Todos conocemos las emociones y los sentimientos, nos los enseñan de pequeños, los integramos en nuestras vidas a la par que aprendemos a decir nuestras primeras palabras; los reconocemos en nosotros mismos, los vemos en las personas que están a nuestro alrededor pero, con todo y con eso, coincidirás conmigo en que hay una serie de sentimientos, emociones y sensaciones que cobran un sentido totalmente diferente una vez te conviertes en madre.
1. Temor
Tienes miedo, lo sientes. Es una sensación que se cuela dentro de ti cuando vas a hacerte una ecografía y no puedes dejar de pensar en que todo esté bien. Lo vuelves a notar cuando tu hijo corre en el parque y tú te anticipas pensando que se va a caer.
2. Pánico
Dime la verdad, ¿cuántas veces crees haber entrado en pánico ahora que eres madre? Yo más de una y más de dos. El otro día, sin ir más lejos, cuando pensé que mi pequeña se caía de la cama ¡y eso que tomo todas las precauciones habidas y por haber!
3. Amor incondicional
¿Cómo puedes querer tanto a alguien que acabas de conocer? Sí, es el mismo sentimiento que notabas cuando tu bebé estaba dentro de ti y que ahora se multiplica por diez. ¡Por algo lo llaman amor a primera vista!
4. Felicidad
Es un sentimiento y una actitud que conoces de sobra y que ojalá sea una constante en tu vida, pero seguro que no me equivoco al decir que ahora que eres madre te sientes mucho más feliz que antes. Es como si de repente comprendieras cuáles son las cosas importantes de la vida.
5. Admiración
Amas a tus hijos, aprendes de ellos, te fascina ver cómo crecen, lo mucho que te enseñan y lo divertidas que son las cosas que hacen. ¿Lo podemos llamar admiración, tal vez? ¡Desde luego que sí!
6. Amabilidad
Yo pensaba que la amabilidad era una característica de las personas, ‘eres amable con tus vecinos, les das los buenos días’, pero resulta que también es un sentimiento, una emoción. Te sientes amable, quieres serlo con los que te rodean para compartir con ellos de algún modo la felicidad que te embarga y porque quieres ser un ejemplo para tu hijo.
7. Alivio
¿Alivio por qué? Por lo que ya sabes, al ver que tus hijos están bien, al saber que confían en ti, que te quieren, que se alegran con solo verte. Alivio al comprobar que tu hijo o tus hijos tienen amigos, saben ser respetuosos y responsables… ¡Será nuestra nueva palabra favorita
Durante el parto te preparas para todo lo que vas a tener que hacer después: cuidar de tu pequeño, darle amor, vestirle, acunarle… Pero para lo que puede que no estés del todo lista es para conocer la avalancha de sentimientos que vas a notar en tu interior.
8. Empatía
Empatía quiere decir ponerse en el lugar del otro, lo sabrás de primera mano porque no harás otra cosa con tu pequeño. He decirte, querida mamá, que te será de gran ayuda para gestionar las emociones de tu hijo.
9. Culpabilidad
No sé por qué será pero somos la generación de la culpabilidad. Tal vez porque queremos llegar a todo o porque nos cuestionamos si no lo hacemos todo de forma perfecta. Yo siempre digo que siempre se puede mejorar y aprender, pero que nunca debemos olvidarnos de alabarnos a nosotras mismas por todo lo que hacemos cada día, ¡que no es poco!
10. Alegría
Por todo, sobre todo cuando es la primera vez que hace algo: caminar, darte un beso, decir ‘mamá’ o tomar tu mano. ¡Qué emoción tan magnífica!
11. Fortaleza
Te haces fuerte, lo notas en tu interior, por eso sabes a ciencia cierta que vas a poder de sobra con las rabietas de los dos años, los nervios el día de antes del examen de bachillerato, las rebeldías de la adolescencia y todo lo que venga.
12. Agradecimiento
Vas a ser agradecida porque tienes motivos para ello y porque, como sabes que eres un espejo en el que se mira tu hijo, quieres que él también lo sea.
13. Orgullo
¡Pues claro! ¡Cómo no ibas a ser orgullosa! Tienes un hijo maravilloso con sus virtudes y sus defectos, así que está permitido presumir a diario.
14. Obligación y compromiso
Con tu hijo porque tienes que cuidarle, darle amor, protegerle y también porque quieres ser la mejor versión de ti misma para esa personita que ahora se lleva todos tus besos, abrazos y mimos.
15. Apego
Crianza con apego, con respeto y con amor puro y verdadero, ¡cómo no iba a ser este tu nuevo sentimiento! Abraza a tu hijo cada día, llénale de besos, acaricia su pelo mientras te habla, dale la mano cuando le acompañes al médico, sonríe para que él también lo haga, ¡no se me ocurre nada mejor ni más valioso!
16. Inspiración
Tu hijo será tu nueva fuente de inspiración para todo: para hacer manualidades, sacarle fotos graciosas y también para quererte y valorarte más a ti misma.
¿Qué opinas? ¿Agregarías algo más?
Fuente: guiainfantil.com