio, el 2 de diciembre de 1992. Carl Coulter entró en su casa y le quitó la vida a su esposa. Sus cuatro hijas estaban en la habitación y vieron cómo se desarrollaba el crimen.

Ver algo como esto impactaría profundamente en la vida de cualquiera, y mucho más en la de un niño inocente. A la muerte de su madre, las niñas tenían 2, 4, 8 y 10 años. Los cuatro niños fueron adoptados por familias amorosas que los apoyaron y les dieron la ayuda que necesitaban.

Sin embargo, las dos chicas más jóvenes tienen poco o ningún recuerdo del evento. Por lo tanto, no tienen tantos problemas de salud mental. A las chicas mayores no les fue tan bien. Recordaron los eventos que ocurrieron y causaron un profundo daño mental.

Los dos niños mayores entraban y salían del hospital psiquiátrico y de la cárcel porque no podían hacer frente a lo que vieron en su vida joven. Entonces, este caso demuestra que los niños más pequeños no se ven tan afectados con malos resultados. Eso es porque sus cerebros no son lo suficientemente maduros para comprender las cosas terribles que los rodean.

Los cuatro niños pasaron por la misma experiencia. Pero a dos les fue mucho mejor porque se vieron menos afectados por las cosas malas. ¿Cómo es psicológicamente posible que cuatro personas pasen por lo mismo y, sin embargo, todas vean las cosas de manera tan diferente?

Comprender el sesgo de optimismo, la única razón por la que los niños son tan optimistas

Todo el mundo tiene un sesgo de optimismo, que es la escala interna que usa su mente para clasificar los eventos. Los niños más pequeños tienen hiperoptimismo porque los resultados adversos en la vida no los afectan tanto. Sin embargo, a medida que crecen y envejecen, desarrollan una visión más realista del mundo que los rodea, y este sesgo disminuye con la madurez.

Para probar esta teoría, el Centro de Investigación de Psiquiatría Computacional y Envejecimientorealizó un estudio. La Dra. Johanna Habicht fue la mente maestra detrás de este evento y permitió que los niños exploraran el sistema solar para obtener las respuestas necesarias. Había planetas colocados alrededor de la habitación, y cada niño tenía que ir a los distintos mundos para encontrar los detalles que encontraban fascinantes.

El objetivo era que cada niño informara lo asombroso que era el planeta y diera detalles. Obtuvieron una recompensa basada en la información proporcionada. Tanto los niños más pequeños como los mayores demostraron un sesgo de optimismo, pero los niños más pequeños tenían una perspectiva más hiperoptimista.

Los participantes más jóvenes creían que obtendrían la mayor cantidad de tesoros de esta tarea, por lo que estaban ansiosos por participar. Sin embargo, el grupo de adolescentes mayores estaba menos que emocionado. No creían que los premios serían lo que querían o no confiaban en las personas que realizaban el estudio.

La diferencia entre los niños más pequeños y los mayores

Analizar las mentes de estos 108 niños fue revelador, ya que era fácil ver cuán dañado estaba el grupo mayor por la vida. Las desilusiones y las cosas que les habían pasado les hicieron sospechar de recibir una recompensa. Los niños más pequeños también han tenido decepciones, pero no han dejado que les afecte como lo hicieron los mayores, principalmente debido a este sesgo optimista.

Los hallazgos esenciales de estos estudios provienen del hecho de que los niños que tienen una gran cantidad de hiperoptimismo tienen menos obstáculos en el camino de sus metas. Por lo tanto, es menos probable que estos niños luchen contra la depresión y la ansiedad debido a su positividad.

Por otro lado, los niños mayores han sido sesgados por la vida, por lo que carecen del optimismo que fomenta la negatividad. Como resultado, la vida deja la puerta abierta a problemas de salud mental.

Una mentalidad negativa en la que dudas del mundo que te rodea y de su gente puede ser devastadora. Puede conducir a problemas de salud física, así como trastornos mentales. Además, tampoco es adecuado para su desarrollo profesional. El estudio demostró que los niños más pequeños eran más confiados y menos afectados por los desafíos de la vida.

El descenso a la psicología anormal

Si un niño va a tener un trastorno depresivo que lo acompañará de por vida, a menudo esta depresión comienza a desarrollarse durante la adolescencia. Muchos cambios ocurren con el cuerpo y la mente durante los años hormonales de la pubertad. Eso es porque los cambios hormonales crean las condiciones perfectas para tal ocurrencia.

Tomemos, por ejemplo, algunos trastornos de salud mental significativos como la personalidad límite y la esquizofrenia. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, la edad promedio para diagnosticar esquizofrenia es entre los 16 y los 30 años. Cuando se trata de personalidad límite, la Biblioteca Nacional de E.U. afirma que a menudo es a los 12 años cuando se puede diagnosticar a un niño.

¿Por qué la depresión y otros problemas de salud mental surgen durante la adolescencia? ¿Es porque los niños pierden su hiperoptimismo, lo que los pone en mayor riesgo de problemas mentales? ¿O es otra cosa? Los expertos en investigación saben que el desarrollo del cerebro se encuentra en un período crítico durante la adolescencia tardía, lo que hace que el adolescente sea excepcionalmente vulnerable a los problemas mentales.

El papel de la genética en la mente optimista

Otro componente importante que no podemos ignorar es la genética. Cuando hay variaciones genéticas, es más probable que estas condiciones heredadas se manifiesten durante una etapa de desarrollo. Por ejemplo, si un niño tiene un padre con esquizofrenia, tiene entre un 60 y un 80 por ciento más de probabilidades de desarrollar esta afección, según la Biblioteca Nacional de Medicina.

Según Modular Psychiatry, la genética aumenta las posibilidades de desarrollar una personalidad límite en un 46 por ciento. Sin embargo, no se sabe que la depresión tenga factores hereditarios. Otra cosa a considerar es que las drogas callejeras ilegales pueden aumentar la posibilidad de desarrollar una psicología anormal.

Aunque existen muchos estudios, los adolescentes que consumen cannabis y drogas psicoactivas tienen más probabilidades de desarrollar problemas psicológicos que aquellos que no lo hacen. ¿Es posible que los cambios en el cerebro y los cambios en el desarrollo alteren las opiniones optimistas de un niño pequeño? ¿Podrían estas alteraciones robarles su felicidad?

Quitarse las gafas de color rosa

Es refrescante ver a un niño pequeño jugar tan despreocupado e ileso del mundo que lo rodea. Incluso cuando surgen situaciones menos que favorables, su perspectiva optimista les permite verlo de manera diferente. ¿Alguna vez has escuchado el término de que alguien lleva gafas de color rosa?

La frase proviene de investigadores de la Universidad de Birmingham. El tinte de lentes se hizo popular en el siglo XIX, cuando muchos lo consideraban un signo de belleza. Sin embargo, los investigadores médicos vieron que era una forma de ayudar a las personas con migrañas.

Teñir las lentes, un color rosa, bloqueó los dañinos rayos azules que se estaban volviendo comunes en la iluminación fluorescente. Además, aquellos con condiciones sensibles a la luz encontraron que su visión mejoró al poner un tinte en la lente de sus anteojos.

El Dr. Katz de la Universidad de Utah descubrió que cambiaba su percepción una vez que las personas usaban estos anteojos por períodos prolongados. Para demostrar este fenómeno, es como usar gafas de sol durante horas y luego quitárselas e intentar adaptarse a la luz. Sin embargo, una vez que una persona se quitaba las gafas, podía ver lo que filtraba el tinte rosa.

Entonces, a medida que los niños crecen, pierden este tinte que los protege de lo que sucede a su alrededor cuando la realidad se establece. Estos niños procesan las cosas de manera diferente porque ven las cosas a través de lentes diferentes.

Por supuesto, no siempre es fácil adaptarse a lo que ves cuando te quitas las gafas de color rosa. A medida que las personas envejecen, se vuelven más cínicas, ya que el mundo que les rodea no es todo lo que se supone que debe ser.

Reflexiones finales sobre por qué los niños son tan optimistas

La inocencia infantil a menudo se representa en la televisión y las películas porque es tan pura y hermosa que no puedes evitar quedarte fascinado. Sin embargo, a medida que estos niños crecen, su inocencia se les escapa a medida que crecen en un mundo que a veces puede ser cruel y frío.

La neurociencia muestra que los niños son más optimistas desde el nacimiento, rodeados de positividad y felicidad. Sin embargo, la realidad es un trago amargo de tragar. A medida que crecen, los lentes de color rosa que los protegen del mundo se desprenden para revelar revelaciones impactantes.

La mayoría de los principales trastornos mentales comienzan en la juventud. Cuando un niño alcanza la edad de desarrollo de 12-13 años, ya puede indicar aspectos psicológicos anormales y hacer predicciones para el futuro. Si bien algunos problemas psicológicos ocurren más adelante en la vida, la mayoría de los psiquiatras ya pueden ver signos y síntomas de un trastorno desde el principio.

La clave para una vida feliz y saludable es desarrollar un punto de vista optimista y enseñar a sus hijos a ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Las posibilidades de que alguien tenga un trastorno de salud mental se reducen cuando se mantienen positivos y tratan de dejar que las cosas malas no los afecten.

 

 

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