Las bacterias resistentes a antibióticos ya representan un peligro sanitario mundial y son muchos los grupos de investigación centrados en desarrollar nuevas estrategias para combatirlas, como un compuesto de esta seta.
Los antibióticos son uno de los medicamentos más utilizados desde su aparición en el ámbito sanitario y han sido infalibles en eliminar infecciones bacterianas durante décadas. Sin embargo, su eficacia está disminuyendo debido a la presencia cada vez más abundante de bacterias resistentes a antibióticos.
Las superbacterias: el próximo peligro sanitario
Las bacterias resistentes a antibióticos, también denominadas como superbacterias, presentan un peligro sanitario que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado como una prioridad en investigación desde hace varios años.
La presencia de superbacterias está en aumento, especialmente en poblaciones donde el uso de antibióticos es elevado. Dentro de estos países, los antibióticos se pueden obtener en las farmacias sin receta, por lo que su uso normalmente es más alto del necesario.
Cada vez hay más enfermedades causadas por infecciones bacterianas que se resisten a ser tratadas con simples antibióticos, lo que tiene un efecto directo en la duración de la enfermedad, la gravedad de los síntomas y el gasto sanitario.
Además, como ya hemos observado en la pandemia causada por el SARS-CoV-2, las dinámicas de poblaciones muy globalizadas permiten que los patógenos infecciosos viajen de un punto del planeta al contrario en apenas unas horas. Por lo que un problema de hoy en España puede convertirse en el problema de mañana en Vietnam, y viceversa.
Las bacterias resistentes a antibióticos son capaces de sobrevivir un tratamiento estándar y proliferar en ambientes donde sus compañeras, que no presentan esta ventaja, mueren con rapidez. Esta presión selectiva facilita que las cepas bacterianas se enriquezcan con superbacterias con el tiempo.
Nuevas trampas para antiguos enemigos
Ante esta situación, la OMS propone unas recomendaciones generales, no sólo para investigadores y sanitarios, sino también para ciudadanos y pacientes. En líneas generales, todas ellas se centran en no tomar antibióticos sin prescripción médica y al hacerlo, seguir las pautas indicadas. Esta práctica, junto a unas medidas de higiene normales, puede tener un gran impacto.
En el campo de la investigación, muchos grupos llevan ideando estrategias alternativas o complementarias para eliminar estas bacterias resistentes junto con las sensibles a antibióticos. En los últimos años hemos visto el desarrollo de virus bacteriófagos o nuevos fármacos.
Un nuevo estudio propone el uso de una molécula aislada de una seta para tratar bacterias resistentes a antibióticos, en concreto la bacteria Pseudomonas aeruginosa. Esta bacteria fue catalogada por la OMS como la segunda superbacteria más dañina.
Pseudomonas aeruginosa es un patógeno oportunista que infecta en pacientes cuyo sistema inmunitario no funciona de forma correcta infectando las vías respiratorias, heridas, tejidos y que puede llegar a causar sepsis (infección generalizada). Ante esta situación, si los antibióticos no funcionan, puede ser mortal para el paciente.
Una seta (casi) mágica
Las bacterias han evolucionado junto a muchos otros organismos vivos, y en numerosas ocasiones se han descubierto estrategias coevolutivas entre parásitos y los seres a los que infectan. El hongo Lentinula edodes es un claro ejemplo, ya que tiene propiedades antibacterianas.
Esta seta china o shiitake ha captado la atención de un grupo de investigación de la Universidad de Granado, cuyo foco es identificar mecanismos naturales para utilizarlos como tratamientos contra bacterias por su capacidad antibacteriana.
Un estudio recientemente publicado por este equipo en la revista Frontiers in Microbiology ha presentado los resultados de los análisis de extracto de micelio de este hongo como capacidad para eliminar la bacteria Pseudomonas aeruginosa.
Los experimentos demostraron que estos extractos de hongo afectaban el movimiento y el metabolismo de esta bacteria. Además, observaron que algunos genes implicados en la creación de biofilm (una “bio-película” que hace de barrera protectora contra agentes externos) estaban parcialmente desactivados.
Estas observaciones fueron confirmadas con modelos de infección en cultivos celulares. En presencia de la molécula de la seta, la bacteria no era capaz de infectar con tanta virulencia y efectividad.
Una nueva esperanza contra las superbacterias
Estos resultados necesitan ser comprobados en modelos animales antes de poder comenzar estudios con humanos. Incluso si todos los estudios son positivos, será necesario realizar muchos controles para asegurar que es candidato a ser un nuevo fármaco contra Pseudomonas aeruginosa.
A pesar de que no tendremos la molécula del hongo Lentinula edodes en farmacias en un futuro reciente, estos resultados abren la puerta a posibles alternativas para combatir las infecciones causadas por superbacterias.
Es posible que lo aprendido con este artículo no sólo sea efectivo contra esta bacteria, sino que también pueda ser aplicado a otras bacterias de otras familias, especialmente si este mecanismo está basado en un proceso bacteriano muy conservado evolutivamente.
Referencias:
Kisler and Zlokovic. 2022. How the brain regulates its own immune system. Nat Neurosci. doi: 10.1038/s41593-022-01066-w
World Health Organization. Newsroom: Antibiotic resistance. 31 July 2020.