El árbitro a prueba

Soledad Durazo

Durante varios procesos, he recibido la confianza de representantes de partidos políticos e integrantes del antes Consejo y hoy Instituto Estatal Electoral, para moderar algunos de los debates a alcaldías y el del 2015 a la gubernatura del estado.

Este año recibí también la invitación y tuve la oportunidad de moderar junto con mi colega Luis Alberto Medina, el ejercicio que se realizó este martes.

Soy una convencida de la pertinencia de estos encuentros entre aspirantes a puestos de elección popular porque no me cabe duda que son actividades que abonan para un voto más informado y contribuyen para una sociedad más involucrada en el quehacer de la vida pública y más interesada en saber en qué manos depositará su confianza.

Por varios procesos se mantuvo el mismo formato rígido de los debates donde como moderadora solo me tocaba dar la voz al o la contendiente en turno y detener su participación si se pasaba de tiempo.

El debate de este martes introdujo dos elementos diferentes. Se otorga participación a la ciudadanía a través de invitación para que haga llegar sus cuestionamientos a la plataforma del Instituto. De entre las preguntas que llegan por sorteo se define cuales se harán a los debatientes. Misma pregunta para todos. Ya en el momento el formato es aburrido especialmente para la audiencia.

El otro elemento nuevo es la participación de los moderadores que estructuran y hacen una segunda pregunta.

Hay también una bolsa de tiempo en cada bloque para que se utilice como réplica. Los participantes tienen en este caso 90 segundos para administrarlos en no más de tres intervenciones y la intervención más larga no debe exceder el minuto.

Es un formato complejo para ejecutarse, sin duda.

La narrativa durante y posterior a este primero de los dos debates que tendrán la y los candidatos, se centra casi en su totalidad en la desastrosa transmisión que impidió un seguimiento efectivo por parte de los electores; lejos de alentador resultó desalentador para la audiencia mucha de la cual terminó por levantarse y dejar de verlo.

En todo este tiempo que he tenido la oportunidad de moderar debates, nunca una transmisión había quedado a deber tanto… y sí, es un tiempo de más adelantos tecnológicos, de más posibilidades digitales.

El Instituto no exageraría si demandara o por lo menos castigara el pago a la empresa que tan mal quedó.

El árbitro no debe dejar ningún lugar para la duda…tiene algunos debates por delante para corregir la plana en lo que pueda corregirse y ser muy escrupuloso en los aspectos tecnológicos que deben acompañar la jornada electoral porque con este antecedente ha sembrado nerviosismo entre no pocos sobre la forma en que habrá de manejarse en lo que resta del proceso y particularmente en el PREP.

También el Instituto debe atender las denuncias que en el debate hicieron la candidata de Fuerza por México y el candidato de Redes Sociales Progresistas, Rosario Robles y Cuauhtémoc Galindo, respectivamente en el sentido que no han autorizado sus listas de candidaturas a diputaciones locales y alcaldías. A Fuerza por México no le autorizan 11 diputaciones y tampoco 8 a Redes Sociales; al primero tampoco le aprueban 7 alcaldías y 6 al segundo.

Las y los candidatos están esperando “El Santiago” para salir a hacer campaña. La inquietud está creciendo entre la militancia que se ha ido conformando entorno a esos dos nuevos partidos que se preguntan sobre las razones que pudiera tener el Organismo electoral para retrasar su salida a la conquista del voto.

Ojalá sigamos coincidiendo en www.SoledadDurazo.com @SoledadDurazo FB/SoledadDurazo IG: soledaddurazo YT: SoledadDurazo

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