Durante el sexenio de Eduardo Bours, el Ing. Humberto Valdés Rey Sánchez promovió desde la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano, de la que era titular, lo que pretendía ser un candado para evitar que la obra pública concursada cayera en niveles de abaratamiento que pusieran en riesgo su calidad o por el contrario, se elevara más de la cuenta.
Así se llegó a lo que pretendía ser un “justo medio”. Desde entonces la Ley de Obra Pública del estado de Sonora establece que se debe sacar un promedio de la suma de todas las propuestas “solventes” dividida entre el número de empresas participantes y a ese promedio se le debe bajar el 10%. La obra no se puede otorgar a una constructora cuya propuesta salga arriba del promedio de los concursantes ni abajo del 10% restado a la cantidad promediada.
A veces con razón y otras sin ella, los concursos de obra pública están considerados como el referente obligado cuando se trata de hacer negocios desde la burocracia en contubernio con el sector privado.
En testimonios recogidos con algunos constructores, he podido constatar que la medida en sus primeras aplicaciones alcanzaba el objetivo. Sin embargo y al paso de los años, se han encontrado mecanismos para burlar con lo cual lo que se consigue es favorecer a determinadas empresas y en automático propicia el incremento de costos de la obra pública.
Para ilustrar lo anterior podemos tomar un ejemplo:
El concurso LPO-926006995-103-2020 para acabados de Albañilería, cuarto de gases etc; en el Hospital de Especialidades, sucedió lo mismo que en el concurso de carpintería (104-2020); de 9 empresas proponentes, 3 fueron de Hermosillo y 6 vinieron de Navojoa con propuestas “en escalera” sus propuestas arrojaron un promedio de 60 millones 322 mil 44 pesos y el 10% menos, arrojó 54 millones 289 mil 839 pesos así se logró que la empresa Miramar de Hermosillo apareciera muy barata y por 146 mil 600 pesos de diferencia la constructora Mezquite de Hermosillo fue descartada y se quedó GIBHER de Navojoa con la obra de 60 millones 323 mil 112 pesos; entre el gremio constructor le observan a dicha empresa que no tiene experiencia probada en Hospitales, mientras Construdiseños de Sonora con sede en Hermosillo, con experiencia probada en Hospitales del Sistema de Salud de Sonora y que presentó una propuesta menor (59 millones 987 mil 788 pesos) no le pudo ganar en el fallo a GIBHER lo cual provocó molestias entre los concursantes de Hermosillo que fueron descalificados o no tomada en encuentra su experiencia ni su condición de empresas locales.
Ayer se conocieron las propuestas de siete empresas para la obra exterior del mismo hospital de especialidades. Aplicando la reglamentación en la materia son 4 empresas las que están en posibilidades de quedarse con ese contrato.
La propuesta más barata la hace TESIA construcciones SA de CV, le sigue GCM SA de CV, luego RILOP Constructora SA de CV , CONSTRUPLAN, EXPLORACIONES, AMOGA Y VIRGO
Sin embargo, si se aplica un criterio estrictamente técnico para otorgar el contrato encontrará que TESIA no es empresa local y tampoco ha ejecutado obra de esa magnitud; GCM tampoco tiene la capacidad técnica para una obra que estará entre los 82 y 92 mdp; actualmente GCM trae contratos por 3.5 millones de pesos en tramos carreteros y RILOP no aparece con obra actualmente por lo cual por experiencia en obras de ese calado y capacidad.
Está en el escenario público ¿Cómo quiere el actual gobierno terminar su gestión en su obra emblemática? ¿Cuidando cumplir la ley o protegiendo la simulación y lo que parece en lo oscurito?
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@SoledadDurazo