Ser el ‘hermano sandwich’ no es nada fácil. Te contamos de qué se trata para que no te pierdas de la singularidad y unicidad de este hijo del medio del que tanto se habla.
Existen muchos mitos alrededor de los hijos del medio. Las lenguas populares los llaman “hermanos invisibles”, los “hijos más fuertes”, los “menos queridos”, entre otros dichos. Pero lejos de quedarnos con la percepción general del asunto, ahondemos un poco más en lo que significa ser el hermano del medio, sin mitos ni etiquetas.
Ya nos hemos explayado sobre las implicaciones de ser hijo mayor, la importancia que tiene el orden de nacimiento en la crianza y conducta general de los hijos, y sobre la singularidad de cada hijo. Como ya comentamos, el hermano mayor tiende a ser, por obvias razones, el hijo al que se le depositan mayores expectativas, cuidados, y peso de ser el primero. No se trata de especulaciones, sino de sentido común: se trata del primer hijo, el único que vivirá teniendo a sus padres como papás primerizos.
Ser el hermano de enmedio
Más allá de las etiquetas hay algo que sí podemos afirmar: ser el hijo del medio no es nada fácil.
Las realidades que rodean al hijo del medio traen sus cuestiones: celado por su hermano mayor y a veces dejado un poco de lado por las necesidades del hermano menor. Es por este lugar que ocupa que podemos trazar algunas similitudes entre los hermanos sandwich y por ende algunas estrategias para acompañarlos. No olvidemos, de todas formas, que todo hijo es único con su respectivo orden de nacimiento y todo.
Es habitual que los hermanos del medio puedan sentir que reciben menos atención por parte de sus padres. Esto no ocurre por malas intenciones o déficits en la crianza, sino porque literalmente se encuentran ensanchados entre la atención que recibe el hermano mayor y el foco que se encuentra puesto en el hermano pequeño.
Las cualidades del hermano del medio
Como padres que están a cargo de una casa que cuenta con mínimo 3 hijos, en este caso, es usual que muchas veces le pidamos al mayor que cuide o acompañe al del medio mientras nos ocupamos del hijo menor. También es lógico que muchas de nuestras primeras veces como padres ocurran con el crecimiento del hermano más grande, por lo cual el hermano del medio suele sentir justamente eso: que se encuentra en el medio.
Que es portador de segundas veces no tan emocionantes y que no es el que cierra los capítulos o nos hace reír como el hermano pequeño. Es por esto que resulta de vital importancia proveerles de atención y amor a todos nuestros hijos por igual, pero contemplando sus diferencias, necesidades y teniendo en cuenta lo que el orden de nacimiento puede significar para ellos.
Pueden tender a buscar la atención de la familia a través de actos de rebeldía o acercarse a extremos más tímidos. Debido a su posición y a sus sentimientos respecto a esta, puede que el hermano del medio intente llamar la atención de los padres a través de conductas rebeldes y llamativas. Pero puede también que lo encontremos del otro lado: más bien retraído y tímido, amoldándose al lugar que cree que tiene. Es importante estar atentos a cualquiera de estos extremos para poder abordarlos con conocimiento y consciencia.
Detalles para con ellos los puede hacer sentir especiales
Evitar la comparación entre hermanos resulta algo básico, pero ser más intencionales en pequeñas cosas del día a día puede ayudar a los hermanos del medio a sentirse parte. Un ejemplo: los hijos del medio suelen heredar la ropa, espacios o juguetes del hermano más grande. También suelen ser los que “pasan” sus herencias a su hermano chico. Es por esto que proveerles de sus propias pertenencias los puede ayudar a sentirse amados y valorados. Lo mismo ocurre con el tiempo de calidad, la atención y el cariño.
Se suele tratar de un hijo que aprende a mediar. Aprende, por la convivencia con sus hermanos, a formar parte de grupos diversos, a luchar por sus cosas, a hacerse oír, a ser independiente, sociables y a compartir. Apreciar estas virtudes, elogiarlas, y ayudarlos a aprenderlas armónicamente puede ser de utilidad para ellos en su camino. Muchas de estos aprendizajes ocurren por su condición de hermano del medio, pero poder transmitir estos mismos valores a los demás hermanos y lograr el que el medio no sea siempre mediador, que tengas sus propias cosas, que no se vuelva independiente por falta de atención, son objetivos a alcanzar respecto a la crianza de nuestros hijos.
Los hermanos del medio a veces pueden sentir que no pertenecen. Precisamos estar atentos a la dinámica social que se da entre hermanos, poner límites cuando es necesario y favorecer la integración entre ellos.
No es el primogénito ni tampoco el más pequeño. Pero no por eso dejemos de disfrutar la unicidad de nuestro hijo mediano: sus primeras veces, sus salidas, sus ocurrencias y las cualidades que lo hacen único.