Dejar de lado las llamadas dietas, y todas las concepciones equivocadas que las sustentan, es el cambio que la psicóloga especializada en trastornos de alimentación Ana Orvañanos propuso a quienes asistieron al II Congreso de la Familia, organizado por DIF Hermosillo.
Durante su conferencia titulada “Promoviendo una relación saludable con el cuerpo y la comida”, la expositora empezó por reconocerse como víctima durante la adolescencia de la concepción de delgadez como única opción posible para una vida plena, así como de una profunda inconformidad con el propio cuerpo.
Relató que la experiencia personal y profesional la llevaron a adentrarse en el conocimiento, la especialización y la certificación en alimentación intuitiva durante los últimos 15 años, así como a compartir lo aprendido con los demás a través de conferencias y otros mecanismos de comunicación.
Reveló que existen conductas alimentarias de riesgo que terminan detonando trastornos de la alimentación y de éstas la principal es hacer dietas consistentes en eliminar grupos alimenticios; pasar muchas horas sin comer; ayunar; restringir ciertos productos; obsesionarse con consumir únicamente lo considerado saludable y sentirse culpable por caer en la tentación de alimentos prohibidos.
Todo esto, mencionó, va acompañado con la inconformidad con el propio cuerpo y asumir como válidos estereotipos de belleza y salud que no consideran la variedad corporal que existe en el mundo y que no necesariamente se relaciona con estar o no saludables.
Invitó a las personas jóvenes y adultas que presenciaron su exposición a comprender que hay otras formas más sanas de relacionarse con la comida y con el propio cuerpo, reconectando con las señales biológicas del hambre y la saciedad, así como con el autocuidado y el auto respeto.
Explicó que la alimentación intuitiva considera recomendaciones nutricionales a partir de los diferentes grupos disponibles de alimentos.
También, añadió, atiende principios fundamentales que empiezan por rechazar la mentalidad de dieta; honrar y respetar la sensación de hambre; hacer las paces con los alimentos prohibidos y comer de todo sin culpa; redescubrir la satisfacción al comer; enfrentar las emociones desligándolas de la comida; respetar y no denostar el propio cuerpo y apapacharse uno mismo.
La especialista en trastornos de la alimentación ofreció su conferencia en el marco del II Congreso de la Familia, con asistencia del Presidente Municipal Antonio Astiazarán Gutiérrez, su esposa y Presidenta de DIF Hermosillo, Patricia Ruibal Zaragoza, colaboradores de diferentes áreas del Ayuntamiento, estudiantes de diferentes niveles de instituciones académicas de la localidad y público en general.