Tenemos que unir las neurociencias con la protección de desarrollo de niños y adolescentes

Se tiene que ir más allá de un acompañamiento de equipo y empezar a difundir los conocimientos e impartir las herramientas a través de la profesionalización del recurso humano que trabaja en temas de derechos de infantes, y la mejor manera es la vinculación con el sector académico, señaló Dora Giusti,

La jefa de Protección Unicef México, apuntó lo anterior en la ceremonia de inauguración del curso Especialización Interdisciplinaria sobre la protección integral de derechos de niños, niñas y adolescentes privados de cuidados parentales, en su tercera edición.

Durante la actividad, que es organizada por el DIF Sonora y tiene como sede a la Universidad de Sonora, Giusti hizo referencia que esta capacitación tiene un enfoque histórico y llega como un proyecto sostenible positivo que formará a personal más crítico que impulse cambios en los núcleos familiares de los niños sonorenses.

Aseveró que el cuidado residencial, aun cuando sea el mejor, no puede ofrecer las ventajas que ofrece una familia, y en ese contexto, es necesario fortalecer las políticas y los paradigmas de los cuidados de la población infantil, a través de la profesionalización del personal que está en contacto con el tema de los derechos de la población infantil y adolescente.

Por su parte, Matilde Luna, directora general de la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (Relaf), dijo que el curso ofrece herramientas teóricas y prácticas para la prevención de la separación innecesaria de niños y adolescentes de sus familias, y la provisión de cuidados alternativos adecuados en caso necesario en México.

Reiteró que la academia tiene un papel clave, pues son los centros de estudios formadores de los futuros profesionales que ocuparán puestos públicos o intervendrán en proyectos sociales con bases científicas que tengan como prioridad subsanar problemáticas familiares.

“Es necesario que los egresados se actualicen de manera específica como se hace en el actual curso, dicha capacitación articula el conocimiento y la reflexión para trasladarlo a la práctica”, expresó.

De igual forma, Karina Zarate Félix, directora general de DIF Sonora, indicó que el curso tendrá una duración de 30 horas y participan 16 trabajadores de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de Sonora, cinco de las subprocuradurías municipales de la entidad, diez servidores públicos del Poder Judicial del Estado, dos más de la Fiscalía General de Justicia del Estado y Hospital Infantil, cuatro integrantes de diversos centros de asistencia social y una persona más de la adscrita a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.

“Agradezco a los asistentes por el interés de prepararse y esperamos que los conocimientos impartidos se lleven a la práctica, que sean plasmados en acciones reales; en este proyecto se tiene trabajando dos años, en colaboración con la Relaf y, sobre todo, de celebramos la alianza que hemos formado también con la Universidad de Sonora para llevar en conjunto esta actividad”, comentó.

Asimismo, en su mensaje de bienvenida, el rector de la máxima casa de estudios del estado, Enrique Fernando Velázquez Contreras, externó su gratitud por la confianza depositada en la institución para ser sede del encuentro, y subrayó que el tema abordado en la tercera edición es de interés para los investigadores universitarios y es una preocupación a nivel mundial la protección integral de los derechos de niños y adolescentes.

Sostuvo que es un reto para la Universidad de Sonora unir las ciencias sociales con las ciencias exactas y naturales, que tradicionalmente, no sólo en México sino en el mundo, han estado divorciadas y que afortunadamente en el siglo XXI se están uniendo.

Reveló que el siglo XX fue considerado como el tiempo de la física, básicamente por dos teorías que cambiaron el mundo: la física cuántica y de la relatividad; mientras que el siglo XXI se considera que será el periodo de la biología por dos cuestiones: la decodificación del genoma humano y el mejor conocimiento del cerebro.

“Tenemos que unir las neurociencias con la protección de desarrollo de niños y adolescentes, porque es en esta etapa del desarrollo que se reparan y reciben la información necesaria para la vida adulta, y los especialistas que se dedican a estos temas deben conocer a fondo los avances en las neurociencias en este sentido”, puntualizó.

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