No siempre es sencillo pensar en un obsequio para niñas y niños de esta edad: están a las puertas de la pubertad pero siguen siendo infantes. Una psicóloga infanto-juvenil y una madre fundadora de una tienda nos dan sus recomendaciones
La psicóloga clínica Nicole Zagmutt, especializada en pacientes infanto-juveniles, también reconoce que en esta etapa ya no es tan sencillo hacer regalos. “Aunque hay una teoría general del desarrollo de los niños, no todos van al mismo ritmo. Cada una y uno vive su proceso y a su velocidad, con distintos intereses. Por eso, antes de elegir cualquier cosa, es importante que conozcan mucho a sus niñas y niños”.
Con el objetivo afinar mejor la puntería —y aprovechar de combatir la hegemonía de las pantallas y videojuegos—, ambas entregaron sus recomendaciones de regalos para este periodo de la infancia. “La tecnología puede entregar ciertas cosas, pero su abuso opaca la creatividad”, dice Zagmutt. “Antes los niños jugaban con lo que encontraran, pero hoy las pantallas han suprimido bastante esa posibilidad”.
Los siguientes son todos productos entretenidos, pensados para provocar momentos de diversión, pero también para ayudarles en su proceso de crecimiento y fortalecer habilidades físicas, mentales y sociales.
“Los libros son un gran regalo para estas edades”, dice Magdalena Maino, “porque ya leen más y lo pueden hacer solos”. Aunque casi cualquier tomo que tenga buenas historias o cuentos —ya sea en narrativa tradicional o cómic— puede funcionar, ella recomienda una colección de la editorial chilena Bonita Ediciones, que se llama Ciudadano Consciente. “Son seis libros con distintos temas, como Yo, activista o Yo, sustentable, tipo enciclopedia, con información precisa e ilustraciones muy lindas, que pueden ayudar mucho en la crianza de personas con conciencia social y ambiental”.
Para Nicole Zagmutt, los libros son regalos infaltables. “Eso sí, hay que saber qué intereses tiene la niña o el niño antes de regalarle uno”. Ella sugiere que sean con imágenes, ya que a esa edad todavía les pueden servir para estimular la curiosidad y enganchar con la lectura. Un buen ejemplo es el mundialmente popular Diario de Greg, una serie escrita por el estadounidense Jeff Kinney en la que, mezclando texto y dibujos, retrata la vida tumultuosa —pero divertida— de un preadolescente promedio
Otro libro que recomienda Maino es uno editado por Contrapunto: se llama Grandes artistas, en el cual no solo se reseña la vida y obra de trascendentales personajes, sino que además los conecta histórica, social y culturalmente, siempre de forma didáctica e ilustrada.
La cofundadora de Depto51 menciona una sigla para definir un cierto tipo de juegos. “Se llama STEAM, que en inglés se refiere a Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas”. Suena como algo muy avanzado, pero en realidad se trata de sets de experimentos, que incluyen todos los materiales, y que fomentan la resolución de problemas, el uso de herramientas tecnológicas y la activación de la curiosidad científica.
“Los juegos STEAM de la marca 4M Kidz Labs son ideales para eso”, dice Maino. No son tan caros, están muy bien explicados, incluyen todos los materiales y los resultados se consiguen sin demasiada dificultad ni supervisión. “Hay uno para hacer crecer cristales en base a la mezcla de unos polvos con agua, y otro para crear una mano robótica”, agrega. Lo bueno es que no tienen orientación de género
Desde los Lego hasta sets de manualidades: cualquier juego o juguete que entregue una experiencia sensorial a las niñas y niños —ya sea construyendo con bloques, uniendo piezas o tejiendo una figura— le parece un buen regalo a Nicole Zagmutt. “El pensamiento lógico está empezando a desarrollarse, y aunque no está tan clara la diferencia entre concreto y abstracto, ya están los cimientos para crecer en ese aspecto”.
Magdalena Maino recomienda unos set llamados Toyi, que más que ser un juguete en sí mismo, entregan los materiales para crear juguetes con otros objetos, que pueden ser envases, botellas, cartones o cualquier cosa que circule por la casa. “Vienen distintas piezas, como ojos, patas o brazos, para reutilizar, por ejemplo, un tarro de papas fritas”, dice. “Así ayudas a que la imaginación de la niña o niño llegue a puerto”.
“Sirven mucho para la socialización de los niños”, dice la psicóloga infanto-juvenil. “En los juegos de mesa, además de pasarlo bien en grupo, se trabaja la empatía y, como tiene reglas, también los límites”. Implica ser responsables para respetar las normas, y controlar las emociones tanto si se gana como si se pierde. “Los niños hoy no tienen mucha tolerancia a la frustración, y perder en un juego, frente a los amigos o el resto de la familia, sirve para darse cuenta de que no es tan terrible”.
Por otro lado, además modera los excesos cuando toca salir victorioso. “La competencia es buena, te exige, pero también hay que tener empatía con el otro”, explica. “Evitar burlarse cuando los demás pierden solo se aprende jugando así, frente a frente. Jugando solos, o por internet, no se enfrentan a las reacciones del otro en la derrota”.
Un juego que le parece interesante para esta edad es el Monopoly. “Incluye la matemática simple y cierta abstracción, en la suma y resta de billetes. No son operaciones difíciles, pero es un juego que los lleva a trabajar, además de pasarlo bien. También se incorporan a cosas del mundo adulto, como la economía, los gastos y los billetes, pero a través del juego”.
El ajedrez —que ha vivido un revival gracias a Gambito de dama, la exitosa serie de Netflix— es otro gran juego de mesa para comenzar a jugar a esta edad. “Desarrolla el pensamiento lógico por todos lados”, dice Zagmutt..
Umatu nació como un blog con panoramas para realizar junto a los niños, pero tras su éxito se ampliaron y ahora también agregaron una tienda con artículos y actividades para el exterior. “Tiene varios juegos entretenidos outdoor”, dice Magdalena Maino. “Como columpios, trepas, trapecios y cosas para exteriores, como juegos para el parque o la playa”.
Este es un treplato: mezcla la clásica trepa con un pequeño columpio, todo de una firme cuerda y grueso plato de madera para sentarse, fácil de colgar de cualquier árbol o viga.
“En esta edad empieza a crecer más el cuerpo y aumenta la masa muscular”, dice Zagmutt. “Por eso es bueno que haya un crecimiento en el impacto de la actividad física”. La pandemia no les ha permitido a las niñas ni a los niños correr ni moverse con toda la libertad que necesitan, así que fomentárselas con una bicicleta es un buen regalo para fortalecer el cuerpo y liberar esa energía acumulada.
Cuando niños, parece ser el peor regalo que nos podrían dar. Cuando uno sentía que el paquete no era firme como una caja, sino blando como el de una prenda de ropa, la desilusión aparecía instantáneamente y no quedaba más que resignar una sonrisa ante esa polera que no pedimos o ese pantalón que estaba en nuestra lista.
Pero para Nicole Zagmutt no es tan mala idea regalar ropa, aunque hay que saber hacer ese obsequio. “Lo que pasa es que a esta edad están a las puertas de la pubertad, su cuerpo cambia muy rápido y también empiezan a adquirir su propio estilo. Por eso, es un buen momento para que ellos vayan eligiendo las prendas y tengan esa libertad para vestirse”. Una buena opción, para fomentar esa autonomía y seguridad en su apariencia, es regalarles una gift card en una tienda de ropa.
“Que el niño o la niña elija cómo ser visto y de qué forma aparecer frente a los demás es importante para su autoestima”, dice. “No a todos ni todas les interesa, pero a algunos sí les motiva elegir las prendas y combinarlas”.
Fuente: latercera.com