Sin duda, la llegada de un bebé al hogar es motivo de felicidad y también de preocupación. Ambos padres pueden trabajar, pero eso no significa que los gastos no se “disparen”: pañales, pediatra, leche… Entonces, ¿por qué no ahorrar en comprar una carriola de segunda mano?
Para empezar, las carriolas pueden representar un peligro para nuestro hijo, nuevas o no, si cometemos este error en su empleo, describe Danu Zalzalva, Product Specalist de Chicco, en entrevista para Salud180:
Las carriolas no son carritos de supermercado. El sobrecargarla o colocarle bolsas pesadas, y el perder de vista al infante, puede ser un factor de accidente”.
¿Es seguro comprar una carriola usada?
De acuerdo a el experto Zalzalva, “lo más recomendable es no reutilizar las carriolas, ya que el uso, la intemperie, el peso cambiante del niño o niña, va desgastando las articulaciones, en especial si el usuario es desconocido”.
Sin embargo, si por cuestión de economía tienes que comprar una carriola de segunda mano. Trata de observar lo siguiente, para que ésta no sea un riesgo para el pequeño:
- Elige una que haya sido usada por algún conocido.
- Verifica que el sistema de ruedas funcione correctamente; no se deben trabar ni rechinar y tienen que girar correctamente.
- Revisa meticulosamente la estabilidad del marco.
- El arnés de seguridad tiene que estar estable.
- Los textiles de la carriola se encuentran en buen estado.
¿Cómo debes sentar a tu bebé en una carriola para que viaje seguro?
- No coloques cobijas o colchitas en el asiento, pues incomodar y hacer que se muevan mucho.
- El arnés o cinturón de seguridad debe ajustarse bien y de forma cómoda.
- Verificar los tres puntos clave del arnés de seguridad: hombros, pecho y entre las piernas.
- Aplica el sistema de bloqueo o freno de las llantas si detienes el paseo, aunque sea por unos segundos.
- No cuelgue bolsas o sobrecargue la carriola, acelera su desgaste.
¿Es bueno vender una carriola?
No es recomendable ya que solo un experto podría garantizar el funcionamiento óptimo de la carriola sin oportunidad de exponer a nuestros bebés, ni a los padres”, señala el experto.
Sin embargo, si se encuentra en perfectas condiciones podría ser una opción, pero si el marco de integridad está del todo dañado o si las llantas o amortiguadores ya no funcionan es momento de decir adiós a esa carriola. La seguridad de otros bebés también es tu responsabilidad si vendes esta pieza. ¡Cuídala!