- Una experiencia de vida de una joven que podríamos ser todas
Por Dionisia Duarte
Mi amigo al que le platicaba de como me sentía, la única persona que conocía la tristeza que llevaba adentro. Mi único amigo durante años y hoy la que más anhelo es borra todo el trauma que me dejo y poder salir de mi casa tranquila.
“Los amigos con los dedos de una mano se cuentan” dice mi madre y yo creía que a mí me sobraban 4 dedos, tras la pandemia batalle para hacer amigos y él lo sabía y fue tema de burlas que me hacía, pero nunca le tome importancia porque era “mi amigo”. También se burlaba de lo mucho que estaba engordando, pero como ya lo dije lo dejaba pasar por era “mi amigo”.
Ojalá esto hubiera acabado con alejarme y ya y al principio si fue así, pero esto acabo en como él seguía a mi familia a donde fuera y yo al conocer tan bien de lo que era capaz salía a la universidad con miedo de que me siguiera o de que apareciera como de la nada en mi casa.
Viví varios meses con esa intranquilidad llevándome a una depresión, ansiedad y pensamientos suicidas a causa del encerramiento y aislamiento por el estrés y el miedo que me ocasionaba esa persona.
Hoy en día vivo mucho más tranquila, busque ayuda psicológica y psiquiátrica, estoy con medicamentos y trata de salir más con mis amigos. Batallo para confiar en las personas como antes y abrirme con las nuevas que van llegan a mi vida, pero trabajando en terapia será un tema que se quedara en el pasado.