El Club de Haiku de los lunes acaba su temporada y volverá a abrir sus puertas, para todos aquellos que lo deseen, el 20 de septiembre. Como siempre el cierre se pone desde una óptica radicalmente opuesta a un Haiku.
La vida es rara, es decir, casi nunca se comporta como esperamos. Y es esa rareza la que la convierte en una experiencia extraordinaria. Hasta bien adentrada en la cuarentena me tuve por una prosista pura. Tampoco, hasta más o menos esa edad, supe qué era un Haiku. O, al menos, así me lo he contado a mí misma. Es posible que las cosas ocurrieran de una manera diferente, infinitamente más rara. Como tantos otros jóvenes europeos de finales de la década de 1980, me sentí fascinada por un grupo portugués de música incalificable llamado Madredeus. Su ruptura de cualquier marco referencial y la voz de la que entonces era su cantante, Teresa Salgueiro, me llevaron a escuchar con mucha atención todas sus composiciones. Recuerdo el momento en el que compré uno de sus primeros discos, como fue mi llegada a casa, el momento de prender el tocadiscos e ir escuchando uno a uno cada tema hasta que llegué a una pieza cuyo título era: “Os pássaros quando morren caem no céu”. Leer esa frase me produjo un impacto brutal. Yo entonces no lo sabía, pero aquella sencilla frase no era un Haiku. Yo entonces no lo sabía, pero aquella sencilla frase era casi un Haiku. Y para más rareza, se trataba de un tema instrumental. https://www.youtube.com/watch?v=0MO2SJGXFkE
Días de calor
¿Cuál pudiera ser la excusa o el reproche
Para negar que tu sangre me salpica?
¿Qué mil encantos le contaré a la noche
Al acudir con mi disfraz a nuestra cita?
Que los que vivan lo harán sin mi presencia
Sin recordar, siquiera, esta tortura
Abjurarán del sol y su inclemencia
Y tomarán a burla mi armadura.
Cuando me pongo de pie no presto sombra
Que ya me cuesta cargar con mi cordura.
Y tolerar que, a los que ni mi desprecio nombra,
Se atrevan a mencionar que esto es locura.
Depósito de verbos, mi forma de entenderte,
¿Por cuál deshuesadero elegirás la fuga?
Si tuvieras, acaso, valor de detenerte
Apostaríamos a dados el son que me subyuga.
(Ana L. Coll, mes de julio)