Antes de adquirir la habilidad suficiente para rodar en modelos tradicionales, la mayoría de los niños comienzan a practicar ciclismo en las famosas bicis sin pedales, un tipo de bicicleta que les permite desarrollar habilidades de coordinación y equilibrio de manera progresiva sin necesidad de instalar dos ‘rueditas’ pequeñas a ambos lados de la llanta trasera.
Al no tener pedales, los menores deben utilizar las piernas para impulsarse y recorrer los caminos más divertidos con plena autonomía. Este tipo de trabajos les ayuda a mejorar su destreza sobre la bicicleta y a adquirir un grado de confianza superior que les permitirá estar más preparados para cuando llegue el momento de montar sobre bicicletas más grandes con pedales. Es por eso que muchos niños ni siquiera tienen necesidad de que sus padres les instalen ruedas auxiliares de equilibrio porque ya son capaces de mantener la estabilidad durante mucho más tiempo y rodar como si hubiesen nacido con ese talento.
Un deporte para aprender y divertirse
Comparte con tus hijos la pasión por el ciclismo y regálale una bici para que comiencen a conquistar sus primeros kilómetros. A continuación, te compartimos las razones por las cuales los niños deberían aprender a montar bicicleta desde sus primeros años.
Haz que tus hijos se enamoren de la bici
2. Las bicicletas sin pedales, diseñadas especialmente para menores de 2 a 4 años, podrían motivar el espíritu aventurero, debido a que es sobre este tipo de ‘juguetes’ en el que los niños comienzan a divertirse, a sentirse libres y a querer explorar nuevos lugares en las dos ruedas. Pedalear en estos modelos los obliga a trabajar un aspecto clave y complejo como lo es el equilibrio. La necesidad de mantenerse estables y controlar su cuerpo para no caerse es lo que hace que los menores mejoren proceso de coordinación, crecimiento y desarrollo.
3. El ciclismo mantiene a los niños activos, lo cual mejora su condición física y los aleja de síntomas como el estrés y de condiciones complejas de salud (muy comunes en edades tempranas) como la obesidad y la diabetes, que se producen, en la mayoría de los casos, por los altos niveles de sedentarismo.
En la bici se puede fortalecer la autoconfianza
5. La práctica deportiva también les permite a los pequeños mejorar sus lazos sociales, ser más extrovertidos e interactuar con muchas más personas en diferentes lugares, un aspecto que fomenta la asimilación de valores como el respeto, la solidaridad, el compañerismo y el sentido de comunidad o sociabilidad. Esto es muy importante debido a que muchos niños son muy dependientes de sus padres.
7. Las rutinas de ciclismo en niños mejoran la posición de la espalda y fortalecen la musculatura a nivel de la zona lumbar, minimizando así los riesgos de padecer lesiones o molestias físicas en esta parte del cuerpo.
8. El ciclismo los hace sentir felices y alegres en todo momento. Además, si el niño sale a pedalear con sus amigos y sus padres reforzará sus vínculos familiares, de compañerismo y de trabajo en equipo.
9. Las salidas a rodar por lugares con paisajes naturales y sitios urbanos hace que los niños adquieran conciencia ambiental e interioricen con mucha más facilidad y compromiso las normas de tránsito.