El hipo es una sensación incómoda, en especial cuando pese a todos tus intentos, no cede. Si tu hipo no se detiene, conoce las causas del hipo persistente que no debes ignorar.
¿Quién no ha tenido un episodio de hipo? El hipo suele comenzar de la nada, provocando el característico sonido: “hip, hip” y haciéndonos recurrir a mil técnicas populares: beber agua fría, aguantar el aire, asustarnos… aunque muchas veces desaparece como apareció, sin avisarnos.
¿Por qué nos da hipo?
El hipo es una contracción involuntaria del diafragma, acompañado del cierre repentino de las cuerdas vocales, la cual puede ser causada por una irritación del diafragma, por ejemplo, por comer demasiado o muy rápido, los alimentos calientes o picantes, o el alcohol.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explica que, aunque el hipo puede aparecer sin causa evidente, otros desencadenantes, son:
- Tomar bebidas con gas
- Enfermedades que irritan los nervios que controlan el diafragma, como la faringitis, reflujo, un tumor, quiste o bocio en el cuello
- Los nervios o emoción
- Hinchazón del estómago
- Cirugía abdominal
- Algunos medicamentos
En general, un ataque de hipo dura unos minutos, pero puede llegar a mantenerse por meses. Asimismo, puede ser signo de una enfermedad. Por eso, especialistas de Mayo Clinic explican que, si tu hipo dura más de 48 horas o es muy intenso y no te permite comer, dormir o respirar, ve al médico.
Más allá de la molestia, podría indicar una enfermedad o ser la consecuencia de alguna afección. Atendiendo la causa, puede solucionarse el hipo, aunque también existen otras alternativas de tratamiento.