Ansiedad y depresión, entre los efectos psicológicos por la pandemia de covid-19

A casi un año de iniciado el confinamiento por la contingencia de covid-19 es posible ubicar dos etapas de efectos psicológicos en la sociedad; al inicio de la pandemia, la ansiedad, la incertidumbre y el miedo; y actualmente, la tristeza ante el fallecimiento de familiares y seres y queridos, consideró la docente y psicóloga Lilia Encinas Norzagaray.

La académica de la Licenciatura en Psicología de la Universidad de Sonora comentó en entrevista que los efectos causados por la pandemia han provocado crisis psicológicas: “primero la incertidumbre al no saber qué era la pandemia, las redes sociales y medios de comunicación han sido un factor muy importante, pues a la vez que nos informan también dan información falsa que causan temor”, explicó.

Detalló que la crisis psicológica es un estado de desajuste y desorganización temporal que incapacita la toma de acciones, cuando en otro momento se hubiera resuelto fácilmente, pero son situaciones que se han visto a lo largo de diferentes episodios de pandemia o epidemias que ha sufrido la humanidad, y son contextos que han ocasionado cambios en la salud mental, precisó.

Añadió que otro aspecto detectado al inicio de la pandemia fue el miedo y ansiedad, relacionados con la probabilidad de enfermar y/o de contagiar a los integrantes de la familia; las medidas de distanciamiento social, de confinamiento en el hogar; y aún no se terminaban de asimilar estos aspectos, cuando se presentó un segundo momento de crisis psicológicas: el duelo por la pérdida de familiares y amigos a causa de la covid-19, puntualizó.

Incluso, ante el panorama de fallecimientos “hay personas que en estos momentos no creen en las medidas (sanitarias), no confían y dicen ‘no, no pasa nada, a mí eso no me va a suceder’, y hay quienes sienten la impotencia por tener un familiar enfermo”, aunque posteriormente, esas personas también experimentan culpa y angustia cuando se enferman y tienen el caso cercano de alguien con covid, mencionó.

“Al principio no lo veíamos muy claramente, pero creo que en este momento sí se puede vislumbrar, con más claridad, que habrá repercusiones de tipo psicológico (por el contexto de pandemia y contingencia sanitaria)… ya las hay, de hecho, hemos cambiado nuestros hábitos de sueño, de alimentación, de socialización, y tratamos de volver a la normalidad agarrándonos de lo que encontramos”, apuntó Encinas Norzagaray.

Derivado de la pandemia, la depresión y ansiedad son afecciones que se han recrudecido, “y vamos a tener que desarrollar programas especiales para esto; la ideación suicida sigue estando presente, mientras más ansiedad hay, más pensamientos suicidas puede llegar a tener una persona, y son aspectos que estamos atendiendo de momento y que en el futuro seguirán preexistiendo; además, se necesitarán muchos programas de habilidades sociales, de ampliación de redes de apoyo”, indicó.

En este sentido, las recomendaciones para procurar una vida saludable es favorecer buenos hábitos alimenticios, hacer ejercicio, mantener los ciclos de sueño y tratar de dormir el mayor tiempo posible, beber agua, llevar a cabo alguna actividad placentera, dedicar algunos minutos a algún tipo de relajación, respiración o de cualquier otra actividad que ayude a encontrar el equilibrio, además de tener cuidado con el tipo de información que se consume, concluyó.

 

 

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