Actualmente, todos los expertos coinciden en que la actividad humana es la causante del calentamiento global, lo que se traduce en unas condiciones meteorológicas cada vez más extremas y en la degradación del medio ambiente.
Una prueba de ello es la que podemos exponer como la “mayor zona muerta” del planeta.
La mayor zona muerta de la Tierra se encuentra en el golfo de Omán, en una franja de mar de 181.000 kilómetros cuadrados situada entre Omán e Irán. Su característica es que es la mayor zona mínima de oxígeno o “zona muerta”.
Aquí, las concentraciones de oxígeno suelen ser inferiores a los 6 micromoles por kilogramo en toda la zona; muy lejos de los 120 micromoles por kilogramo necesarios para la supervivencia de muchas formas de vida. Si bien es cierto que esta zona se ha caracterizado por ser una zona mínima de oxígeno (OMZ), desde 1990 ha crecido y se ha intensificado debido al calentamiento de los mares.
¿Qué ha provocado el aumento de esta zona muerta?
Un gran descenso de la biodiversidad, lo que ha permitido la proliferación de enormes formaciones de algas.