Administrar el dinero en casa como si fuera un negocio puede sonar difícil, aburrido o demasiado estricto, sin embargo, no lo es y sus beneficios pueden ser bastante buenos. El objetivo es tomar ciertas prácticas de un negocio, llevarlas a un plano mucho más sencillo y aplicarlas en casa ¿por qué?
¿Por qué manejar el dinero en casa como en un negocio?
Una de las claves de un negocio exitoso es contar con una buena administración pues una excelente idea y todo el dinero del mundo son inútiles si no hay una estrategia detrás para manejarlos de forma que generen ganancias. Una familia es similar a un negocio en el aspecto financiero: tiene ingresos, gastos y un claro objetivo de hacer rendir el dinero y maximizar los beneficios que obtienen de él. Siendo así ¿no te hace sentido que para alcanzar sus objetivos una familia organice y administre sus finanzas disciplinadamente y con la vista en un objetivo?
Primer paso: ¿sabes cómo están tus finanzas?
Muchas familias miden su situación financiera “a ojo de buen cubero”: saben cuánto ganan y tienen una idea de lo que gastan, sin límites ni presupuestos, con una flexibilidad que les permite llegar a fin de quincena en $0 sin ninguna preocupación. Aunque para algunos es “efectiva” esta forma de manejar el dinero (porque son felices y tienen sus necesidades de corto plazo resultas), esta falta de planeación les cuesta dinero, pues con las pequeñas fugas constantes bien podrían cumplir algunas metas antes de tiempo.
Empezar a poner en orden las finanzas del hogar es más fácil de lo que te imaginas. El primer paso es la organización y la elaboración de un presupuesto para que puedas identificar las fuentes de ingresos, el detalle de tus gastos y que sepas con exactitud en dónde estás parado, esto es necesario para cuando llegue el momento de hacer un plan.
Establece las metas financieras de tu familia
Una vez que tu situación es clara es importante que definas tus metas financieras y las priorices, estos son algunos ejemplos:
- Contratar seguros que aún no tienes, renovarlos o contratar uno mejor
- Establecer un fondo de ahorro para los quince años de tu hija
- Juntar para el enganche de un coche nuevo
- Remodelar tu casa
- Vacaciones en familia
- Pagar la tarjeta de crédito
¡A planear!
Cuando ya sabes exactamente lo que quieres, cuánto te va a costar y en cuanto tiempo lo quieres lograr es hora de hacer un plan para cumplirlo. Agrega a tu presupuesto aportaciones periódicas para cumplir tus metas, si es necesario establecer ajustes en tu plan esto puede servir:
Reduce tus costos comparando
Como los negocios, tú también haz un análisis de tus gastos y busca la manera de reducirlos o eliminarlos, desde los gastos que son completamente innecesarios y pueden eliminarse hasta aquellos que cubren necesidades básicas pero que podrían reducirse. Por ejemplo, el seguro de auto es un gasto considerable y necesario que no puedes eliminar pero que podrías reducir de varias formas distintas:
- Compara proveedores. Infórmate y revisa las coberturas y precios de otras aseguradoras.
- Evalúa el nivel de protección que necesitas. A veces pagamos pequeños extras “por si las dudas” que nunca usamos y que no son tan importantes, por ejemplo, si tu seguro incluye cobertura en el extranjero pero rara vez viajas en tu coche fuera del país entonces podrías reducir el costo de tu póliza al cancelar esta cobertura.
- Formas de pago. En el caso de los seguros, normalmente es más económico pagar la prima anual que pagar cuatro trimestres, si te programas y puedes hacerlo puedes ahorrar algo.
- Otros beneficios. Algunas personas están dispuestas a pagar una prima más alta para reducir el deducible, como en el punto anterior, si te programas y ahorras para un deducible más alto quizá te convendría reducir el monto de la prima/costo del seguro.
Los puntos anteriores pueden aplicar para muchos de los gastos que hacemos día a día y que a veces ni pensamos. Si nos tomamos el tiempo de investigar, comparar y analizar sin duda podríamos ahorrar algo extra que nos acerque más a nuestras metas. Puedes ahorrar tiempo informándote si aprovechas plataformas de comparación como Coru, donde puedes comparar tarjetas de crédito y seguros de auto para determinar cuál te conviene más.
Aprovecha los beneficios que te ofrecen los proveedores
En el caso de los negocios, algunos proveedores ofrecen precios especiales o planes de pago según el monto/cantidad y la frecuencia de compra. En tu caso, aprovecha las tarjetas de lealtad, los puntos y recompensas de tarjetas de crédito y los beneficios que tus “proveedores” pongan a tu disposición.
Determina presupuesto por tipo de gasto
Asigna un presupuesto a cada departamento, es decir, por tipo de gasto, sobre todo a los gastos variables sobre los que tienes mayor control en casa, por ejemplo, cuando vas al súper, las comidas fuera de casa, el cine, ropa, regalos, etc.
Ponle «sueldo» a la familia
Establece sueldos en base a las necesidades de cada miembro de la familia. Esta es una forma de facilitar que todos contribuyan a mantener un presupuesto familiar, si cada uno administra su “sueldo” y se limita a ese monto será más sencillo controlar las fugas de dinero y los gastos hormiga.
Analiza cada cierre de mes
Finalmente, es importante hacer corte cada mes, revisar los puntos en los que se cumplió con el presupuesto y aquellos en los que aún hace falta un esfuerzo extra para ajustarse, así como incluir posibles nuevos gastos en caso de que sea necesario. Es importante que todos los miembros de la familia estén en la misma sintonía, y que colaboren para alcanzar las metas, el compromiso de todos dirigido a un mismo objetivo hará más sencillo que la planeación funciones y que el esfuerzo se vea recompensado para todos.
Administrar las finanzas del hogar como si fuera un negocio no es una fórmula de éxito, pero tan sólo ser organizado y disciplinado, con el método que elijas, te pondrá un paso más cerca tus metas y de la libertad financiera.
Fuente: kueski.com