¿Cómo te ayuda la inteligencia emocional a ser feliz?

Es un estado que todos deseamos alcanzar, pero pocos llegamos a él: la felicidad. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, este concepto se puede entender como la satisfacción espiritual y física que experimenta una persona; sin embargo, ¿cómo la puedes conseguir?,  la clave podría estar en la inteligencia emocional.

Para el experto  Lyubomirsky, en su artículo “The benefits of frequent positive Affect”, la felicidad está determinada por la combinación de tres factores: genéticos, personalidad y circunstanciales o intencionales.

¿La felicidad está en tus manos?

La inteligencia emocional (IE) genera habilidades internas de autoconocimiento que permiten desarrollar la empatía, destreza social y mejorar las aptitudes para relaciones emocionales; pero, ¿cómo actúa para ayudarnos a alcanzar la felicidad

La IE se encuentra compuesta por cuatro aspectos que en conjunto te permiten sentirte pleno con tu vida:

1. La percepción emocional. Consiste en la habilidad para identificar y reconocer tanto los propios sentimientos como los de aquellos que te rodean. Implica prestar  atención y descodificar con precisión las señales emocionales de la expresión  facial, movimientos corporales y tono de voz.

2. La facilitación o asimilación emocional. Es la habilidad para tener en cuenta  los sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas. Ésta se centra en cómo las emociones afectan al sistema cognitivo y cómo nuestros  estados afectivos ayudan a la toma de decisiones.

3. La comprensión emocional. Implica la habilidad para desglosar el amplio y complejo repertorio de señales emocionales, etiquetar las emociones y reconocer en qué categorías se agrupan los sentimientos. Además, implica una actividad tanto anticipatoria como retrospectiva para conocer las causas generadoras del estado anímico y las futuras consecuencias de nuestras acciones.

4. La regulación emocional. Es la capacidad para estar abierto a los sentimientos, tanto positivos como negativos, y reflexionar sobre los mismos para descartar o aprovechar la información que los acompaña en función de su utilidad. Además, incluye la  habilidad para regular las emociones propias y ajenas, moderando las emociones negativas e intensificando las positivas.

El objetivo de la vida debería ser el de plantearnos acciones que nos hagan sentirnos bien con nosotros mismo. Recuerda, la  felicidad se encuentra en poder de cada uno.

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