El sueño es esencial para el desarrollo físico y mental de los niños, especialmente durante sus primeros años de vida y las siestas se han convertido en un tema relevante para muchos padres que buscan optimizar el aprendizaje de sus pequeños. ¿Es la siesta realmente el secreto para que los niños aprendan mejor? En este artículo exploraremos los beneficios del descanso y su influencia en la capacidad para aprender, especialmente en los bebés.
El impacto del descanso en los niños
Desde que los niños llegan al mundo, el sueño es un proceso vital para su desarrollo, ya que durante el descanso el cuerpo se dedica a la reparación y crecimiento de tejidos, mientras que el cerebro organiza la información adquirida. El descanso adecuado no solo favorece la salud física de los pequeños, sino también su desarrollo cognitivo y emocional.
Pero no solo se trata del descanso nocturno, pues las siestas complementan el descanso y ofrecen varios beneficios importantes:
- Recuperación de energía: Las actividades diarias, como jugar o explorar, comer, reír, etc. desgastan físicamente a los niños, y las siestas ayudan a reponer esa energía.
- Procesamiento de información: Durante el sueño, el cerebro consolida la información aprendida, permitiendo a los pequeños asimilar mejor lo que experimentan a lo largo de su rutina diaria.
- Regulación emocional: Un descanso adecuado reduce la irritabilidad, mejora el estado de ánimo y fomenta una mayor capacidad de concentración, lo que es clave para afianzar cada uno de los nuevos aprendizajes.
Los estudios han demostrado que el sueño en la primera infancia, incluyendo las siestas, es crucial para el desarrollo del cerebro. Los niños que duermen suficiente, ya sea durante la noche o con siestas programadas, tienen una mejor capacidad para retener información, resolver problemas y enfrentar nuevas situaciones.
La influencia de las siestas en el aprendizaje
Estudios científicos han mostrado que los niños que toman siestas regularmente tienen un mejor desempeño en tareas relacionadas con la memoria y el aprendizaje. Las siestas contribuyen a la consolidación de la memoria, un proceso en el que el cerebro convierte la información adquirida en recuerdos a largo plazo. En términos sencillos, las siestas permiten a los niños fijar lo que han aprendido durante el día.
De hecho, existen diversas investigaciones que afirman que los niños en edad preescolar que duermen la siesta después de recibir nuevas lecciones o información, tienen más probabilidades de recordar lo que han aprendido. Esta relación entre el descanso y el aprendizaje parece ser más notable en los primeros años, ya que es cuando el cerebro está en una fase de crecimiento y cambio acelerado.
¿Cuántas siestas son necesarias?
La cantidad de siestas y su duración varía según la edad del niño. En los primeros meses de vida, los bebés necesitan varias siestas al día, ya que su cerebro está en una etapa de crecimiento que sucede a gran velocidad. A medida que crecen, las siestas se reducen, pero aún son fundamentales para su bienestar.
- Bebés (0 a 6 meses): En esta etapa, los bebés suelen necesitar entre 3 y 5 siestas al día, ya que toda su energía es utilizada para comer y crecer, por lo que pasan la mayor parte del tiempo restante durmiendo. Estas siestas pueden durar entre 30 minutos y 2 horas, dependiendo de las necesidades del bebé y la rutina a su alrededor.
- Niños de 6 meses a 1 año: Generalmente toman dos siestas, una por la mañana y otra por la tarde. Es importante comenzar a establecer rutinas de descanso claras desde esta edad para que los niños se acostumbren a dormir la cantidad de horas necesarias para un óptimo desarrollo.
- Niños de 1 a 3 años: Es frecuente que los niños en esta etapa comiencen a reducir las siestas a una por la tarde, que dura entre una y dos horas. Y es que entre los 2 y 3 años los pequeños comienzan la vida pre escolar y su rutina los tienen ocupados y activos durante la mañana, lo que luego de una buena comida, necesita una buena siesta.
- Niños de 3 a 5 años: Algunos niños siguen tomando siestas, pero a esta edad, muchos empiezan a dejar de dormir durante el día, aunque aún puede ser beneficioso.
Cómo crear la siesta ideal
Para que las siestas sean efectivas y contribuyan al desarrollo y aprendizaje de los niños, es importante seguir algunos consejos:
- Establecer una rutina: Las siestas regulares ayudan a los niños a mantener un patrón de sueño saludable. Intenta que las siestas se den a la misma hora cada día.
- Crear un ambiente tranquilo: Un espacio cómodo y sin distracciones es esencial para que el niño pueda relajarse y conciliar el sueño. Luz tenue, cero pantallas y mucho amor.
- No prolongar demasiado las siestas: Si bien las siestas son importantes, es necesario que no se prolonguen mucho, especialmente en la tarde, para que no afecten el sueño nocturno de los pequeños.
Las siestas son más que una simple pausa en la agitada vida de un niño, son momentos clave para su desarrollo físico, emocional y cognitivo. El descanso adecuado no solo les permite tener la energía suficiente para enfrentar sus actividades diarias, sino que también influye directamente en su capacidad para aprender y recordar lo que experimentan a lo largo del día, para construir vínculos y conectar con el mundo. Por lo tanto, las siestas pueden ser una herramienta efectiva para ayudar a los niños a aprender mejor, especialmente en sus primeros años de vida. Por lo tanto es indispensable asegurarnos de que nuestros hijos duerman lo necesario durante la noche y hagan siestas durante el día para asegurar las condiciones necesarias para su crecimiento y óptimo desarrollo general.
Fuente: artesco.com.pe