Estudiantes reconocen los beneficios de la actividad física, pero no la practican

Por Luis Mendoza (unison.mx)

Alumnos de la Universidad de Sonora reconocen los beneficios de la actividad física como discurso que aprenden socialmente a través de la información que reciben u obtienen de diversos medios, pero no es algo que llevan realmente a la práctica, aseguró María de los Ángeles Fuentes Vega, académica e investigadora adscrita al Departamento de Trabajo Social.

En la investigación Enfoque Interdisciplinario en la práctica de actividad física en estudiantes universitarios, Fuentes Vega se planteó el objetivo de probar un modelo de relaciones entre variables biopsicológicas y la práctica de la actividad física en el estudiantado universitario. La inclusión de otras disciplinas ayudó a entender qué es lo que lleva a los estudiantes a practicar o no practicar la actividad física, con el interés de identificar esos factores para generar propuestas.

“Primeramente, nos planteamos probar un modelo donde se pudieran identificar esas relaciones entre diversas variables, considerando aspectos psicológicos, de nutrición, e incluso la variable social, que si bien no entró en el modelo por cuestiones cualitativas, sí pudimos explicar esa percepción que tienen los estudiantes respecto a qué es para ellos realizar actividad física y qué tan importante puede ser en algún momento”, detalló.

Para ello se tomaron en cuenta el estado nutricional y la autoeficacia, morosidad, locus de control y perspectiva temporal como variables independientes y la práctica de la actividad física en estudiantes universitarios como variable dependiente, con el fin de promover y dar difusión de los beneficios de la práctica de actividad física en el contexto universitario y en el desarrollo integral del estudiantado.

En su investigación menciona que son muchos los factores que intervienen y se relacionan con el proceso de realización de la actividad física, factores que pueden ser biológicos relacionados con procesos de salud, como es la obesidad o el sobrepeso; factores sociales como el imaginario social que los jóvenes perciben en relación con la práctica de la actividad física, el cual es formado a partir de creencias culturales y de percepciones del cuerpo, o pueden ser factores psicológicos como reducir el estrés o mejorar la autoestima.

Como parte de la metodología se analizó una muestra conformada por 222 estudiantes elegidos al azar de tres diferentes carreras, de semestres inicial (cuarto semestre) y avanzado (sexto y octavo semestre) de tres divisiones diferentes de la Universidad de Sonora.

Entre los hallazgos se identificó que los hombres son los que refieren ser más activos físicamente, a diferencia de las mujeres, “dato que se corrobora con la revisión de literatura, que no es algo nuevo que hayamos descubierto, ciertamente, pero sí es algo preocupante que las mujeres refieran aspectos de que les da flojera y que no se sienten motivadas a realizar actividad física”.

Al analizar las medidas antropométricas consideradas en la investigación, se identificó que hay un índice alto de sobrepeso y obesidad en los universitarios; tal situación permite reconocer que los jóvenes son una oportunidad factible para trabajar en la adquisición de conductas saludables y la adherencia de nuevos hábitos alimentarios, consideró Fuentes Vega.

Añadió que es viable trabajar en programas de salud preventiva y de intervención de enfermedades crónicas no transmisibles en donde se proporcione la información necesaria; “por ejemplo, programas de nutrición y activamiento físico adecuados a la necesidades específicas de los estudiantes, incluyendo programas de estilos de vida activos con la supervisión de especialistas en la materia; asimismo, se sugiere que se creen y generen espacios adecuados que motiven a la práctica de la actividad física”.

En su propuesta final refiere la necesidad de promocionar constantemente los programas relacionados con la nutrición y activación física que ya existen en la Unison, involucrando no solamente a los estudiantes, sino también a la comunidad universitaria en general, como el personal administrativo y docentes; considerados estos últimos como agentes de cambio en la promoción de estos hábitos saludables.

Con esta investigación, María de los Ángeles Fuentes Vega obtuvo el Doctorado en Ciencias Sociales, actualmente continúa trabajando con dicha temática con la idea de diseñar un programa de intervención en educación básica; es decir, iniciar desde esa parte la promoción de la actividad física y una buena y adecuada alimentación.

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