La pandemia covid-19 nos recordó la importancia de que existan las vacunas para prevenir enfermedades, en especial cuando significan un gran riesgo de salud. Sin embargo, esta misma situación ha afectado los esquemas de vacunación básicos, un experto nos explica los riesgos que esto conlleva.
La llegada del covid-19 volteó el mundo de cabeza. El confinamiento frenó en seco nuestras actividades, incluyendo chequeos médicos y vacunación. En Salud180 platicamos con el Dr. Salvador Pineda, médico pediatra y Gerente Médico de Vacunas de Sanofi, sobre el impacto de la pandemia en los esquemas de vacunación y lo que esto podría implicar.
¿Cómo ha afectado la pandemia los esquemas básicos de vacunación?
Dada la situación y recomendaciones, la mayoría hemos permanecido en casa con el fin de protegernos de un contagio. Sin embargo, el especialista explica que esto también ha provocado que la gente acuda en menor cantidad, comparado con previo al coronavirus, a los centros de vacunación para aplicar las vacunas correspondientes a los niños según su edad.
Esto se reflejó, en el hecho de que, durante la época más importante de la pandemia en México, alrededor de julio y agosto del 2020, hubo una cobertura de vacunación aproximada del 60 por ciento, es decir, de cada 10 niños menores de un año, 4 no estaban vacunados. La situación mejoró ligeramente antes del nuevo repunte, alcanzando un 70 por ciento.
Sí, es una situación extraordinaria y quizá parezcan buenas cifras, pero no lo son, pues podrían afectar lo que se conoce como efecto rebaño, donde entre más niños vacunados en el momento adecuado a la edad correspondiente haya, mejora el efecto rebaño.
¿Cuáles son los riesgos de una menor vacunación básica por la pandemia?
De acuerdo al Dr. Pineda, la forma como ha pegado la pandemia en la cobertura y complementación de los esquemas de vacunación, pone en riesgo el sector salud y su sustentabilidad, además, claro, de la salud individual, pues podrían volver a presentarse casos de enfermedades que no se veían en México en décadas
Este riesgo tiene mucho que ver con el efecto rebaño, el cual varía según la enfermedad. En casos de algunas muy contagiosas, como el sarampión y la tosferina, se necesita del 95 por ciento de las personas vacunadas para lograr esta protección, si se baja al 90, ya no hay efecto rebaño.
Otro ejemplo es la poliomielitis, para la cual se necesita una cobertura completa del 80 por ciento de la población. Por lo tanto, los porcentajes que se tienen registrados del año pasado (60 y 70), no logran alcanzar el mínimo para el efecto rebaño, lo que pone en riesgo a los niños que no han sido vacunados contra la polio.
Esto significa que podrían regresar enfermedades de las que ya no habíamos escuchado e, incluso, volverse una pandemia o problema de salud pública. Nuestro médico pediatra señala que, de continuar con la situación descendente en el cumplimiento de los esquemas de vacunación, existe el riesgo de volver a ver difteria, poliomielitis, tétanos neonatal, hepatitis B en alta incidencia.
Ojo, se corre riesgo, tanto no vacunando, como sólo aplicando 1 o 2 dosis. En ese sentido, el Dr. Pineda, explica que no debemos confiarnos en que, si el pequeño recibió su dosis de vacuna hexavalente a los 2 meses, pero le faltaron otras 2, está medio protegido, pues a partir de cuando le tocaba la siguiente dosis, está desprotegido, por lo que es necesario ponerse al corriente lo antes posible.
¿Por qué es importante evitar que regresen enfermedades “extintas”?
Los esquemas de vacunación que se han seguido durante años, han ayudado a que hoy en día muchos de nosotros, incluso médicos de nuevas generaciones, no hayan visto casos de estas enfermedades peligrosas, por lo que su regreso no sólo sería un retroceso, sino un riesgo para la salud pública e individual.
El especialista subraya que la mayoría de estas enfermedades son más graves que el coronavirus. Por ejemplo, la difteria, una infección bacteriana grave que afecta las membranas mucosas de la nariz y garganta y, en etapas avanzadas puede dañar órganos como el corazón o los riñones, en menores de 1 año es sumamente grave.
Lo mismo en el caso de la tosferina, la cual es causa de mortalidad infantil importante. Por su parte, la poliomielitis es incapacitante, irreversible e incluso puede quitar la vida.
De ahí la importancia de aplicar las vacunas correspondientes, pues estas han demostrado ser seguras y eficaces a lo largo de las décadas.
¿Es posible aplicar una vacuna después del tiempo establecido?
El Dr. Pineda señala que sí. Si bien lo ideal es aplicarlas en el tiempo establecido para reducir riesgos, es posible aplicarla después, sin embargo, durante el tiempo que pasó sin la vacuna, tu hijo tendrá riesgo de encontrarse con la enfermedad.
Sin embargo, el médico invita a vacunar a los pequeños y completar los esquemas de vacunación. Poniendo el ejemplo de la vacuna hexavalente, si olvidaste o no pudiste aplicar la tercera dosis a los 6 meses, después de los 7 meses el bebé entrará en riesgo, pero en cuanto aplicas la vacuna, vuelves a incrementar los anticuerpos y regresa su protección, reduciendo el riesgo notablemente.
Frente a la pandemia, el especialista recomienda entender que la vacunación es una prioridad y que pasará al menos 1 año para que salgamos de la situación actual, por lo que es necesario acudir con las medidas precautorias a que los pequeños reciban sus vacunas según la edad.
Es importante tener en cuenta que no todos los Centros de Salud o clínicas son covid y sigue habiendo la aplicación de vacunas, aunque también es posible acudir con los médicos particulares para este fin.
Un recordatorio sobre la seguridad de las vacunas
Si bien los movimientos antivacunas no son nuevos, el Dr. Pineda recuerda que existen desde las primeras vacunas, no debemos dejar de recordar que las vacunas son seguras, pues la mejor herramienta contra el movimiento antivacunas es la información.
De acuerdo al especialista, frente a la falta de evidencias de que las vacunas realmente sean malas, hay infinidad que apunta a que son buenas y, de hecho, se consideran la segunda herramienta de mayor impacto que ha favorecido la salud pública a nivel mundial, sólo superada por el agua potable.
Es cierto que puede haber efectos adversos, como con cualquier medicamento o tratamiento, sin embargo, en su gran mayoría son pequeños y transitorios, comparados con el gran beneficio que ofrecen y lo que supondría enfermarse de difteria o poliomielitis.
Sin duda, siempre es un buen momento para recordar la importancia de la vacunación. En México, el esquema empieza desde el nacimiento con una vacuna contra la hepatitis B y otra contra la tuberculosis, para dar comienzo a los 2 meses, al esquema de la vacuna hexavalente que cuenta con 3 dosis: 2, 4 y 6 meses; le sigue el neumococo y el rotavirus, continuando a lo largo de la vida y los años.
Vacunarnos no sólo nos protege a nosotros, sino a nivel población, pues esto evita el resurgimiento de viejas enfermedades que podrían afectar el sistema de salud y, claro, a nuestros seres queridos.
No te dejes llevar por comentarios o falsa información, como señala nuestro especialista, la peor vacuna es la que no se pone. Investiga cómo están trabajando los Centros de Salud más cercanos y, si a tu pequeño le falta una vacuna, acude a aplicársela. Cuidar su salud es lo más importante.