Los bigotes del gato son, quizás, uno de sus rasgos más característicos. Pero más allá de generar simpatía, tienen múltiples funciones que la mayoría de gente desconoce. ¿Por qué todos los gatos tienen bigotes? La respuesta es que estos pelos duros y flexibles a la vez son una herramienta muy útil para los felinos: les ayudan a cazar, a explorar el entorno y hasta a expresar sus emociones.
Los bigotes del gato: pelos táctiles
El sentido del tacto es fundamental en todos los mamíferos. En el caso de los gatos, parte de este imprescindible sentido se canaliza a través de los bigotes o vibrisas, en su nombre técnico. El sentido táctil en el gato depende de receptores cutáneos que se encuentran repartidos por todo el cuerpo del felino. Parte de esos receptores se acumulan en la base de los folículos pilosos (es decir, en la base de los pelos) y reciben el nombre de mecanoreceptores. Estos mecanoreceptores son los que ayudan al gato a percibir su entorno. Ahora veremos cómo…
¿Cómo funcionan?
Los gatos tienen muchos pelos repartidos por todo su cuerpo, y de hecho el pelaje sirve como barrera de protección ante agresiones externas y por eso es tan importante cuidarlo. Una buena alimentación y un cepillado frecuente son la mejor manera de garantizar un buen estado del pelaje. Ahora bien, no todos los pelos del gato son iguales. Algunos están especialmente preparados para transmitir información táctil al cerebro del felino. Son los llamados pelos táctiles o vibrisas, que se distribuyen en cinco grupos: supraciliar, del mentón, cigomático, labial y mandibular. Cada grupo corresponde a una ubicación en la anatomía facial: cejas, mentón, carrillo, labio y mandíbula.
Los pelos táctiles o vibrisas son lo que coloquialmente se conoce como bigotes y funcionan a modo de palanca para amplificar la percepción táctil.
Los pelos táctiles son largos, rígidos y están muy vascularizados e inervados. De hecho, se insertan a una profundidad tres veces mayor que el resto del pelaje. Al moverse, los bigotes del gato actúan como una palanca con su punto de apoyo en el borde del folículo. De esta manera, cualquier movimiento en el pelo, por ligero que sea, queda amplificado. Y así es como se convierte en un estímulo potente para las terminaciones nerviosas que rodean al folículo. Cada vez que un objeto roza los bigotes de un gato, su cerebro recibe información táctil muy valiosa sobre la proximidad de ese objeto. Además, al entrar en contacto con los objetos del entorno, los pelos táctiles ayudan a percibir las distancias de los obstáculos en plena oscuridad. Podría decirse que cumplen la misma función que nuestras manos cuando palpamos a ciegas.
¿Cuántos bigotes tiene un gato?
Los gatos, por lo general, tienen entre ocho y 12 bigotes móviles a cada lado de su nariz. Aunque con excepciones -algunos tienen más, otros menos-, esto significa que en total cada felino cuenta con entre 16 y 24 vibrisas en esta zona de su cara. A estos bigotes del gato se deben sumar el resto de vibrisas supraciliares, labiales, etc.
¿Es malo cortarle los bigotes a un gato?
Los gatos necesitan los pelos táctiles para orientarse y percibir el entorno.Por tanto, hay que saber que los bigotes no cumplen solo una función estética.
Privar a un gato de sus vibrisas sería como vendarle las manos a un niño.
En este sentido, no está de más recordar que los gatos suelen tener problemas para ver con nitidez los objetos de cerca. Son miopes porque su vista está adaptada a sus necesidades como cazadores, de modo que detectan mucho mejor el movimiento que nosotros (para detectar a sus presas), pero ven con menos nitidez (esto no es tan necesario a la hora de cazar). Para compensar las limitaciones de visión cercana, los felinos han aprendido a girar sus bigotes hacia delante y a captar estímulos táctiles que, cuando llegan al cerebro, les proporcionan una imagen en tres dimensiones muy detallada de lo que tienen enfrente. Por otra parte, la posición de los bigotes de un gato da cuenta de su estado emocional. Los bigotes del gato son un buen indicativo para los humanos del estado de ánimo de los gatos. Sintetizando, podríamos decir que, cuando se encuentran estirados hacia atrás, cerca de la cara, indican que el gato se siente amenazado. En cambio, cuando están relajados y apuntando en dirección opuesta de la cara, muestran un gato tranquilo y contento. Nunca deben cortarse los bigotes a un gato puestos que estos pelos táctiles le facilitan la supervivencia y la adaptación al entorno.
Fuente: Equipo Veterinario Nutro