Cher Ami fue una de las palomas mensajeras entrenada por expertos en colombofilia del Cuerpo de Comunicaciones del Ejército de los Estados Unidos que fueron utilizadas en Francia durante la Primera Guerra Mundial.
Esta paloma transmitió mensajes muy importantes dentro del sector estadounidense en Verdún. Durante su última misión el 4 de octubre de 1918 la dispararon en el pecho y en una de sus patas pero logró que su mensaje llegara a su destino salvando a 194 personas con su hazaña. Avisaba a los aliados de la separación de un batallón que estaba rodeado por los enemigos, de esta forma el ejército americano pudo proteger la vida de estos hombres.
Cuando Cher Ami se disponía a levantar el vuelo, el frente alemán se dio cuenta de que los americanos querían transmitir un mensaje y abrieron fuego desde los matorrales hiriéndola al cabo de varios minutos. Tal fue la heroicidad de esta paloma que aún malherida voló treinta y dos kilómetros.
El texto que portaba era del Batallón Perdido del Mayor Charles S. Whittlesey, de la 77 División de Infantería que se encontraba rodeado por las tropas alemanas, decía lo siguiente: «Estamos junto a la carretera paralelo 276,4. Nuestra propia artillería está lanzando un bombardeo directamente sobre nosotros. Por el amor de Dios, basta», decía la comunicación que transportó.
Sus heridas fueron importantes, tenía una esquirla en el pecho, perdió una de sus extremidades y un ojo. La heroína del escuadrón 77 salvó su vida. La hicieron una prótesis de madera para su pata. Una vez restablecida viajo de nuevo a EEUU pero solo sobrevivió unos pocos meses.
Murió en Fort Monmouth, Nueva Jersey, el 13 de junio de 1919, como consecuencia de sus heridas de guerra. El cuerpo de esta heroína fue disecado y actualmente se exhibe en el Museo Nacional de Historia de Estados Unidos.
Recibió la medalla Cruz de Guerra con Hojas de Roble y recibió post mortem una medalla de oro por sus servicios heroicos durante la Primera Guerra Mundial.