A no dejar de perseguir sus sueños invitó Mérida Sotelo Lerma, investigadora de la Universidad de Sonora, quien ha logrado importantes descubrimientos con su trabajo en el que pensó cuando tenía apenas seis años y platicaba con su abuela.
Mérida Sotelo Lerma es profesora e investigadora de la Universidad de Sonora (Unison), con Maestría y Doctorado en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Posdoctorado en el Departamento de Química de la Texas A&M University College Station y actualmente trabaja en el Departamento de Investigación en Polímeros y Materiales de esta institución.
En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Mérida dijo sentirse feliz y realizada al ser una científica, así como muy orgullosa por los logros obtenidos en más de 35 años de ininterrumpido trabajo en el área que le apasiona: la química.
“Un placer, un sueño hecho realidad, un éxito compartido para saber cómo se hacen los materiales, cómo se pudieron sintetizar y obtener en una aplicación su esencia”, expresó al preguntarle ¿qué ha sido para Usted dedicarse a la ciencia?
Emocionada, dijo que desde niña pensó en ser una científica pues siempre saltaba en ella la curiosidad y quería encontrar una respuesta a todas las cosas, pero, sobre todo, de los materiales que las componían.
Recordó cómo en su familia, con su abuela, sus cinco mamás y demás adultos, acostumbraban platicar y narrar historias y por lo general, todo se relacionaba con algún material y ella siempre se preguntaba cómo obtenerlo, en qué más se puede utilizar… “la curiosidad es lo que me llevó a la investigación”.
Mérida Sotelo comentó que en su trayectoria como investigadora, como científica, ha pasado por algunas situaciones en donde quizá pudo haber decidido dejar todo y buscar otras opciones, pero lejos de eso, continuó hasta llegar a importantes descubrimientos.
“La experiencia de la primera vez que recibí un no, fue cuando llegué a la Universidad y dije que yo quería estar en un centro de investigación, yo quería hacer investigación. Pedí que me dejaran trabajar y me dijeron que no. En un momento pensé que era porque era muy joven o porque me faltaba conocer muchas otras cosas, pero resultó que era por ser mujer”, recordó.
Añadió que le sucedió en otra ocasión la misma situación a pesar de tener más experiencia y conocimientos y por ello, recomendó a las mujeres que se desenvuelven en este campo, o en cualquier otro, se apoyen.
“Son pocas las oportunidades que tenemos las mujeres en estos campos, pero las aprovechamos tan bien que esas mujeres deben abrir las puertas a las que vienen atrás y no sólo en el área de la ciencia”, añadió.
Sotelo Lerma reconoció que su trayectoria y sus logros no habrían sido posibles sin la ayuda y sin el apoyo de la Universidad que le ha dado lo esencial que ha sido la libertad de cátedra y el apoyo en la investigación “y lo puedo decir con certeza porque tengo la experiencia”.
Hay que satisfacer la curiosidad y motivarse
Retomando su interés por la ciencia, por la investigación, la doctora Mérida Sotelo recordó cómo es que su abuela le contó cuando a su pueblo, Caborca, Sonora, llegó una científica alemana y estaba lo más fuerte de la influenza española matando gente y ella les dijo que aquí estaba el remedio para la enfermedad.
Era una planta del desierto, dijo, la hediondilla o gobernadora, pero no dijo más y eso me abrió el camino a la ciencia y a la química pues me surgió la duda de saber de dónde, de qué parte y qué era realmente a lo que se refería.
“Lo otro es que cada tarde estaba el aroma del café, y yo me preguntaba cómo atrapar la esencia del aroma del café, de las especies, de los aromas de la cocina, de los árboles como la piocha, de la maravilla, dónde había esa cajita donde se pudieran guardar”, expuso.
Lo de la hediondilla o gobernadora se lo dejo a las próximas generaciones, pero lo otro fue la zeolita “que es una parte de mi vida, del estudio de los materiales y en ella, la zeolita, no solamente podía guardar cianuro, sino que también guardar el arsénico que hace tanto daño”, expresó.
Señaló que todos los estudios que ha realizado a lo largo de 38 años de carrera en la ciencia, han sido sus grandes logros, lo mismo que cada tesista que asiste en el desarrollo de su trabajo, cada muestra de cariño de su familia y pareja.
Las niñas y adolescentes, todas las mujeres, deben perseguir sus sueños y ser libres
A las niñas y a las futuras generaciones, les dijo que deben satisfacer su curiosidad sobre las cosas, pero, sobre todo, deben mantenerse libres para poder hacer lo que les gusta.
“Ya me decía mi abuela cuando tenía 6 años: la mujer debe ser libre y tener dinero propio; no deben pedir nada a nadie, deben mantenerse libres para poder lograr lo que más les gusta o lo que más quieren. Piénselo niñas, piénsenlo mujeres, sí se puede, quizá con un poco o mayor esfuerzo, pero lo lograrán.
“Para mí, ha sido un placer hacer ciencia, satisfacer mi curiosidad que es infinita, ha sido lo mejor, soy muy afortunada de hacer lo que me apasiona y de estar en esta universidad, lo digo con gran orgullo”, expresó y dijo que lo demás, viene por añadidura.