Hace mucho tiempo la ópera dejó de ser un producto para élites. Gracias a la globalización y las nuevas tecnologías, estas obras están al alcance de todos y, lejos de ser un arte arribista e incomprensible, es una expresión artística que -al igual que las demás artes- solo requiere de apertura para ser disfrutada. Así que alista papel y lápiz para esta breve pero carnuda introducción al mundo operístico.
1. No le pongas misterio
Para ver ópera solo hay un requisito: querer hacerlo. El resto viene por añadidura, así que no te enrolles pensando que para disfrutar y entender una ópera hay que tener una maestría y dos doctorados. Una ópera es, en palabras castizas, una obra de teatro donde los actores, en lugar de recitar sus líneas, las cantan en compañía de una orquesta sinfónica.
La ópera es, tal y como sucede en una serie de televisión, una película de cine o un libro, una historia con trama y personajes que aborda temas como el amor (romántico o dramático), la fantasía, la política y hasta la crítica social. Así que ya sabes, no vas a ver algo incomprensible, son las mismas historias que has visto en otros formatos, solo que cantadas.
2. Prepárate para la ocasión
Si vas a la ópera en teatro o en casa hay algunas cositas que puedes hacer para garantizar que tu experiencia sea positiva. En primer lugar, alístate para un evento de duración larga. Sea en casa a través de la televisión o el computador, o en el teatro, una ópera suele durar en promedio unas 3 horas y en algunos casos puede durar hasta 6, así que lo mejor será ir al baño, alimentar la mascota y preparar palomitas si vas a disfrutarlo en casa como podrás hacerlo el próximo 13 de enero a través de Señal Colombia. Si estás en el teatro, una buena comida y la ida al baño previo al inicio te serán de gran ayuda.
Para que entiendas mejor de que se trata lo que verás puedes acceder a información de las historias a través de internet, o si estás en el teatro, a la entrada te darán un folleto donde encontrarás toda la historia tal y como será narrada en escena. Así no habrá pierde.
3. La pinta es lo de menos
Olvídate de la idea de que para ver ópera tienes que alistar sombrero de copa, esmoquin, corbatín, monóculo y bastón. Eso pasaba en otras épocas, pero en la actualidad basta con que te pongas una pinta cómoda para asistir al teatro (eso sí, tampoco te vayas en pantaloneta, que no vas a la tienda). Si se trata de un estreno, ahí sí se recomienda ponerse la “pinta del domingo”, pero olvídate de la corbata y el frac, no hace falta.
4. Escoge bien por dónde empezar
En la película ‘Mujer bonita’, el personaje de Richard Gere le dice al personaje de Julia Roberts: “La reacción de los que ven una ópera por primera vez es muy espectacular. O la aman o la odian”. Es cierto. Pero para evitar llevarte una mala experiencia, hay ciertas cosas que puedes hacer, como por ejemplo, escoger un título que no revista mayores complejidades.
Mientras te familiarizas con el mundo operístico, te recomendamos títulos como el de ‘Las bodas de Fígaro’ de Mozart, ‘Madame Butterfly’ de Puccini, ‘La traviata’ de Verdi o Carmen de Bizet.
Nadie empieza a leer con ‘La divina comedia’ o ‘El Quijote’, por eso te sugerimos que, en principio, te mantengas alejado de Wagner, pues como dice Woody Allen en ‘Misterioso asesinato en Manhattan’: “Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran ganas de invadir Polonia”. No creemos que vayas a querer atacar una vez más a los pobres polacos, lo que sucede es que son obras reconocidas por su complejidad y duración (pueden durar hasta más de cinco horas), así que mejor empezar por lo seguro y a medida que vayas avanzando te irás atreviendo a más.
5. No hace falta curso de idiomas
Sí, el idioma natural de la ópera es el italiano, no olvides que este género nació en Italia y que su nombre es un vocablo de esta lengua que traduce “obra”; si bien la mayor parte de las obras son en este idioma, así como en francés y alemán, esto no quiere decir que requieras un curso de lenguas avanzado para poder disfrutar.
Piensa en esa canción en inglés o en otro idioma que te encanta aunque no sepas qué dice. En la ópera es igual, en principio la intención se transmite a través del sentimiento, pero si quieres saber qué están diciendo tampoco tendrás problemas pues, si estás en el teatro, estos suelen ubicar pantallas gigantes con el texto en el idioma original y su traducción, y si la ves a través de televisión o internet, como lo haremos nosotros, habrán subtítulos para que estés dateado. Así que nessun problema.
6. No se trata de personas gordas con cascos de cuernos
Uno de los imaginarios más extendidos es el de que la ópera es cantado por personas de contextura grande con disfraces de vikingos y cascos con cuernos. No es así. En la ópera como en el resto de las artes actorales, los elencos están compuestos por personas de todo tipo, pues las características corporales no definen las características de canto.
Respecto a la imagen del cliché, se trata de una representación tradicional de Brunilda del ‘Anillo de los Nibelungos’ de Wagner, pero es solo eso: una de muchas representaciones. Decir que todos los actores son así es como decir que todo el cine de Hollywood es actuado por animales, solo porque vimos ‘Babe, el cerdito valiente’.
7. Aplaudir o no, esa es la cuestión
Aquí hay una gran ventaja si estás en casa viéndolo por tele o en el computador, pues estás en total libertad de aplaudir, chiflar, gritar o lo que quieras en el momento que quieras. Pero si estás en el teatro hay unos momentos claves para el aplauso. El primero es cuando el director de la orquesta aparece. En ese momento se da un aplauso tranquilo, de cortesía. Ya podrá haber un nuevo aplauso más fuerte y sentido en el intermedio o al final de la obra si sientes que la orquesta ha sido sobresaliente. También se aplaude con ganas y sentimiento cuando hay una aria o dúo que se destaque.
8. Andrea Bocelli no necesariamente es ópera
Cuando se menciona la ópera muchos piensan en Andrea Bocelli, y claro, ¿cómo olvidar el exitazo ‘Vivo por ella’ a dúo con Marta Sánchez? Si bien Bocelli ha grabado discos de ópera e incluso ha participado en uno que otro montaje, los conocedores y críticos del tema consideran que no es un cantante de ópera porque -según ellos- le falta técnica, canta con amplificador, y su música se ajusta más a lo que se conoce como classical crossovere incluso alpop.
Si es o no cantante de ópera lo dejamos a tu discresión, lo que sí te recomendamos es no guiarte por ahí al momento de entrar en el universo de la ópera. A fin de cuentas no importa si es por CD, USB de exitazos, teatro o en TV, lo que importa es que le des un chance a este bellísimo genéro que ofrece un espectáculo artístico muy completo.
Entonces, ¿qué dices? ¿Te le mides a la ópera con nosotros?
Un glosario sencillo
Para que no sientas que te hablan en arameo o klingon cuando te hablan de ópera te dejamos un sencillo diccionario con los términos más usados en este centenario arte:
Acto: Es cada una de las partes en las que se divide la historia contada en una ópera. Tal y como sucede en una obra de teatro.
Aria: en palabras castizas, un aria es una canción interpretada por una persona en la que se desarrollan sus sentimientos.
Cantantes: los interpretes se dividen según su rango vocal. Las mujeres, se dividen de grave a agudo en contralto, mozzosoprano y soprano, mientras que los hombres, en el mismo sentido se dividen en bajo, barítono, tenor y contratenor.
Castrati: En otras épocas existía la costumbre de castar a algunos cantantes hombres para asegurar una voz con registro agudo y potente.
Crescendo: Aumento paulatino del volumen de la voz.
Diminuendo: Disminución paulatina del volumen de la voz.
Dúo: aria interpretada a dos voces.
Falsete: Parte más alta en el registro de voz masculino que suena como una voz femenina.
Finale: Parte final de un acto o de la ópera que suele ser interpretado por varios cantantes.
Foso: Lugar abierto abajo del escenario donde se ubica la orquesta.
Leitmotiv: En pocas palabras, es la razón de los actos de un personaje.
Libreto: Es común leer que la obra es escrita por un músico y libreteado por otro. El libreto es la adaptación hecha por un autor diferente al que firma la música.
Obertura: Inicio de la ópera, también llamado preludio o introducción.
Ópera bufa: ópera de corte humorístico, como ‘Las bodas de Fígaro’.
Recitativo: composición similar al diálogo hablado en el que el cantante narra lo que sucede. Sirve de introducción al aria.
Registro: tipo de voz del cantante.
Singspiel: Opera alemana con diálogo hablado en lugar de recitativos