“El uso del teléfono celular vino a salvar la educación ante la pandemia, antes el celular era una prohibición dentro de las aulas, a los docentes les causaba un problema, no lo tomaban como una herramienta para la educación”, afirmó Lucia Margarita González Barrón, egresada del doctorado del Posgrado Integral en Ciencias Sociales (PICS) de la Universidad de Sonora.
En el 2019, González Barrón realizó una investigación en Hermosillo, Sonora, a jóvenes estudiantes de secundaria que oscilan entre los 12 y 15 años de edad con el objetivo de conceptualizar en un contexto de educación las relaciones entre la socialización, dependencia y ciberacoso en los jóvenes de secundaria de dicho municipio. Su trabajo se presentó a partir de una perspectiva de investigación interdisciplinar, donde se integran núcleos teóricos desde la comunicación, la sociología y la psicología.
En ella destaca que hoy en día, la mayoría de los adolescentes cuenta con un dispositivo móvil inteligente, lo cual ha generado una constante preocupación sobre el uso que se le está dando debido a los riesgos que se ven expuestos, en la investigación se abordó sobre el uso que el adolescente tiene frente al teléfono celular.
“Los dispositivos móviles han venido a cambiar la vida de la sociedad, se convirtieron en una necesidad en la vida cotidiana principalmente para los jóvenes, debido a las múltiples tareas que se pueden realizar mediante su uso”, apunta en su investigación.
Como datos relevantes de su estudio, dijo que al cuestionarles sobre el dispositivo con el que prefieren acceder a Internet, el teléfono celular sigue siendo el número uno con un 77.1%, en segundo lugar, la laptop o computadora con 12.8%. La tableta cuenta con un 6.4%, la televisión con 1.4%, las consolas de video juego 1.7% y solamente el 0.2% seleccionaron otro dispositivo tecnológico de preferencia de uso para conectarse a Internet. Dicha metodología la aplicó a estudiantes de escuelas secundarias públicas.
Referente al uso de tecnologías en el aula, se encontró que el 47% de los escolares consideran que sólo algunos maestros utilizan el celular como apoyo para la clase, en contraparte vemos que un 46.5% de los jóvenes señaló que ninguno de sus maestros utiliza esta herramienta para explicar su materia. Estos porcentajes se han visto desfasados ante la nueva normalidad que ha enfrentado el sistema educativo al utilizar plataformas virtuales a causa de la pandemia.
En su trabajo, González Barrón, concluyó que los dispositivos móviles brindan la posibilidad de innovar en el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación, pero también de desarrollar la competencia mediática y digital en los estudiantes en todas las dimensiones; igualmente es necesario motivar y desarrollar planes para formar al profesorado en el uso de esta tecnología. Dichas conclusiones han adquirido relevancia ante los escenarios virtuales en los que ha transitado la educación en los últimos meses.
Sociedad digital frente a la dependencia, socialización y ciberacoso móvil.
González Barrón señaló que arriba del 80% de los alumnos tienen un teléfono celular, “para lo que más utilizaban era para ver videos y utilizar redes sociales, no hay una manera de saber cuánto tiempo lo utilizaban en el día, en promedio arriba del 50% estaban revisando sus notificaciones cada 10 minutos, a pesar de que ellos no recibían una llamada, es una dependencia que tienen los alumnos y están conectados recurrentemente todo el día y eso ocasiona que los alumnos interrumpan todas las actividades que ellos hacen”.
Referente al concepto de socialización la investigadora destaca que la dependencia generada por el uso del teléfono móvil, desgasta la relación física en la escuela y en casa; sin embargo, se socializa a través de aplicaciones como Facebook y YouTube; “nos pareció muy interesante que el 64% de los estudiantes hacen nuevos amigos en la red y se citan para conocerse físicamente y eso genera un riesgo”.
Sobre el ciberacoso, refirió que los alumnos afirman que hay casos de ciberacoso en su escuela y que lo identifican como algo malo, “lo ven como una situación normalizada, cuando hablamos de un ciberacoso donde estaba de por medio el contenido sexual es lo que ellos más identificaban como un ciberacoso, y la mayoría no hace una denuncia formal”.
González Barrón, quien actualmente se desempeña como docente en secundaria y de universidad, sugirió que los padres deben de tener un reglamento de uso sobre el uso del teléfono celular, “la prohibición no es el camino, como padres tenemos que acostumbrar a nuestros hijos a que también es una herramienta en la que pueden pedir comida, hacer operaciones bancarias, podemos utilizarlas en la educación, principalmente por la edad de ellos es enfocarlo a educación; y ellos necesitan regular el tiempo de uso que tienen sus hijos frente al teléfono celular con respeto a las redes sociales”, finalizó.