Nicole Becker: 10 cosas en las que creo y por las que lucho
Quién es y qué hace: Nicole Becker tiene 19 años y en 2019 creó, junto con algunos amigos, Jóvenes por el Clima Argentina, un movimiento de adolescentes que luchan contra la crisis climática.
“Me involucré en el movimiento climático luego de ver un video de jóvenes en Europa movilizándose por esta temática. Noté que acá no se hablaba de esto y me motivó a crear conciencia y un cambio. Este es mi manifiesto personal, 10 cosas en las que creo y por las que lucho:
- Garantizarle el futuro a mi generación. Nuestro mañana está en riesgo y el reclamo es muy genuino: queremos tener un mundo habitable, con acceso a los derechos básicos. Somos el futuro, pero hoy decidimos también ser el presente.
- Incluir la perspectiva global y de los países que ya sufren las consecuencias de la crisis climática. Queremos construir un movimiento que trascienda fronteras.
- Entender que la crisis climática ya llegó. Se pensaba que era un problema del futuro, pero el futuro ya está acá. Los incendios y las inundaciones son la parte visible del problema.
- Las acciones que tomemos hoy van a repercutir en el futuro. Darle lugar al sentido de urgencia: no es mañana, es ahora. Debemos exigirles a los distintos gobiernos que cumplan los acuerdos, las reglamentaciones que ya existen. Y luchar por las que hacen falta.
- Interpelar desde lo emocional y pensar nuevas formas de comunicar. Confío en que no somos malos como humanidad, sino que nos falta mucho saber. Es parte de nuestra responsabilidad hablar de esto y encontrar nuevas formas de informar. La clave está en saber comunicar.
- La crisis climática es una cuestión de derechos humanos. Tiene que ver con derechos en cuanto al acceso a la información, a la participación. Tenemos que replantear la forma de construir políticas públicas más participativas, hay personas que tienen que ser escuchadas.
- Luchar por el cambio climático es una forma de pelear por todas las desigualdades preexistentes. La crisis climática agranda todas las desigualdades: las económicas, de género…
- La juventud es el nuevo paradigma. Empezamos a mostrar la fuerza que tenemos y entendimos nuestro rol en las transformaciones sociales: es tiempo de abrir las puertas a que otros jóvenes se involucren.
- Mi generación tiene la responsabilidad de encontrar una nueva forma de hacer política. Necesitamos formas de hacer política más abiertas, inclusivas y justas. Hay que crear nuevas culturas de liderazgo, lejos de los líderes arbitrarios que levantan la voz y más cerca de la empatía, del diálogo, de formas más humanas.
- Lucho porque creo que la esperanza está en el movimiento que sepamos edificar. No tiene que ver con un gobierno, una empresa o una persona. Me inspira crear un movimiento fuerte, que logre lo que necesitamos. Ahí vive la esperanza”.
Connie Isla: “El veganismo es eficiente”
Quién es y qué hace: Connie Isla (26) es cantautora, actriz, vegana, activista y una de las referentes ecológicas más seguidas en las redes.
¿Cómo nació Vrote, tu nueva faceta emprendedora?
Vrote nació en 2018, a los meses de haberme hecho vegana. Me empecé a cuestionar un montón de cosas y a ver con mis ojos lo que significa la industria de la moda rápida. Quería comprarme zapatos veganos y que fuesen hechos de forma ética, pero me costaba bastante. No había opciones. Hacía unos meses había conocido a Dani, actual socia y amiga, le comenté esto y se nos ocurrió hacer una cápsula con la marca de ella (WU Shoes). Es insólito, pero sucedió así, fue algo chiquito que fue creciendo. Descubrí lo hermoso y lo difícil que es emprender, cómo la sociedad está tan acostumbrada a lo descartable, sin importar qué hay detrás. Siempre me gustó emprender y buscarle la vuelta a reciclar, reutilizar y tratar de sacarle lo menos posible a la naturaleza.
¿Qué hacés cuando sentís que son tantos los “incendios” que te abruma no poder con todos?
Trato de pensar en todo lo bueno que se está haciendo y en que yo no puedo controlar todo, nadie puede controlar todo. Tenemos poder como sociedad de emitir opiniones, de dar mensajes a las personas que producen y a quienes nos gobiernan, mismo a la sociedad como consumidores, podemos contactarnos entre todos, comunicarnos y empezar a establecer nuevas normas. Que el mundo se está viniendo abajo no es una novedad, es algo real que a veces pesa un montón. Y está bien que pese, es normal. Hay que tomarse el tiempo necesario para procesar eso, si hay que buscar ayuda, buscala. Y si tenés fuerzas, podés utilizarlas para activar.
¿El veganismo es la respuesta?
No sé si es la respuesta a todo, es una filosofía de vida que a mí me ha ayudado muchísimo y hoy en día sí es lo más eficiente para frenar el cambio climático (y a nivel ético también). Para mí el veganismo es una filosofía bastante interseccional y una herramienta que nos va a ayudar muchísimo. Dentro de todas las cosas que podemos hacer, el veganismo es la más directa para abordar esto. A mí me cambió la vida, definitivamente. No solo lo recomiendo, también lo milito.
Flavia Broffoni: “La desobediencia civil plantea desafiar al poder”
Quién es y qué hace: Flavia Broffoni es politóloga y activista ambiental, referente y creadora de Extinction Rebellion (XR) en Argentina.
“Somos un movimiento que abraza la diversidad, con la convicción de que la desobediencia civil pacífica es la única estrategia posible para persuadir a los gobernantes de actuar ante la emergencia climática y ecológica”, así se presenta el espacio que nació en 2018 en Reino Unido y se organizó en 2019 en Argentina.
Flavia lidera el movimiento de desobediencia no violenta y pide, con su mensaje y sus acciones, cambios urgentes y radicales: “Seguir reproduciendo estrategias de incidencia política y de cambios individuales (reciclar, cambiar hábitos de consumo) en este punto de la historia ya no es suficiente. Las estrategias tradicionales de las ONG de pedir más leyes o más programas de gobierno también han demostrado fracasar, porque se incumplen sistemáticamente. Hay una distancia enorme entre lo que narrativa y discursivamente se viene haciendo por la cuestión ambiental y lo que está sucediendo empíricamente en los territorios. Todos los indicadores ambientales muestran niveles de degradación insostenibles. Por esto, tenemos que ser consecuentes con la situación y apelar a estrategias que exijan y promuevan cambios inmediatos. Por ejemplo, abandonar el modelo de producción de alimentos basado en la agroexportación e iniciar un proceso de transición agroecológica. Hay que provocar trasformaciones en las formas de hacer las cosas, pero a escala masiva, en los 30 millones de hectáreas que hoy tenemos cultivadas con transgénicos y agrotóxicos.
Necesitamos que estos cambios sean de abajo hacia arriba, generar niveles colectivos de presión política lo suficientemente contundentes para que el Estado no pueda mirar para otro lado. Apelamos a las acciones directas no violentas, a las disrupciones institucionales, siempre de forma pacífica e incorporando una narrativa de resistencia que no sea sufrida. Buscamos ser un espacio de voces, sumando, por ejemplo, performances artísticas que generen empatía en muchas más personas, para que se acerquen a una causa que todavía creen que es ajena. Una estrategia de desobediencia civil plantea desafiar al poder donde no espera ser retado. Organizamos acciones, bailes, personificaciones. Tenemos que ser radicales en este momento, en el que todavía podemos planear estrategias para transitar el colapso. Ya no hablamos de evitarlo, estamos a tiempo de aprender a colapsar mejor. El gran riesgo no son solo las inundaciones o los eventos climáticos extremos, son las condiciones de vulnerabilidad y violencia a las que va a quedar sometida la mitad de la población del planeta. Hasta el año pasado los gobiernos nos decían: ‘No podemos cambiar tan rápido’, y la pandemia demostró que no es imposible cambiar de un día para otro”.
Airam: Activismo ilustrado
Quién es y qué hace: María Paula Filippelli (36) es activista por los derechos de los animales, ilustradora y tatuadora.
“Me dedico a crear imágenes para ayudar a que otras personas puedan volver a conectarse con su lado más empático. Me parece importante remarcar el ‘volver’, porque esa sensibilidad y empatía creo que es algo con lo que venimos a esta tierra, pero que vamos perdiendo. Tengo la certeza de que la mayoría guardamos en algún lugar de nuestro cuerpo un huequito por donde llegar a esa sensibilidad y es mi desafío diario encontrarlo.
Si bien yo me hice vegana por motivos éticos, ya que considero que es cruel e innecesario someter a los demás animales a una vida de dolor y encierro, en el camino descubrí que el modelo de producción agroindustrial es uno de los mayores responsables de la crisis climática y de la degradación de los ecosistemas. Por eso, cuando me consultan cuál es el primer paso para cuidar más activamente el planeta, lo primero que digo es suprimir o reducir lo más posible los productos de origen animal”.
Greta Thunberg: “Lo único que hay que hacer es despertar”
Quién es y qué hace: a sus 15 años, Greta comenzó una huelga escolar los viernes para pedirles a las autoridades que reduzcan las emisiones de carbono. Fridays For Future es, hoy, un movimiento global de jóvenes por un mundo mejor.
“Con respecto a la crisis de sostenibilidad, en la que todos dicen y repiten que el cambio climático es una amenaza existencial y el problema más grave al que nos enfrentamos, pero siguen haciéndolo todo como antes, no lo entiendo. Porque si las emisiones tienen que parar, entonces debemos pararlas. Esto es blanco o negro. No hay grises cuando se trata de sobrevivir. O continuamos existiendo como civilización o no. Tenemos que cambiar. Algunas personas dicen que debería estar en el colegio. Otras que debería estudiar para ser climatóloga y así poder ‘resolver la crisis climática’. Pero esta crisis ya está resuelta. Ya tenemos los datos y las soluciones. Lo único que hay que hacer es despertar y cambiar.
¿Y por qué debería estar estudiando por un futuro que pronto podría dejar de existir cuando nadie está haciendo absolutamente nada por salvarlo? Además, ¿qué sentido tiene aprender datos dentro del sistema educativo cuando es evidente que los datos que nos proporciona la ciencia más erudita dentro de ese mismo sistema educativo no significan nada para nuestros políticos ni para nuestra sociedad?
Mucha gente dice que Suecia es un país pequeño y que no importa lo que hagamos. Pero si unos pocos niños y niñas podemos acaparar los titulares de todo el mundo solo por faltar al colegio unas pocas semanas, imagínense lo que podríamos conseguir si decidiéramos actuar todos juntos.
Y aquí es donde la gente suele ponerse a hablar de esperanza. Placas solares, energía eólica, economía circular y demás. Pero yo no voy a hacerlo. Hemos estado soltando discursos motivacionales y vendiendo ideas positivas durante treinta años. Y lo siento, pero no funciona. Porque si hubiera funcionado, a estas alturas las emisiones habrían disminuido. Y no han disminuido.
Y sí, necesitamos esperanza, claro que sí. Pero más que esperanza, lo que necesitamos es acción. Cuando empezamos a actuar, la esperanza está por todas partes. De modo que, en lugar de buscar esperanza, busquemos acción. Entonces, solo entonces, llegará la esperanza.
Un dato de la realidad: actualmente en el mundo utilizamos cien millones de barriles de petróleo al día. No hay políticas para cambiar eso. No hay leyes para que ese petróleo se quede bajo tierra.
De modo que no podemos salvar el mundo acatando las reglas. Porque las reglas tienen que cambiar. Todo tiene que cambiar. Y tiene que empezar a cambiar hoy”.
Extraído del discurso de la conferencia TedX, noviembre 2018, en el libro Cambiemos el mundo, de Greta Thunberg (Lumen).
Martina Álvarez. Directora Green
Quién es y qué hace: Martina es periodista ambiental, viajera, ecologista, protectora del océano e instructora de buceo. Dirigió Missing Sharks, un documental sobre la caza de tiburones en Panamá.
“Cuando tuve mi primer encuentro con un tiburón, lo observé fascinada. Me llamaron la atención sus branquias que se abrían y cerraban como si quisieran decirme que estaba vivo, su aleta puntiaguda me pareció elegante y sus ojos abiertos aumentaron mi adrenalina. Medía dos metros y aun así yo dudaba si eso era realmente un tiburón. No podía creer que el animal del que tanto había escuchado hablar estaba enfrente de mí, relajado al lado de una roca, ignorándome, sin hacerle mal a nadie. Dudaba porque tenía una imagen equivocada sobre ellos que no coincidía en absoluto con la mala reputación que les construimos en los medios y las películas. El tiburón es demonizado todos los días y está sufriendo por esto. Por eso me dediqué a investigar y sumar mi granito de arena. Con Missing Sharks busco revertir esta fama injusta que les creamos a los tiburones para generar conciencia y protegerlos. Necesitamos tiburones para tener un océano saludable”.
Fuente: lanacion.com.ar