El silencio significa calmar nuestro entorno y nuestra mente, nos permite escuchar, nos da espacio para pensar y alimenta nuestra mente. Lo buscamos para tratar de encontrar algo de paz y reducir el estrés. Aun así, estamos tan acostumbrados al sonido y al ruido que solo unos pocos segundos de silencio nos parecen extraños e incómodos.
En la actualidad, el silencio se ha convertido en objeto de estudio entre la comunidad científica. Ha aumentado la curiosidad por conocer cuál es su impacto en el cerebro y en la salud en general.
Beneficios del silencio
La salud física general y el bienestar mejoran con el silencio. Nuestros oídos descansan. Pero las ventajas de crear espacios o entornos sin ruidos no se quedan ahí:
- Disminuye el estrés. La reducción de los niveles de cortisol en la sangre y la adrenalina permite relajarnos más y reducir la fatiga. Según un estudio publicado en la revista Heart en 2006, dos minutos de silencio alivian la tensión en el cuerpo y el cerebro. Los expertos lo atribuyeron a cambios en la presión arterial y la circulación sanguínea en el cerebro.
- Beneficia la química del cerebro. Dos horas de silencio podrían crear nuevas células en la región del hipocampo, un área del cerebro relacionada con el aprendizaje, el recuerdo y las emociones, según un estudio publicado en Brain Structure and Functions.
- Mejora el sueño y disminuye el insomnio. Buscar ciclos de silencio a lo largo del día beneficia el sueño. De ahí la importancia de relajarnos antes de acostarnos.
- Disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas. Numerosas investigaciones han relacionado el ruido con un aumento de las enfermedades cardíacas. La OMS ha llegado a comparar la contaminación acústica como una “plaga moderna”.
- Aumenta la creatividad y el aprendizaje. El silencio nos ayuda a restaurar los recursos cognitivos, nos permite estar un tiempo tranquilos y reflexivos y aumenta nuestra creatividad. Podemos pensar y reflexionar más profundamente, aprovechando emociones e ideas que de otra manera no tendríamos.
Cómo practicar el silencio
Practicar el silencio es fácil. Estos son algunos métodos que nos permitirán encontrarlo:
- Pasear por la naturaleza: caminar en silencio nos puede ayudar a estar más en sintonía con la naturaleza y permite que nuestra mente se tome un descanso tranquilo.
- Realizar ejercicios de respiración profunda: esto ayudará a calmar la mente.
- Permanecer en la cama 5 minutos más antes de levantarte: podemos usar este tiempo para despertarnos poco a poco, disfrutando del silencio.
- Meditar: podemos realizar esta práctica como deseemos. Nos servirá para acostumbrarnos a presenciar los pensamientos en silencio.
Para empezar, bastaría con cinco minutos de silencio cada día. Después, estos periodos de tiempo se pueden ir alargando por la mañana o por la noche, silenciando el teléfono y apagando los aparatos electrónicos. En definitiva, debemos aprender a disfrutar, respirar, relajarnos… Encontrar esos momentos silenciosos como forma de autocuidado.