La madurez no es una cuestión de edad, sino de cómo eliges responder y reaccionar ante diversas situaciones de la vida.
La madurez no es una cuestión de edad, sino de cómo eliges responder y reaccionar ante diversas situaciones de la vida. Es esencialmente un nivel de desarrollo mental o sabiduría que incide en todas las áreas de la vida de un individuo, desde su conducta hasta su relación con los demás.
Cómo distinguir la madurez de una persona
Uno puede distinguir el nivel de madurez de un individuo por algunos rasgos importantes exhibidos por ellos en la vida cotidiana, así como en momentos cruciales. Algunas de las cosas que puedes buscar en ti mismo o en otra persona para verificar la madurez son las siguientes:
1. Comprensión de situaciones y personas
La vida trae situaciones difíciles y complejas en el camino, para la mayoría de nosotros. Sin embargo, la diferencia entre una persona madura y una inmadura es que alguien con madurez tratará de entender la situación o a esa persona, antes de reaccionar.
Para mantenerse en el lugar de otra persona, razona lógicamente por qué algo pudo haber sucedido de cierta manera, no simplemente juzgues o culpes a la otra persona; estas son algunas de las cosas que te hacen una persona comprensiva y le dan más significado a la palabra madurez en tu vida.
2. Adaptarse a los cambios de vida
El cambio es inevitable, pero el crecimiento, junto con la felicidad, es opcional. La vida sigue cambiando, trayendo consigo nuevas personas, un conjunto de experiencias y desafíos para ti. Aunque el cambio en sí te ayuda a ser más maduro, lidiar con él también requiere algo de madurez.
Las personas inmaduras muestran una falta de comprensión de las situaciones, ya sea mostrando resistencia al cambio o comportándose como antes. Como resultado de esto, no logran adaptarse de manera positiva, lo que les trae nuevos desafíos.
Una persona madura, por otro lado, ve las cosas por lo que son y hace esfuerzos conscientes para adaptarse al cambio. Esto les ayuda a aprender y crecer y dar un paso más en la vida.
Por ejemplo, pasar de la universidad a la vida laboral requiere que muestres madurez comercial o comportamiento profesional. Sin embargo, si aún muestras la actitud despreocupada e insensible de un estudiante universitario, se te puede considerar una persona inmadura.
3. Aceptar y reaccionar ante las cosas
Todos enfrentamos el dolor de la angustia, el rechazo o cualquier otra situación dolorosa en algún momento de la vida. Sin embargo, la madurez exige que, después de un tiempo, aceptes las cosas por lo que son (si no se pueden cambiar) y sigas adelante en la vida con dignidad.
Diferentes personas toman diferentes tiempos para superar las cosas en la vida. Sin embargo, sin importar cuál sea la situación, se requieren diferentes tipos de madurez para prepararse para hacer las paces con sucedido y mirar hacia adelante. Las personas maduras desafían a dejar ir las cosas, para que puedan actuar de manera positiva, para crecer más con cada incidente.
4. Cómo cuida a sus seres queridos
Todo el mundo tiene una manera única de mostrar amor. En general, las personas inmaduras a veces se vuelven pegajosas y posesivas, pensando que lo hacen por amor y cuidado. Sin embargo, las personas maduras, en cambio, toman caminos diferentes para cuidar a sus seres queridos.
Más que demostrar amor, la persona madura se enfoca en procurar cuidados y también en pensar en el futuro, tanto para sus hijos como para sí misma.
5. Cómo planea la vida
Las personas que carecen de madurez a menudo toman decisiones apresuradas, ya sea que se trate de su carrera, relaciones o cualquier otra cosa. Hacen planes y toman decisiones con base en sus emociones e impulsos. Las personas maduras, en cambio, miran la vida con objetividad y sopesan las opciones prácticamente antes de llegar a ninguna conclusión.
Por lo tanto, desde la madurez de las relaciones hasta la madurez intelectual, necesitas todo tipo de madurez para enfrentar diferentes tipos de desafíos.
