“El suicidio es un problema importante de salud pública y una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Sus consecuencias van más allá de la persona que se quita la vida, ya que puede tener un efecto duradero sobre la familia, los amigos y las comunidades. Asimismo, sigue siendo un tabú para la sociedad y una ‘cruz’ que muchas veces deben llevar en silencio aquellas personas que lo han sobrevivido”, comentó el Dr. Bernardo Ng., Presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C (APM).
En conferencia de prensa, con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio a conmemorarse el próximo 10 de septiembre, el especialista en Psiquiatría y Medicina Psicosomática por el Tech University de Texas y la Universidad de San Diago, en California, Estados Unidos, dijo que desafortunadamente a nivel mundial cerca de 80 mil personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo.
En México, la tasa de suicidios es de 5.1 por cada 100 mil habitantes y es más común en jóvenes entre 20 y 29 años, así como en hombres en una relación de 4:1 en comparación con las mujeres, siendo la asfixia y el arma de fuego los métodos de mayor uso. No obstante, “ellas realizan este tipo de actos con más frecuencia, recurriendo principalmente al envenenamiento y lesiones auto infringidas”, apuntó.
Aunque este acto no discrimina y se puede producir a cualquier edad, expuso que desde el 2016 se ha posicionado como la segunda principal causa de defunciones en el mundo en el grupo de 15 a 29 años, lo que sugiere la necesidad de realizar intervenciones más estrictas con el fin de prevenirlo, identificar a población en riesgo, incidir sobre sus causas y mejorar la atención de su salud mental.
Comentó que si bien el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular los relacionados con la depresión y el consumo de alcohol y drogas), está bien documentado en zonas de altos ingresos, muchos de estos desafortunados eventos se producen impulsivamente en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar las tensiones de la vida, sobre todo en países de ingresos bajos y medios como los de América Latina.
¡Mantente alerta!
Señales de alerta en la conducta de quien pretende suicidarse
La mayoría de la gente que muere por suicidio muestra dos o más de las señales que se mencionan a continuación, dentro de un período de dos meses antes de la fecha de su muerte.
- Declaraciones o amenazas de suicidio, que son a veces ignorados. La gente puede pensar que esos comentarios o amenazas tienen la finalidad de llamar la atención. Es importante considerar dichos comentarios seriamente, porque las personas que hablan acerca de suicidio buscan ser escuchadas y ayudadas.
- Preocupación por la muerte y la falta de esperanza. La gente suicida suele hablar de la muerte más de lo usual y comentar que desearía estar muerto.
- Consumo de drogas o alcohol. La mitad de la gente que se suicida se encuentra drogada en el momento de su muerte. Este riesgo se incrementa al 80% entre los adolescentes y adultos jóvenes menores de 25 años.
- Deshacerse de las posesiones más queridas. En preparación para su muerte, algunas personas se deshacen de sus mascotas, recuerdos familiares y otras pertenencias personales valiosas, dándoselas a sus familiares o amigos.
- Decir adiós o pedir perdón. Muchas personas piden perdón por algo que hayan hecho en contra de alguien y se despiden de sus familiares, amigos y seres queridos.
- Incremento del aislamiento. Las personas con sentimientos suicidas a menudo se aíslan a sí mismas; no contestan llamadas telefónicas, permanecen en su casa o encerrados, acaban con sus actividades sociales o dejan de participar en las actividades que acostumbraban a hacer y disfrutar.
De esta manera, el Dr. Bernardo Ng sostuvo que los problemas financieros, experiencias relacionadas con conflictos, desastres, violencia familiar y de género, abusos sexuales, rupturas de relaciones de pareja, dolores y enfermedades crónicas, así como sensación de aislamiento son factores que están estrechamente ligados a conductas suicidas.
“Hemos observado que estas situaciones también son elevadas entre los grupos vulnerables objeto de discriminación; por ejemplo, los refugiados y migrantes, los indígenas, la comunidad LGBT+ y los que están cumpliendo su sentencia en los reclusorios. Con diferencia, el principal factor de riesgo en ellos es un intento previo de suicidio”, agregó y refirió que, bajo el estrés del confinamiento, por el que actualmente el mundo está atravesando a consecuencia de la pandemia de COVID-19, “se pueden exacerbar padecimientos anteriores o preexistentes como la depresión o el estrés post traumático, haciendo que se manifiesten conductas para desear terminar con la vida de uno mismo”, destacó.
Explicó que el suicidio es un problema complejo y las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples actores de la sociedad, incluidos las autoridades de gobierno, profesionales de la salud, educación, empresas, organizaciones civiles y medios de comunicación, entre otros.
Asimismo, el psiquiatra indicó que el estigma, particularmente en torno a los trastornos mentales y el suicidio, disuade de buscar ayuda a muchas personas que piensan en quitarse la vida o han tratado de hacerlo. Por tanto, no reciben el tratamiento que necesitan. “Su prevención no se ha abordado apropiadamente debido a la falta de sensibilización y al tabú existente en muchas sociedades para examinarlo de manera abierta. Hoy, unos pocos países como México lo han incluido entre sus prioridades sanitarias, pero aún falta mucho por hacer”.
Dada la importancia que tiene en el país su correcto abordaje, anunció que la APM realizará, con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio (10 de septiembre) y hasta el Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), una serie de actividades para informar, concientizar, educar y capacitar a la gente y a los profesionales de la salud sobre éste y otros aspectos psiquiátricos trascendentes.
En este marco, hará un ciclo de foros gratuitos y sin costo para el público general con los siguientes temas:
- Violencia de género (29 de septiembre de 2020, 11:00 AM)
- Uso de drogas durante la adolescencia (30 de septiembre de 2020, 11:00 AM)
- Prevención del suicidio en jóvenes (1 de octubre de 2020,11:00 AM)
Además, llevará a cabo los días 2, 3 y 4 de octubre el 1er. Congreso Virtual APM 2020: “Innovando por una Psiquiatría para Todos”, con ponentes invitados como la Dra. Danuta Wasserman, Directora y fundadora del Centro de Investigación y Prevención del Suicidio del Instituto Karloniska en Estocolmo, Suecia; la Dra. María Oquendo, coautora de la escala de valoración de riesgo suicida de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, quien hablará del suicidio y su detección, así como de la Próxima Pandemia; es decir, la de la Salud Mental, que se avecina conforme se prolongue la crisis sanitaria relacionada con el Covid-19.
Finalmente, el Congreso cubrirá otros temas de interés para la comunidad médica como la genética del trastorno bipolar; bulimia y obesidad; depresión resistente al tratamiento; terapias exitosas que tienen que ver mindfulness, así como nuevos medicamentos e intervenciones psiquiátricas.
Suicidio en México
- En los últimos 50 años, el suicidio ha tenido una dinámica creciente en México, sobre todo entre los jóvenes en edades activas y entre los hombres ancianos.
- En México, las estadísticas de mortalidad de 2017 reportaron que, del total de fallecimientos, 6,494 fueron por suicidio, lo que constituye 0.9% del total de muertes.
- La tasa de suicidios 2017 es de 5.2 fallecimientos por cada 100 mil habitantes.
- Por entidad federativa, se observa que Chihuahua tiene la tasa más alta con 10.7 suicidios por cada 100 mil habitantes; le siguen Aguascalientes y Sonora con 10.1 y 9.1, respectivamente. Por otro lado, las entidades con la tasa más baja de suicidio son Guerrero (1.9), Veracruz (2.6) y Oaxaca (3.1).
- La tendencia al suicidio ha sido más pronunciada en los hombres que en las mujeres. La tasa de suicidio en 2017 fue de 8.7 por cada 100 mil hombres y de 1.9 por cada 100 mil mujeres.
- A partir del grupo de 15 a 19 años hasta el grupo de 50 a 54 años, las tasas de suicidio superan el dato nacional. De ellos, los jóvenes de 20 a 24 años ocupan la tasa más alta con 9.3 por cada 100 mil jóvenes entre estas edades.
- En el caso de las mujeres, el grupo de 15 a 19 años presenta la tasa de suicidio más alta con 4.0 suicidios por cada 100 mil mujeres; en los hombres, sobresale el grupo de 20 a 24 años con una tasa de 15.1 suicidios por cada 100 mil jóvenes.
- A nivel nacional el método más utilizado para el suicidio es el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación: ocho de cada 10 suicidios (80.3%) se dan de esta manera.
- El segundo método en los hombres es el disparo con arma (8.7%) y en mujeres, el envenenamiento por sustancias nocivas (6.3 por ciento).
Con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS) e INEGI.