Los vivos… entrevista con Emilio Monge

Por Diana Morales

Los vivos incluye referencias a elementos de la cultura y el lenguaje Comca’ac (Seri) de Sonora, lo cual enriquece el contexto de la obra. Monge introduce esta cultura para enfatizar cómo el lenguaje puede nombrar desde la ausencia en lugar de la presencia, como una forma de reflejar las pérdidas y los vacíos en la sociedad.

Soledad Durazo señala que la obra parece una constante batalla entre recordar y olvidar a los desaparecidos, algo que Monge concuerda. Ambos reflexionan sobre cómo el tema de los desaparecidos debería ocupar un lugar prioritario en los medios y en la conversación pública, dada su relevancia y el dolor que causa en la sociedad.

La novela aborda el tema de los desaparecidos desde la perspectiva del impacto de la ausencia en los seres queridos. Monge describe cómo este vacío se convierte en un “vórtice” que afecta continuamente a quienes quedan atrás, aludiendo a la forma en que la literatura puede explorar esos espacios de incertidumbre e incomprensión.

La entrevista

Emiliano Monge, Escritor de Los Vivos fue entrevistado por la periodista Soledad Durazo durante el programa de Noticias en Radio Fórmula Sonora.

SD: Quiero decirte que asumo que como lectora, muchas veces intento descubrir o decodificar el mensaje del autor y no soltarme eh pues no sé por la no irme por la libre quizá arbitraria eh del y texto y quiero decirte que leer tu libro me reto bastante Emiliano eh constantemente para intentar descubrir hacia dónde hacia qué temas nos querías llevar y eso lo descubrí ya que había leído pues más de la mitad eh a lo mejor las dos terceras partes del texto.

SD: Me parece muy muy astuta, me parece muy astuta y por lo mismo eh fascinante eh la manera en que abordas uno de los temas de los flagelos que dejan sin aliento a cientos de familias en este en este país y no digo más todavía para no develar la historia. Te felicito eh muy muy bien tejida la historia de los vivos. Y lo primero que me llamó la atención fueron eh los nombres poco usuales eh de algunos personajes por decir este herencia, vestigio, permanencia, hincapié, edometría, eh bienvenida, necesite una segunda lectura yo creo para para ya desde el principio este ir justificando o este ya sabiendo el desenlace eh asumir o ver por qué eh interpretar por qué pusiste esos nombres.

EM: De la novela, sí, son nombres que efectivamente, como dices, llaman la atención. Cuando uno piensa en nombres comunes y corrientes, nombres de los de toda la vida, de Emiliano, Paula, Lucía, Mario, cualquier nombre que hayamos escuchado o leído, lo primero que pensamos es en el uno, en la singularidad, en la tonicidad que da, que otorga el nombre, ¿no?

EM: Eso nos pasa cuando nos presentan a alguien, pero tenemos, estamos leyendo, aunque después, durante la lectura o conociendo a esa persona que nos presentaron, se va a ir teniendo más características, pero lo primero es que el nombre lo convierte en una persona en unicidad, de la unicidad. Los nombres de la novela, los nombres de los vivos tratan de romper esta idea, apela más a una condición, ¿no? O a una característica más que a la unicidad, vestigia, por ejemplo, tiene que ver con, alumbra de algún modo, trata de alumbrar el interés.

EM: Pero también ese mundo en el que están los personajes, que es ese mundo en el que transcurre los vivos, que se parece tanto a este en el que estamos, que de algún modo es y de algún modo no, ¿no?

SD: Sí.

EM: Este y todos los nombres un poco juegan a eso por un lado y por el otro tiene que ver con lo mismo, con la con la pluralidad, ¿no? Vesticia es muchas mujeres en una hincapié es muchos hombres en uno son las historias de muchas personas metaforizadas en un personaje, igual que el niño ni se diga, ¿no?

 

EM: El niño ya ni siquiera es una característica, sino una condición digamos como como vital, ¿no?

SD: Menciona es la carretera federal setenta y cuatro, que es una carretera eh que recorre el estado de Nayarit, inicia en el tigre, donde eh entronca con eh la carretera federal quince, que es la de nosotros aquí en Sonora, sí, y este no sé, ¿Cómo es que llegas a elementos, a introducir elementos en el texto, que tienen que ver con los Comca’ac, con los Seris, este, las figuras de palo fierro, el año nuevo, seri?

EM: Es curioso eso que mencionas,  porque cuando uno eh yo he escrito diversas novelas, algunas partes de lo biográfico, del autobiográfico, otras partes de la ficción pura,  una incluso es una especie de ironía, ¿No? O  más bien de una eh distrofia  mitológica, ¿No? Que fue tejer la oscuridad, eh y me había enfrentado un montón de escenarios salvo a uno como este de los vivos, que es la idea de generar un espacio eh completamente distinto a este espacio en el que estamos, pero necesariamente, eh casi idéntico de modo  que el lector pudiera confundir o preguntarse si estamos aquí o no estamos aquí.

SD: Totalmente lo consigues. Hay momentos que digo, ¿estos personajes están vivos o es el dolor de los vivos que los hace sentir como muertos? Esta pregunta me la formule cuando todavía no llegaba al epílogo, que por cierto es de agradecer a ese epílogo, pero hay que leerlo, quienes nos estén escuchando que no se vayan a leer el epílogo de inmediato, que se lleven el libro así como va.

EM: Yo también espero que no vayan a leer el epílogo primero. Pero incluso también te diría que está pensada que es una novela que se puede leer sin leer el prólogo y sin leer el epílogo también. Y genera una lectura distinta, creo.  Pero no menos literaria. Ahora, te decía que me da mucho gusto y te agradezco con las medidas que se logra. Porque es un poco lo que lo que se trata no es de ese de ese de ese como desarraigo del espacio no porque cuando uno habla de desaparecidos no cuando uno habla con los familiares de los desaparecidos y ahora respondo lo anterior que me preguntaba o cuando uno está se acerca tanto como me acerque al tema durante tantos años hay muchas cosas que se van notando no y la que me parece a mí más poderosa desde que como material literario es el hecho del enorme tragedia que genera la ausencia no es decir cuando alguien responda alguien no está eso se vuelve un hueco pero no solamente un hueco un vacío para para quien se fue evidentemente los para quien desapareció sino para su familia obviamente para los familiares los amigos las parejas los amantes es algo que no solamente es un agujero es una suerte de vórtice que sigue succionando porque todos los días se lleva un pedazo de presente, de sentimientos, de ideas, de quienes se quedaron y sobre todo obviamente de quien de quien se fue de quien desapareció y la pregunta es ¿qué hay en ese espacio? no ese ese hueco si nos pudiéramos asomar  que es un hueco al que no se puede asomar, pues ni la ciencia, ni las ciencias sociales, ni el periodismo, ni la historia, ni la filosofía, ni la física cuántica, ¿qué encontraríamos? ¿Cómo sería, no? Y la literatura y el arte en general tienen la ventaja de que nos permiten, entre muchas otras cosas, pueden ser nuestros sentidos en esos espacios de extrañez absoluta a los que no podemos asomarnos. Los vivos tratan de asomarse ahí, en ese lugar. Por eso es una novela de desaparecidos y de aparecidos, porque los desaparecidos de un lugar son aparecidos en otro lugar. Y ese otro lugar es un poco en el que transcurre la novela. Ahora, te lo digo todo esto para responderte, a veces el azar también se pone al lado de los escritores.

SD: Si.

EM: Yo no sabía que esa carretera existía, la nombré.

SD: Pues a mí me, cuando la nombraste, me pusiste a buscar dónde estaba.

EM: A mí pues a mí me encanta que además esté cerca del territorio de los Seris. Que es el territorio de algún modo emocional del lenguaje de la novela. Sí. Por lo que a veces el azar juega a favor de los libros y de las historias y de los escritores. Porque claro es una carretera que yo eh le puse el número como le pude haber puesto cuantos números hay.

SD: Sí claro.

EM: La posibilidad era infinita, ¿No? Sí. Y cayó en esa y y me da mucho gusto porque además de algún modo es el momento en que la novela empieza a resolverse.

SD: Ajá.

EM: Con esa entrada de la lengua con Comca’ac con ese momento en el que se habla de la lengua que nombra eh más por la ausencia que por la presencia por lo que en general pensamos todas las idiomas que conocemos el nuestro eh nombra por lo evidente ¿No?. Es decir este eh pensemos incluso en la burla ¿No? Eh al niño con lentes se le dice eh

SD: cuatro ojos.

EM: Sí. Pero en la lengua Comca’ac con tal y como aparece en el libro es se nombra a partir de la de lo que no está de la ausencia. Sí. A quien se le dice vista de águila es al ciego ¿No? Ajá. O al cojo se le dice rayo veloz. Sí. Eh en vez de en vez de decirle eh como como se nombraría eh a partir del evidente ¿No? Entonces eh esto me parece como es un momento fundamental en la novela y además tiene que ver con el título mismo la novela ¿No? De los vivos. Porque no sabemos si es una cuestión nombrada desde la presencia o de o de lo evidente. Bien. De la ausencia y de lo que me está. Sí.

SD: Y finalmente es una lucha entre el recuerdo y el olvido. Te agradezco hayas tomado la llamada para conversar sobre este libro, los vivos de Emiliano Monje, que la verdad de las cosas, insisto, este no, no desistan cuando lo estén leyendo, no desistan porque creo que tiene un desenlace este bastante afortunado y sobre todo, insisto, un abordaje muy creativo, fascinante de un tema que pues es el flagelo de nuestros días, el de los desaparecidos.

EM: El flagelo y la desgracia.

SD: Sí

EM: La primera, tendría que ser la primera plana de los periódicos y la presencia principal con la que habría la radio y la televisión, todos sus noticieros, ¿No? Estoy de acuerdo y te agradezco yo a ti muchísimo el espacio y la conversación, insisto, la lectura sobre todo. Venga, pues un abrazo, muchas gracias.

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