Existen persona que, sin importar el escenario más drástico, ven el lado positivo y no se permiten la tristeza, enojo o frustración. Si “pecas” de optimista, ojo, la positividad tóxica existe y es negativa para tu salud mental.
Todos conocemos a alguien así (si no, quizá seas tú). Ese amigo, familiar, que sin importar qué tan negra se ve la situación, la ve con una sonrisa y considera que “por algo pasan las cosas”, continuando su vida como si nada sucediera.
Si bien es cierto que es importante aprender de cada experiencia e intentar transformar lo negativo en algo que nos aporte, la realidad es que ser siempre optimista o verle el lado positivo a absolutamente todo, puede no ser tan bueno y ocultar un problema: la positividad tóxica.
¿Qué es la positividad tóxica?
La positividad tóxica surge de esa tendencia a rechazar las emociones “negativas” y menospreciar las experiencias emocionales menos afortunadas, dándole prioridad a lo positivo. Es decir, la idea de que la única manera de lidiar con algo malo es darle un giro positivo.
De acuerdo a la psicóloga del Brigham and Women’s Hospital, Natalie Dattilo, citada en el Washington Post, la mentalidad positiva es un poderoso mecanismo de defensa, sin embargo, la positividad tóxica aparece cuando quieres volver todo positivo y no te permites detenerte en lo negativo, sentir esas emociones que se han catalogado como malas: tristeza, enojo, frustración, desilusión.
Y no sólo se aplica a ti mismo, sino a los demás. ¿Cuántas veces te has escuchado diciéndole a alguien: “Todo va a estar bien”, “Hay que ser positivos”, “Sólo sé feliz”? Si bien puede venir de una buena intención, en el fondo niegas la existencia del problema, lo cual evita llevar a una reflexión.
El sitio de especialistas en Psicoterapia, Psicoterapia Bilbao, explica que estos mensajes pueden volverse un juicio moral de cómo debe sentirse el otro, llevando a sentir culpa, angustia y depresión al no sentirse validado.
Es cierto que hay quienes tienden a ser más optimistas o positivos que otros de toda la vida, pero cuando esto es obligado o la actitud aparece en situaciones donde es natural reaccionar de otra forma, puede convertirse en un problema.
Esto se dio mucho durante la pandemia, cuando las personas comenzaron a transformar el encierro en una oportunidad para aprender cosas o crear, lo cual no es malo, al contrario.
Pero muchos señalaron a quienes no lo hacían como si estuvieran perdiendo el tiempo o se convirtieron en una presión, cuando muchas personas atravesaban por episodios de ansiedad o depresión frente a la situación mundial y personal.
¿Cuáles son las consecuencias de la positividad tóxica?
La razón por la positividad tóxica es considerada negativa para tu salud mental, es que puede evitar que trabajes en resolver tus problemas de manera saludable, agravándolos a la larga y pudiendo derivar en trastornos mentales.
Los especialistas señalan que uno de los principales problemas es la culpa por sentirte mal, asimismo, enfocar tus recursos mentales a reprimir sentimientos fuertes, puede obstaculizar tu capacidad para dominar la agresión o experimentar de forma amplificada las emociones negativas.
Incluso podrías manifestar síntomas físicos, como dolor de cabeza, problemas para dormir e incluso enfermedades cardíacas.
El problema central de esto, es que nos lleva a negar nuestras emociones, cuando en realidad se ha demostrado que aceptar esas emociones negativas puede ser más beneficioso a largo plazo.
Así lo confirmó un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, donde se analizaron los beneficios de aceptar las emociones y pensamientos negativos, encontrando que quienes evitaban reconocerlas, a la larga se sentían peor. En contraste, no juzgar tus emociones y trabajarlas, beneficia tu salud mental.
Por eso es importante, primero que nada, no catalogar o señalar nuestras emociones, pero también, trabajar en ellas, pues tienen un efecto adaptativo, como señalan los especialistas; nos ayudan a enfrentar las situaciones. Y es algo que debemos aplicar tanto al interior como al exterior.
Permitir que cada persona explore sus sentimientos y viva esa catarsis, simplemente acompañándola en su camino, reconociendo su dolor y siendo una escucha.
5 señales de la positividad tóxica
No todo rasgo de optimismo o positividad es tóxico o negativo. Animar a otros a no darse por vencidos, no es malo, siempre y cuando lo hagas de manera medida y no para menospreciar sus sentimientos, por ejemplo, hacerlo frente a situaciones que no se pueden controlar.
Especialistas en Psicología, explican en BBC Noticias, que algunas señales de la positividad tóxica, son:
- El optimismo enmascara tus verdaderos sentimientos.
- Ignoras o descartas emociones para seguir adelante.
- Sientes culpa por tus sentimientos “negativos”.
- No validas tu experiencia personal y le das un giro “positivo” (“Al menos no…”).
- Avergüenzas o rechazas a quienes expresan un sentimiento contrario a lo positivo.
¿Cómo enfrentar las situaciones y emociones negativas?
Es importante diferenciar la positividad tóxica de la psicología positiva, pues si bien algunos la han llevado al extremo, la realidad es que enfocarte en los aspectos positivos sí puede ser terapéutico y constructivo, siempre y cuando no rechaces tus emociones y evadas la realidad.
Todo está en el equilibrio, ni el pesimismo ni la positividad tóxica llevan a un buen lugar, por eso es importante aprender a enfrentar las diferentes situaciones y problemas. Para lograrlo, la Fundación Nemours recomienda seguir 3 pasos:
1. Identifica la emoción. Es importante ser conscientes de lo que sentimos, encontrar la causa, aceptar las emociones como naturales y, claro, no negarlo ni reprimirlo.
2. Toma medidas. Es necesario procesar lo que sentimos y expresarlo, para posteriormente cambiar el chip. Querer ser positivo una vez enfrentado lo negativo es natural, es ahí donde podemos trabajar lo que sentimos y enfocarnos en lo que viene.
Buscar apoyo y realizar algunas actividades como ejercitarte, meditar, hacer yoga, puede ayudarte.
3. Busca ayuda. Existen especialistas que pueden ayudarte a trabajar tus emociones y sentimientos. Si sientes que te desbordan, no dudes en acercarte a alguno.
En conclusión, no uses el optimismo o positividad, como una ruta de escape para tus sentimientos o problemas. Aprender de cada experiencia y enfocarnos en lo bueno, puede tener sus ventajas, siempre y cuando no nos impidan trabajar aquello que nos afecta.
Expresar o ver sólo lo bueno, es mentirte a ti mismo, además de un trabajo agotador que podría cobrar factura de una u otra manera. Sentir tristeza, dolor, rabia, impotencia, frente a situaciones difíciles o adversas, es natural, permítete sentir y trabajar esas emociones, para posteriormente tomar ese aprendizaje para crecer.