Seguro has escuchado alguna vez a una persona asegurar, sin un diagnóstico, que sufre TOC o trastorno obsesivo compulsivo, pues tiene varias conductas que hace de forma repetida y, pareciera, obsesiva. Si tú mismo lo has dicho, te decimos si podrías sufrir de TOC o de manías y por qué es importante diferenciarlas.
El trastorno obsesivo compulsivo, es un trastorno mental, al cual relacionamos con comportamientos repetitivos y compulsiones. Sin embargo, pese a que cada vez tiene más visibilidad esta condición, suele causar mucha confusión y el término ser utilizado como sinónimo de otro tipo de condiciones.
Así es, no todo el que realiza comportamientos repetitivos, es una persona que padece TOC. La mayoría podemos pasar por fases donde tenemos este tipo de conductas, sin embargo, suelen catalogarse más como manías que como TOC.
¿Qué es una manía?
Si bien en términos psiquiátricos, la palabra manía tiene diferentes acepciones, en este caso nos referimos a las costumbres que se repiten con cierta frecuencia, generando una falsa sensación de control sobre algunos acontecimientos externos.
Por ejemplo, sentir la necesidad de regresarte a verificar que cerraste el refrigerador o revisar que hayas adjuntado el documento en tu correo, incluso usar la misma pulsera cuando tienes una junta importante, es algo que puede pasarnos a muchos.
De acuerdo al sitio de especialistas en psicología, PsicoEstudi, la mayor parte de la población tiene comportamientos repetitivos u obsesivos, es decir, manías, en algún momento de su vida, los cuales, en su mayoría, tienden a desaparecer con el tiempo.
Sin embargo, otros pueden reforzarse, aumentando la frecuencia y duración, e incluso llegando a interferir con la vida, es aquí donde podríamos empezar a marcar la diferencia con el TOC.
¿Cuál es la diferencia entre las manías y el TOC?
Según especialistas, la diferencia principal está en que las personas con trastorno obsesivo compulsivo, tienen compulsiones, es decir, conductas o rituales para neutralizar o prevenir el malestar que les causan los pensamientos u obsesiones e intentar que desaparezcan. Algo que generalmente no ocurre con las manías.
Todos somos vulnerables a sufrir pensamientos invasivos sin que escalen, pero en un pequeño porcentaje, esto se convierte en un problema, denominado obsesiones, pues no existe lo que comúnmente llamamos “desenganche”, ya que el pensamiento es más fuerte que la persona y los esfuerzos por ignorarlos suelen resultar inútiles.
Por lo tanto, podemos diferenciar a quien tiene manías de una persona con TOC, de acuerdo a la frecuencia de los pensamientos, duración y malestar que produce, así como la importancia que le das y esfuerzo que aplicas en enfrentarlos.
Las personas con TOC no son capaces de controlar sus pensamientos o comportamientos. Por su parte, las manías también tienden a aparecer como respuesta a estados de ansiedad elevados, para darnos seguridad y confianza, pero no generan una angustia por no llevarlas a cabo.
Finalmente, las manías pueden resultar extravagantes y exageradas, pero, en general, si no son crónicas o interfieren de forma considerable con tu día a día, no se reconocen como TOC. La línea es muy delgada, sin embargo, es importante distinguir entre ambas condiciones, ya que el TOC es un problema grave e incluso incapacitante.
Ojo, debes tener en cuenta que es imposible diagnosticar a alguien a través de un artículo, siempre será un especialista quien determine tu condición de acuerdo a los criterios de diagnóstico. No dudes en acercarte a un psiquiatra o psicólogo.
¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?
Lejos de comportamientos repetitivos, el trastorno obsesivo compulsivo, es un trastorno mental que se caracteriza por pensamientos y miedos no deseados, llamados obsesiones, que llevan a comportamientos repetitivos o compulsiones, las cuales interfieren con las actividades diarias, pero, su principal característica, causan un sufrimiento emocional.
Es decir, las compulsiones o comportamientos de las personas con TOC, son un intento por librarse de los pensamientos obsesivos, aunque esto sólo ayuda a corto plazo. Como ya mencionamos, quienes lo padecen no controlan sus pensamientos, de ahí que tengan que reaccionar.
La razón es que, ignorar estas obsesiones, causa un mayor sufrimiento emocional y ansiedad, lo mismo que no llevar a cabo los rituales obsesivos, según señalan especialistas de Mayo Clinic. Asimismo, estos pensamientos vuelven una y otra vez, de ahí que la solución sea sólo a corto plazo.
En cuanto a los síntomas, si bien se tiene una imagen de lo que es el TOC, la realidad es que cada persona es diferente, así como hay quienes pueden tener síntomas obsesivos y compulsivos, existen quienes sólo tienen un tipo. Los especialistas los clasifican:
Síntomas de obsesión
Son pensamientos, impulsos o imágenes repetidas, persistentes e intrusivas que causan aflicción y ansiedad y, pueden llevar a un ritual o comportamiento compulsivo para calmarlo. El hecho de que sean intrusivos, significa que pueden aparecer cuando intentas pensar o hacer algo más.
Entre las temáticas sobre las que giran las obsesiones, están: miedo a la contaminación o suciedad, dificultades para tolerar la incertidumbre, necesidad el orden y la simetría, pensamientos agresivos sobre la pérdida de control y daño a ti u otros, pensamientos no deseados, relacionados a temas como sexualidad o religión.
Síntomas de compulsión
Las compulsiones son comportamientos repetitivos que sientes necesidad de realizar, ya sea física o mentalmente, para reducir la ansiedad que las obsesiones te causan o evitar que algo malo suceda.
Muchas veces estos rituales para controlar la ansiedad, además de excesivos, no se relacionan de forma realista con el problema que buscan solucionar.
Algunos temas entre los que oscilan las compulsiones, están: limpieza, lavado, comprobación, recuento, orden, seguir una rutina estricta y exigir tranquilidad.
Si bien no se conocen las causas exactas del trastorno obsesivo compulsivo, factores como los antecedentes familiares, acontecimientos estresantes de la vida u otros trastornos de salud mental, se consideran factores de riesgo.
Finalmente, aunque es imposible prevenirlo, sí se puede tratar y evitar que empeore, provocando problemas en tu trabajo, relaciones y calidad de vida, acércate con un especialista para recibir tratamiento.
Sin duda, no todas las personas que tienen comportamientos repetitivos, rituales o hábitos, tienen TOC. Aprender a distinguir las diferencias entre las manías y este trastorno mental, no sólo ayudará a tener un tratamiento correcto, sino a dar una visibilidad a esta condición.
Hablar de TOC a la ligera o incluso en sentido de burla, puede provocar no sólo que quienes lo padecen se sientan avergonzados, sino, indirectamente, restarle importancia. Si sientes que no puedes controlar tus comportamientos o pensamientos, no dudes en buscar ayuda, lo mismo si tus manías escalan o te hacen sentir incómoda.