“Lo malo de reprimir a periodistas
que afectan a nuestra imagen
es que provoca muy mala imagen”.
Javier Duarte
Ex Gobernador de Veracruz
La noche de anoche Lourdes Maldonado López se convirtió, para muchos, en una estadística más: el tercer asesinato de un periodista en el primer mes del 2022, el segundo ocurrido en Tijuana y la primera de sexo femenino.
Pero resulta que Lourdes, “La Maldonado”, “La Entrona”, “La Lubby” -para sus más cercanos- era mucho más que cifras. Era una amante incondicional del periodismo, mismo que ejerció sin servilismo alguno y sí con un montón de tamaños a lo largo de 45 años.
Egresada de la Escuela de periodismo Carlos Septién García (cofradía y hermandad incondicional que aún permanece entre quienes ahí estudiamos), compañera de Fernando Schwartz, de Gerardo Liceaga, de Gerardo Valtierra, de Guillermo Ortega Ruíz y de toda esa pléyade de periodistas que llegaron a Televisa Chapultepec a engrosar las filas de noticias de Notivisa, Eco y Don Jacobo Zabludovsky, ella destacó por ser “aguerrida, derecha, muy acelerada y buena periodista al estilo de antaño” refiere Atzimba Manjarrez, también de la Septién, amiga de ella y compañera en Televisa y con quién Lourdes intercambió mensajes hace 12 días que denotan sus creencias y su empatía con Atzi quien perdió a su compañero de vida, el año pasado, víctima de covid, el queridísimo periodista y cronista deportivo Gerardo Valtierra.
Pero tal parece que presentía su muerte o, al menos…
“Atzimba, es verdad el alma nunca muere. Se transforma, renace en otro ser… La reencarnación existe. Lo sé. Yo recuerdo dónde estaba, como vivía, de dónde venía antes de nacer. Por eso te lo digo, con conocimiento. Se que lo ven raro. Para mí, no. Es natural saber esto y sé que regresaré a la perfección divina y eso me colma de felicidad… Tengo mucho que decir. Supe que tú necesitabas saberlo… lo que más deseo es regresar a donde yo vine. El paraíso. El cielo. Ten Fé…”
Cómo ves Claudia, me dice Atzimba luego de enviarme el mensaje. Y ella misma se contesta “y chingada que ya no seguimos la plática. Quedamos en llamarnos y la vida (su muerte) nos ganó.
Me autorizas a publicarlo le inquiero.
—Por supuesto, sin problema. Todo tuyo, con amor a ella y también a sus creencias.
Hoy indigna su vil asesinato sabiendo lo querida que era, lo amorosa con su gato Rigoberto (su compañero de vida como lo afirma Odilón García, su amigo), y sus otros cuatro recogidos, lo entregada y tenaz.
Es el mismo Odilón García, compañero de trabajo durante los últimos 26 años de Lourdes, quien publicó un texto entrañable al saber de tan artero crimen.
“Lubby, seguramente no me vas a creer lo que te voy a contar, por que presiento que no te has dado cuenta. Pero por inverosímil, lo que te voy a decir es totalmente real:
¡Te mataron Lubby! ¡Te mataron manita!
Y sí, la asesinaron. Qué se puede esperar que suceda en este país en donde la libertad de expresión se mide según la vara del Quién es Quién en las Mentiras, de la nación cuya cabeza de Derechos Humanos pregunta: “¿han asesinado periodistas?” “¿No se ha enterado del asesinato de periodistas?”, le cuestionó el reportero. “He visto lo que pasó en todos los sexenios” …negando los crímenes en este trienio sexenio.
Lourdes que ejerció el periodismo en distintos medios y plataformas, siempre utilizaba una misma frase: “manito… la vida es así”.
Pero la muerte, la muerte no tenía porqué haberla tocado así.
Convertida en estadística si lo permitimos. Que su asesinato no quede impune. Que su voz renazca en cada periodista. Que su alma se transforme en Justicia. Y ella reencarne en un país en donde pueda seguir ejerciendo su amasiato con el periodismo en santa paz.